Este nuevo contrato es una de las claves del nuevo Plan de Empleo Juvenil, que cuenta con un importante escollo, la oposición de los sindicatos.
El salario es una de las razones por la que los sindicatos no ven con buenos ojos esta fórmula. Y es que un estudiante ya licenciado suele ser contratado con un salario mínimo. La empresa determina siempre el sueldo, pero cuando se habla de becas o prácticas empresariales el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), cuantificado en 624 euros al mes, no determina la mínima cuantía que se debe pagar. Y esta nueva fórmula de aprendizaje, al no ser un contrato laboral, será similar a las prácticas en materia salarial.
Una vez el Ministerio haya perfilado definitivamente este nuevo modelo de aprendizaje, si los sindicatos no se oponen antes de hora, lo llevará a la mesa del diálogo social, cuando se hayan reanudado las negociaciones.
De todas formas, en estos momentos, los sindicatos no estarían por la labor de aceptar un contrato de estas características, ya que crea trabajadores de menor nivel contractual y, por supuesto, de menor coste.
Fuente: elEconomista