Según Gonzalo González, coordinador de Adicae en Extremadura, la banca está provocando amplias colas de ciudadanos a las puertas de sus entidades, para realizar diferentes trámites financieros, ya que no todos los usuarios saben utilizar la banca electrónica y además muchas de las sucursales están cerradas. Pidió por ello que se reclame la apertura de todas las sucursales.
Previamente, Adicae Valencia denunció por las restricciones al desplazamiento dificultaban tener acceso a gran parte de la documentación exigible, como por ejemplo el certificado de empadronamiento, expedido por los Ayuntamientos, o la obtención del certificado de desempleo por parte del SEPE, debido a la situación de colapso en la que se encuentra la administración.
Por ello, los consumidores exigian al sector bancario confirarse con la "declaración responsable" por parte del solicitante, o que se permita presentar la documentación necesaria una vez finalizado el estado de alarma, de manera que "desaparezca la incertidumbre provocada en los miles de consumidores que se encuentran en esta situación".
También la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin) denunció que cumplir los cuatro puntos exigidos por la normativa deja fuera a muchos prestatarios, de manera que sólo un 10% de los solicitantes podrán acceder al aplazamiento.
Sin embargo, los datos publicados sobre solicitudes de moratorias indican que, en las dos últimas semanas, hubo 185.400 para hipotecas y 202.072 para préstamos de consumo. La normativa se aprobó en el real decreto ley 8/2020 del 17 de marzo y se extendió a arrendatarios y prestatarios de créditos al consumo en el real decreto ley 11/ 2020 del pasado 31 de marzo.
Pese a ello, quedó habilitada y operativa hace menos de dos semanas, aunque las patronales AEB y Ceca anunciaron el pasado 6 de abril una moratoria sectorial con menos requisitos: aplazar la amortización de capital hasta 12 meses en las hipotecas de primera vivienda y hasta 6 meses en el crédito al consumo según criterios de cada banco y mediante un préstamo personal, modificación del préstamo hipotecario u otras fórmulas. Pero los expertos aconsejan leer la letra pequeña de los nuevos contratos.
En las presentaciones de resultados, los grandes bancos han desvelado algunas cifras en este terreno, que reflejan la situación económica que atraviesan muchas familias, según informó Conchi Lafraya en La Vanguardia.
CaixaBank lidera las solicitudes, con 220.000 peticiones. En el caso de las hipotecas ya han recibido luz verde 95.000, mientras que en el caso de los créditos al consumo ya se ha aprobado también 125.000.
Santander ha recibido 45.000 peticiones de moratoria hipotecaria y 46.000 de consumo. En BBVA se han notificado 15.000 solicitudes para aplazar el pago de la hipoteca y 14.000 para retrasar el pago de créditos al consumo. Mientras que en Bankia, 19.400 clientes han solicitado aplazar el pago de su hipoteca y 14.100 han reclamado retrasar el pago de su préstamo al consumo. En Bankinter se han recibido 6.000 solicitudes, 5.000 de hipotecas y 1.000 de préstamos personales.
En el caso del Sabadell, ha habido 7.982 solicitudes de aplazamiento en total, de las que 6.010 corresponden a hipotecas y 1.972 a préstamos.
Para Joaquín Maudos, catedrático de economía de la Universitat de València, “en función del porcentaje que finalmente soliciten la moratoria será una señal de alarma de la profundidad del impacto de la crisis”. A su juicio, “puede favorecer a las colectivos más vulnerables bien por la caída de ingresos o porque trabajan en un sector más golpeado por la caída de actividad; mientras que a la banca también le beneficia porque se evita que se active una situación de morosidad”.
En opinión de Guillermo Rocafort, profesor de derecho bancario de la Universidad Europea, “la moratoria del Gobierno persigue paliar la situación de colapso económico que sufren los endeudados. Se busca que los colectivos más vulnerables no sufran apremios por parte de las entidades bancaria, ya sea mediante reclamaciones judiciales o extrajudiciales, así como para evitar el devengo de interés de ningún tipo por sus deudas durante la moratoria”. En su opinión, “ es una especie de tregua financiera que busca impedir situaciones de asfixia adicionales a las ya existentes”.
Días antes de iniciarse estas solicitudes de moratorias, en una guía de advertencias y consejos para los consumidores financieros ante la cuarentena, Adicae recomendó reducir en un 60% los pagos con tarjeta de crédito durante este periodo de confinamiento, con el objetivo de racionalizar el gasto.