Las reflexiables que plasma en el texto han sido muy criticadas por miembros de la comunidad universitaria, ya que, según apunta Santiago Angalda, "lo primero que Clara Eugenia Núñez hizo fue cargarse el diseño de las becas de excelencia al estudio, específicamente concebidas para atraer a Madrid a los mejores estudiantes de bachillerato del resto de España". De esta forma se pondría en evidencia la incoherencia de las opiniones de la ex directora.
Igualmente, Núñez asegura que la universidad española es “un fracaso colectivo como sociedad que hoy nos está pasando factura y que, tristemente, nos la seguirá pasando en el futuro. Ni formamos muy buenos profesionales ni formamos buenos investigadores. Probablemente los que salen bien formados es gracias a su esfuerzo y su capacidad más que por lo que la universidad les aporta".
En la misma línea, la ex directora de Universidades, explica que otro de los problemas es que los alumnos no suelen cambiar de centro de estudios. Asegura "las buenas universidades del mundo, la primera norma que tienen es que uno no puede ser contratado sin haber estado fuera y haber demostrado que es bueno. La LRU [Ley de Reforma Universitaria] decía que había que pasar dos años fuera de su universidad. Inmediatamente surgieron acuerdos entre universidades españolas: “El mío está en tu universidad, el tuyo en la mía”. Los acuerdos acabaron siendo meramente formales, ni siquiera había que trasladarse de una a otra. Hasta que de hecho esa norma se eliminó de la ley “para ajustar la norma a la realidad”, en palabras del secretario de Estado de entonces".
¿Qué cambios necesita la universidad?
Ñuñez asegura que "la universidad puede y debe cambiar", pero que para ello es necesario que "se modifique el marco legal que la regula" y "vencer las resistencias internas al cambio". No obstante, asegura que el cambio es "sería extraordinariamente lento, si es que llega a suceder, ya que los cambios de dirección de los últimos años han frustrado algunos planes que ya estaban en marcha, según critica en su libro.
"Si queremos tener resultados a corto plazo, necesitamos instituciones de nueva planta que nos permitan ser aceptados internacionalmente, es decir, instituciones a las que jóvenes investigadores de talento y con buena formación, los graduados de las mejores universidades, estén dispuestos a venir, explica la ex directora. Además apunta qué sería necesario para conseguir ese vance: "independencia del poder político y de los clanes académicos locales, gestión profesionalizada, estricto seguimiento de resultados, etcétera".