En España y Australia, la experiencia de regulación de la bajada de las tasas de intercambio ha dado lugar a un traspaso de los costes de las tarjetasentre las partes del sistema de tarjetas (bancos emisores, bancos receptores, operadores de tarjetas, comerciantes y consumidores). Sin embargo, pese a la reducción de las tasas de intercambio, no hubo reducción de precios y en ambos países, los consumidores terminaron pagando altos costes de emisión y mantenimiento de tarjetas.
El presente estudio trata de calcular el impacto que tendría una regulación de las tasas de intercambio si ocurriese en el Reino Unido. El estudio desarrolla una simulación y analiza las consecuencias, y concluye que las empresas emisoras de tarjetas podrían ver reducidos sus ingresos "hasta 2,4 mil millones de libras esterlinas (2 mil millones de euros), se produciría un aumento de las comisiones de titulares de tarjetas de hasta 11 libras esterlinas por año (10 euros) para las tarjetas de débito y los 25 libras por año (20 euros) para tarjetas de crédito. En contrapartida, la bajada de las tasas de intercambio supondría un ahorro de los costes para los comerciantes de hasta 2,2 mil millones de libras (1,8 mil millones de euros).
Según el estudio el ahorro de los comerciantes no lo percibirían los consumidores. Incluso si repercutiesen en los precios, estos tan sólo caerían entre 0,003-0.08 libras esterlinas en las transacciones con tarjeta de débito y 0.40-0.59 libras en las transacciones con tarjeta de crédito. Las pequeñas empresas también verían aumentar sus costes de aceptación de tarjeta disminuyendo su competitividad frente a las grandes empresas.
Por otro lado, el estudio analiza cómo la regulación de las tasas de intercambio podría afectar a la economía general del Reino Unido. Según sus autores la regulación:
- Sería un obstáculo para la recuperación de los préstamos bancarios.
- Supondría problemas de financiación para los autónomos y las pequeñas empresas.
- Originaría el aumento de la incertidumbre en la política monetaria.
- Causaría problemas en la aplicación de crédito universal y el desarrollo de la inclusión financiera.
- Tendría consecuencias adversas para la I+D e innovación.
- Tendría consecuencias negativas para la industria del comercio electrónico en el Reino Unido.
Para más información: Europe Economics
