El Príncipe Felipe presidió ayer la inauguración de la ampliación del prestigioso Instituto Químico de Sarrià (IQS) de Barcelona, un centro que fue fundado en 1905 y que pertenece a la Universidad Ramon Llull (URll)

En su discurso, que inició y cerró en catalán, Don Felipe destacó la «capacidad de adaptación del IQS a los nuevos tiempos en los últimos 20 años», y apostó por una colaboración entre universidades, empresas y sociedad, con el objetivo de impulsar la «creación de empleo y riqueza». «Este centro ha sabido inspirar en sus estudiantes el mejor espíritu emprendedor», añadió.

«Este centro tiene una característica, que es la de poner la investigación y la docencia al servicio de la sociedad con servicio práctico, estableciendo lazos de unión y colaboración con la industria y las empresas, y reforzando la investigación aplicada en todos sus campos de actuación», señaló el Príncipe en su discurso.

El nuevo edificio del IQS tiene diez plantas y 10.800 metros cuadrados de superficie, de los cuales 5.600 están destinados al uso docente. La inversión total es de 18 millones de euros. La construcción ha entrado en funcionamiento este curso, y acoge los estudios de la IQS School of Management y del IQS Executive. Las donaciones de empresas y particulares han supuesto una inversión de 2,2 millones.

La inauguración comenzó cuando el Príncipe descubrió una placa conmemorativa, que fue bendecida por el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach. Tras este gesto, Don Felipe visitó las nuevas instalaciones, que disponen de quince aulas para más de un millar de alumnos, 40 despachos y varias salas de reuniones. El Príncipe pudo intercambiar impresiones con algunos de los alumnos en una de las aulas de este instituto.

También estuvieron presentes la secretaria de Estado de Educación, Formación profesional y Universidades, Montserrat Gomendio; la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna; la presidenta del Parlament, Núria de Gispert; el conseller de Economía, Andreu Mas–Colell; y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, entre otros.

Gomendio, en su discurso, apuntó la necesidad de «acelerar las reformas educativas en todos los niveles, pues los sistemas de educación y formación, desde la escuela, pasando por todas las etapas, deberían ser capaces de detectar todos los talentos innovadores».