La primera generación de estudiantes que experimente la LOMCE no tendrá la asignatura de Tecnología, aunque sus niveles en matemáticas y lingüisticas equivaldrán a los países más avanzados de nuestro entorno, según ha señalado el diario ´Las Provincias´.
Es la filosofía que se desprende de la reforma educativa impulsada por el Gobierno popular, que tiene entre sus objetivos prioritarios conseguir que España abandone los vagones de cola del fracaso escolar a nivel europeo.
Tal y como denuncia la asociación de Profesores de Tecnología de la Comunitat (Aptcv), en su redacción actual la normativa diluye claramente las asignaturas en las que desarrollan su docencia, de manera que un estudiante que no encamine sus pasos hacia la FP a partir de 4º de la ESO puede salir del instituto, e incluso llegar a la universidad, sin haber pisado un taller a lo largo de su trayectoria académica.
El cambio en las materias a cursar durante la educación Secundaria ha llevado a los profesores de Tecnología a organizarse a nivel estatal para visibilizar el tratamiento que da la nueva ley a su labor. "No planteamos que la asignatura tenga más peso que otras, pero que al menos exista cierto equilibrio. La Tecnología abre puertas, abre el conocimiento, ofrece cultura tecnológica, que es más que necesaria en pleno siglo XXI. En la materia se desarrollan capacidades como el análisis de proyectos, el trabajo en grupo o la creatividad, y permite conocer los fundamentos básicos de gran parte de los aparatos y máquinas de nuestro entorno", explica Enric Torres, profesor del instituto Luis Vives de Valencia y presidente de la Aptcv.
La entidad participa de manera activa en la iniciativa, que ya cuenta con su propia página web. Desde los primeros pasos en la redacción de la futura ley se han tomado medidas. Desde alegaciones al borrador hasta reuniones con sindicatos, universidades y departamentos autonómicos con el objetivo de que el peso de la materia, al menos, se mantenga en los parámetros actuales.
También se han buscado apoyos a su reivindicación, que han llegado desde colectivos profesionales de otros países hasta de universidades como la Politécnica, considerada como la más potente a nivel tecnológico del país.
El rector del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales, Francisco Mora (Catedrático de Tecnología Electrónica), alertaba la semana pasada de que dentro de un par de décadas faltarán ingenieros en Europa. Y eso que esta previsión no tiene en cuenta el impacto derivado de la reforma educativa.
Según la información facilitada por la asociación, entre 1º y 3º de la ESO desaparece la Tecnología como asignatura troncal, pasando a formar parte del grupo de materias de configuración autonómica (optativas), de las que las administraciones educativas o los centros tendrán que elegir entre ocho distintas a ofertar. En 4º, que tendrá un carácter orientador hacia Bachillerato o FP, sólo se mantiene en esta segunda vía (enseñanzas aplicadas), desapareciendo del itinerario que abre la puerta a la universidad. Con la LOE actual, tiene consideración de troncal obligatoria y es accesible en cualquier modalidad. Por su parte la materia de Informática (opcional), se sustituye por Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en ambas modalidades, aunque es optativa a elegir entre otras once.
En la siguiente etapa se sustituye el actual Bachillerato de Ciencias y Tecnología por el de Ciencias a secas, y se eliminan las materias de modalidad llamadas Tecnología Industrial I y II. Serán opcionales (a seleccionar entre 16), tal y como sucede con TIC II. También desaparece Electrotecnia. Lo más parecido a las asignaturas actuales serán Dibujo Técnico o matemáticas. Para Torres, esto puede provocar que un estudiante llegue a la universidad y elija alguna ingeniería o arquitectura sin tener conocimientos previos de la materia.
El profesor también advierte de que el currículo previsto por la Lomce echará a perder dos décadas de experiencia docente y medotológica adquirida en los talleres. La única esperanza es una posible modificación durante su tramitación parlamentaria o un desarrollo normativo, ya sea estatal o autonómico, más sensible con la Tecnología.
