jueves,18 agosto 2022
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Lección de brutalidad

En el Valle de Elah

José Ángel García Landa Vanity Fea
Una película antimilitarista. Al igual que en ´Edipo Rey´ el rey detective descubre que él mismo era el criminal que andaba buscando, aquí el viejo soldado descubre que es él mismo quien ha enviado a su hijo al embrutecimiento y a la muerte.

Es ésta una película antibelicista, o quizá más bien antimilitarista, combinada con investigación de un crimen. En general, la estructura del thriller detectivesco se adapta bien a combinarla con un trasfondo "de mensaje", pongamos por ejemplo en Silver City de John Sayles, película contra la corrupción e intereses societarios ocultos tras la política—o en esta película, El Valle de Elah, en la que también se investiga una muerte. En este caso es el asesinato de un soldado, Mike Deerfield, recién vuelto de Irak a su base en USA. La investigación la llevan un poquito y de mala gana los militares, un poco más una voluntariosa agente de policía con problemas en el trabajo (Charlize Theron), y sobre todo la lleva adelante el padre del soldado, Hank (Tommy Lee Jones), investigador militar retirado, que se encabezona en seguir pistas que a los demás no les parecían tales.

Es una película un poquito "con sorpresa" pero a la manera clásica: la de esos thrillers provenientes de la antigüedad, como Edipo Rey. Al igual que allí el rey detective descubre que él mismo era el criminal que andaba buscando, aquí el viejo soldado descubre que es él quien ha enviado a su hijo a la muerte. Bueno, en cierto modo ya lo sabía (y por si acaso quisiera olvidarlo, se lo recuerda su mujer), pero a lo largo de la película se van viendo las implicaciones profundas de los valores y la personalidad del padre, que había hecho seguir a sus dos hijos sus pasos en el ejército (el anterior también había muerto años antes).

Lo que va descubriendo el padre no es sólo su propia implicación, sino también cosas desagradables sobre su hijo que hubiera preferido no saber, pero a las cuales quiere enfrentarse por conocer la verdad (una actitud prefigurada cuando le aconsejan que no vea los restos destrozados y carbonizados de su hijo, pero los mira, y también permite que los vea su esposa, y maldito el bien que les hará….).  El argumento nos hace suponer que hay algún trapo sucio de las autoridades, pero al final el trapo sucio acaba siendo el ejército como tal.

El asesinado Mike, hijo ejemplar, llevaba en el ejército una vida brutal y estúpida, de puterío, drogas y borrachera, y se había convertido en un auténtico sádico (lo llamaban "Doc" porque en Irak se divertía hurgando en las heridas de los prisioneros haciendo ver que los curaba). Esto como quien no quiere la cosa, en un ambiente de chavalotes gamberros al borde del nazismo. Y es, para la película, el ambiente habitual y normal de la soldadesca en tiempo de guerra.  El padre lo va redescubriendo fragmentariamente en los vídeos que van reconstruyendo del teléfono móvil de Tommy. En sus tiempos, al parecer, el ejército no era así, y eso que éste debió de pasar por Vietnam. En todo caso, su investigación le lleva claramente más allá de donde pretendía llegar—pero el personaje no reacciona por ello, es impávido—a lo más que llega es a comprender lo que hay, y a colgar la bandera americana al revés en señal de desesperación.  Pero el mensaje va dirigido al espectador más bien que al protagonista.

Lo del Valle de Elah es un tanto indirecto, pero da (cómo no) la clave de la película. Se refiere a David derrotando a Goliath en el valle de Elah, lección de valor y sangre fría, etc.— Es una fábula que le contaba Hank a su hijo, para su formación militar, y que aquí le cuenta una noche al hijo de la detective, un niño que anda a la búsqueda de role model o figura paterna. El niño pronto pide una honda—y la detective comenta "por lo menos no es una escopeta de pistones", ya resignada al mundo violento y americano en el que le va a tocar crecer. El propio Hank no parece que capte del todo las limitaciones de su fábula del Valle de Elah (pues a Estados Unidos mal le sienta el papel de pequeño David frente al Goliath iraquí). O al menos no le queda a Hank margen de acción para remediar el pasado, ni el futuro. 

No es una película esperanzada, y en ese sentido está vacía de militarismo patriotero: como sucede en Full Metal Jacket, de Kubrick, en el ejército no aprendes aquí a hacerte hombre y a descubrir la humanidad con tus compañeros, a través del sufrimiento—la lección de tantas películas bélicas… No: en Full Metal Jacket o en El Valle de Elah aprendes tan sólo a embrutecerte, toda una educación mal encarada. Lo peorcito del barrio va al ejército—al final vemos en ésta alistarse al tarado cazurro que les sacaba los ojos a las gallinas en la granja, y seguro que se adapta a las mil maravillas al grupo homosocial de reclutas. 

Uno de los colegas de Mike (los que lo asesinaron en una pelea tonta) recomienda como solución al problema de Irak sencillamente volatilizar el país. Y bueno, Bush casi lo hace. Ésta es una película contra esa clase de América, y revela detrás de la gente de orden y disciplina del ejército, y del patriotismo de escaparate y bandera (encarnados en lo que ha sido Hank) el embrutecimiento moral de las vidas de los soldados, y las consecuencias de esta estructura de la sensibilidad a la hora de ir a hacer de policía del mundo.

In the Valley of Elah. Dir. Paul Haggis. Screenplay by Paul Haggis, based on a story by Mark Boal. Cast: Tommy Lee Jones, Charlize Theron, Jason Patrik, Susan Sarandon, James Franco, Josh Brolin, Wes Chatham, Jake McLaughlin, Jonathan Tucker, Wayne Duvall, Victor Wolf, Brent Briscoe. USA: Warner Independent Pictures / NALA Films / Summit, 2007.

 

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