"Desde 2008, persiste la divergencia entre países centrales y periféricos", ha señalado el comisario europeo de Empleo, Lazslo Andor, quien recalcó que las diferencias son muy claras sobre todo en los niveles de desempleo, desempleo juvenil y en el número de jóvenes implicados en procesos de formación.
El indicador de desempleo para España, por ejemplo, que tiene un paro del 26,6 % y del 56,5 % para los menores de veinticinco años, se situó en el 2,2 en 2013 con respecto al año anterior, frente al -0,2 de Alemania o al 0,6 de media de la Unión Europea (UE).
Los cinco indicadores que ha considerado la CE son: desempleo, desempleo juvenil, número de jóvenes que no siguen educación o formación, crecimiento de los ingresos familiares, porcentaje de población en riego de pobreza, y desigualdades en los ingresos.
La CE ha destacado que mientras que los ingresos de los que realmente disponen los hogares siguen creciendo en los países centroeuropeos, en los periféricos se ha producido una caída del 10 % entre 2010 y 2012, en parte debida a la bajada de los salarios, al recorte del gasto en protección social y al aumento de los impuestos.
Las tasas de pobreza también han aumentado en la periferia, mientras que estos niveles permanecieron sin grandes cambios en los países centrales.
La más afectada, según la CE, ha sido la población en edad de trabajar, pero también ha aumentado el riesgo de pobreza para los niños como consecuencia del empeoramiento de la situación de sus padres.
Las desigualdades en cuestión de ingresos también han empeorado en los países del sur y la periferia, y en muchos de ellos se ha acentuado también la polarización y segmentación del mercado de trabajo, incidió el comisario.
Bruselas alerta también de que los sistemas impositivos son cada vez menos redistribuitivos, lo que ha contribuido al aumento de las desigualdades.
Andor ha subrayado además que las cifras demuestran que en la mayoría de países los impuestos que pagan las personas con salarios más bajos han crecido pese a que desde el principio de la crisis se recomienda hacer lo contrario para reforzar la demanda de bienes y servicios.
"Esta crisis social representa un peso en el crecimiento a corto plazo porque debilita la demanda, pero también amenaza con debilitar a largo plazo la competitividad europea", ha asegurado el comisario, quien ha advertido del riesgo de contagio incluso para los países más resistentes.
"La recuperación que estamos experimentando es todavía muy frágil y desigual", ha añadido.
El comisario europeo de Trabajo ha asegurado que "la economía europea está todavía lejos de crear los puestos de trabajo que se necesitan".
Por ello ha considerado crucial que los Veintiocho impulsen sus políticas de empleo, mejoren sus servicios públicos de empleo y aumenten su inversión en capital humano.