jueves,18 agosto 2022
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Principalmente en la zona Subsahariana, de mayor paludismo

La malaria se olvida por el COVID pero podría segar este año 800.000 vidas en África, según la OMS

Soraya Aybar Laafou
Mientras que el coronavirus ya ha infectado a más de 2,7 millones de personas en el mundo, los países de África Subsahariana ven agravados sus problemas al coincidir con la persistencia de su lucha frente a la indomable malaria. La OMS alerta que las modificaciones en los pedidos y campañas sanitarias debido al nuevo frente pandémico ponen en peligro los recursos ante el control de la malaria. Ello podría generar en 2020 alrededor de 800.000 muertes, doblando la cifra respecto a 2018.

A pesar de las últimas notificaciones por parte de la Organización Mundial de la Salud y sobre el elevado indice de mortalidad del COVID-19 respecto a otros virus como la gripe pandémica del 2009, la malaria sigue acabando por su camino a aquellos infectados, sobre todo en las zonas más vulnerables del mundo, como es el caso de la África Subsahariana. Las perturbaciones graves en las campañas de distribución de mosquiteros tratados con insecticidas y en el acceso a los medicamentos antipalúdicos podrían hacer que el número de muertes por paludismo (malaria) en el África subsahariana se duplicase este año con respecto a 2018: así lo indica un nuevo análisis de modelización publicado por la OMS y sus asociados de cara al Día Mundial del Paludismo (25 de abril).

A pesar de que años atrás, Europa admitía tener la primera vecuna contra la malaria, en este caso, la OMS insta a los países a actuar con rapidez para distribuir instrumentos de prevención y tratamiento del paludismo en esta fase del brote de COVID-19 en el África subsahariana, y a hacer el máximo esfuerzo posible por mantener de forma segura la prestación de estos servicios esenciales de control del paludismo. El análisis tiene en cuenta nueve posibles situaciones de perturbación del acceso a los instrumentos básicos de control del paludismo durante la pandemia en 41 países y estima los incrementos de casos y fallecimientos que podrían suponer. 

En la peor de las situaciones consideradas —en la que se suspendiesen todas las campañas de distribución de mosquiteros tratados con insecticidas y se redujese un 75% el acceso a medicamentos antipalúdicos eficaces— se estima que en 2020 las muertes por paludismo en el África subsahariana llegarían hasta las 769 000, el doble de las registradas en 2018 en esa región. Esto supondría volver a unas tasas de mortalidad por paludismo que no se veían desde hace 20 años.

Según el Informe mundial sobre el paludismo 2019, en el África subsahariana se registraron en 2018 aproximadamente el 93% de todos los casos de paludismo del mundo y el 93% de todas las muertes por esta enfermedad. Más de dos terceras partes de los fallecimientos correspondieron a niños menores de cinco años.

Una ventana de oportunidad

Hasta la fecha, los casos notificados de COVID-19 en el África subsahariana solo han supuesto una pequeña proporción del total mundial, aunque el número de casos aumenta cada semana. Esto significa que los países de la región disponen de una ventana de oportunidad crítica para reducir al mínimo las perturbaciones en la prevención y el tratamiento del paludismo y salvar vidas en esta fase del brote de COVID-19.

Las campañas masivas de control de vectores deben acelerarse, garantizando que tanto los profesionales sanitarios como las comunidades estén protegidos contra una posible transmisión de la COVID-19. La OMS y sus asociados expresan su elogio a los dirigentes de Benin, la República Democrática del Congo, Sierra Leona y el Chad por haber iniciado durante la pandemia campañas de distribución de mosquiteros tratados con insecticidas. Otros países están adaptando sus estrategias de distribución de mosquiteros para asegurarse de que los hogares los reciban lo antes posible y en las mejores condiciones de seguridad.

Deben mantenerse los tratamientos preventivos para las embarazadas y los niños, tras alertar que los repuntes son mortales para las mujeres embarazadas. También es esencial realizar pruebas diagnósticas con prontitud y proporcionar medicamentos antipalúdicos para evitar que los casos leves de paludismo se agraven y lleguen a causar la muerte.

La OMS y sus asociados han elaborado orientaciones para garantizar que los enfermos de paludismo puedan recibir de forma segura la atención sanitaria en el marco del conjunto de servicios sanitarios esenciales que deben prestarse en entornos afectados por la COVID-19. El documento sobre adaptación de las intervenciones antipalúdicas en el contexto de la respuesta a la COVID-19 (en inglés) incorpora orientaciones sobre la prevención de la infección mediante el control de vectores y la quimioprevención y sobre las pruebas diagnósticas, el tratamiento de los casos, los servicios clínicos, la cadena de suministro y las actividades de laboratorios.

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