jueves,18 agosto 2022
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Renfe y Adid, entre las empresas más exigentes del mundo

La «responsabilidad empresarial», causa clave del accidente del Alvia

Irene Matías
El compromiso de puntualidad de Renfe y Adif, una de las piezas de la reputación o responsabilidad social corporativa (RSC), destacará entre las causas del ya iniciado debate sobre el mayor accidente ferroviario español de los últimos 60 años, según expertos del sector consultados por Ibercampus.

La mayoría de las versiones sobre las causas del accidente coinciden en que se produjo cuando el convoy marchaba a 190 kilómetros por hora, el doble de la permitida en la curva donde entraba. Antes, diversos viajeros de la anterior estación de Orense observaron que el tren llevaba considerable demora. Por tanto, la posibilidad de la que se deriva el debate es que el conductor pudo verse influido principalmente por la presión de cumplir con el compromiso de puntualidad de Renfe para evitar que la compañía tuviera que devolver a los usuarios gran parte del importe de los billetes.

Ese compromiso de puntualidad de Renfe y la gestora Adif, pieza clave del plan de reputación o de responsabilidad empresarial (RE) o social corporativa (RSC), es uno de los más exigentes del mundo. La propia compañía dice en su web así ha logrado índices cercanos al 100%, por lo que en Europa Renfe “rompe tópicos y aventaja holgadamente a los operadores británicos, alemanes o suizos, destacados por su puntualidad, e incluso a Francia, pionera de la alta velocidad continental. Tampoco comparada con operadoras multinacionales, como Thalys o Eurostar, Renfe se queda atrás: supera en más de cinco puntos los mejores resultados de estas compañías, cuyo nivel de calidad está considerado en todo el mundo como modélico.

También publicita la empresa que ninguna empresa ferroviaria del mundo reintegra el importe del billete como lo hace Renfe, a partir de 5 minutos de retraso en la línea Madrid-Sevilla y a partir de 15, 20, 30 o 60 minutos en el resto de las conexiones, por lo que el “compromiso de puntualidad de Renfe es el más favorable para el cliente del mundo. Pocas empresas compensan a sus viajeros por retrasos inferiores a una hora, casi ninguna ofrece indemnizaciones equivalentes al 100% del billete y la inmensa mayoría de las que lo hacen entregan bonos de viaje”.

Aunque la velocidad no parece la única causa del fatal desenlace, todos los periódicos informan sobre la misma y el nivel de presión de esa política sobre el conductor sigue siendo una incógnita. Hay expertos ferroviarios que apuntan a la propia composición del tren (mucho peso en los extremos y poco en el centro) como unos de los factores que han podido agravar las consecuencias del accidente. El fenómeno de acordeón que se produjo en la curva, que incluso catapultó e hizo volar uno de los coches al exterior, se achaca a una gran inercia en la cola del convoy, que hizo de látigo sobre la composición del Alvia y afectó a los ligeros coches de Talgo.

Antes incluso de que surgiera el debate sobre la incidencia de la política de reputación entre las causas al menos indirectas del accidente, Renfe procedió enseguida a suspender ese compromiso voluntario de puntualidad, si bien en el contexto de garantizar el orden poniendo en marcha un plan alternativo de transporte en Galicia. Esa política es presentada como ‘Un tren de valores Renfe’, que “va más allá de los objetivos económicos y cualitativos propios de cualquier compañía, abriéndose también a los aspectos sociales, medioambientales, culturales y éticos”. Tiene cuatro ejes. El compromiso de puntualidad forma parte destacada del primero: Con la Sociedad y la Accesibilidad. Los otros tres son Con la Cultura la Educación y el Deporte, Con la Sostenibilidad y el Medio Ambiente, y el compromiso Ético y de Buen Gobierno.

En cualquier caso, ese factor de la política de reputación no aparece de momento ni en la prensa ni en las primeras búsquedas de responsables, que según algunas acusaciones “obviamente serían el maquinista/s del tren Alvia, por no respetar las señales del límite de velocidad y superarlas de una manera temeraria, y una “responsabilidad civil subsidiaria por parte de RENFE y ADIF, quienes tienen el deber de “in vigilando” en el correcto funcionamiento de los servicios públicos por ferrocarril”. En este contexto, se ha sabido que Allianz es la empresa encargada de cubrir el seguro obligatorio de accidentes de Renfe será Allianz, mientras que QBE Insurance Europe asumiría el seguro de responsabilidad civil y BBVA el aval bancario para cubrir las responsabilidades para el supuesto de que no pague Renfe-Operadora.

La noticia, en la prensa diaria

 El exceso de velocidad del tren Alvia que procedente de Madrid y con destino a Ferrol  descarriló la noche del jueves en las afueras de Santiago es apuntada hoy por casi toda la prensa esxrita española como la posible causa del siniestro. Los periódicos se centran tanto en la actuación del maquinista como en la señalización y en los sistemas de seguridad, aunque no apuntan a la posible influencia de la política de RSC citada por Ibercampus, para indicar otros aspectos como el el sistema de seguridad instalado en el tramo del siniestro es el que se usa en una vía convencional.

Todos los diarios llevan en sus páginas las imágenes del vídeo grabado por una cámara instalada en las vías en el que se aprecia el descarrilamiento del tren.EL PAÍS abre con una frase del maquinista: "Tenía que ir a 80 y voy a 190", recogida, según el diario, en la grabación aportada el miércoles al juez. El periódico añade que la compañía Talgo confirmó a las autoridades que el tren iba a "velocidad extrema". EL PAÍS resalta que "el maquinista frenó muy tarde" tras activarse la alarma en el cuadro de mando. Respecto a la seguridad, señala que la del tramo en el que se produjo el accidente "no era la del AVE".

Por su parte, EL MUNDO se centra en la seguridad de la línea: "El Alvia iba a alta velocidad en un tramo sin seguridad de Alta Velocidad". El diario añade que "el sistema técnico que debía haber frenado automáticamente el tren no funcionó en la curva en la que el maquinista entró a 190 kilómetros por hora".

Mientras, ABC destaca que "el maquinista alardeaba de su gusto por la velocidad", en referencia a unos comentarios vertidos en su perfil de Facebook. También LA RAZÓN se refiere a estos comentarios y resalta que "el sistema alertó del exceso de velocidad". No obstante, precisa que "el moderno sistema del AVE habría frenado el tren".

 LA GACETA subraya: "Demasiado rápido", mientras que LA VANGUARDIA se pregunta: "¿Por qué iba a 190?". Según CINCO DÍAS, "todo apunta a un fallo humano". Por último,EL PERIÓDICO dice que el maquinista admitió su fallo a la policía: "Se me fue, se me fue, ha sido un error".

El maquinista prestará declaración como imputado

El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela ha ordenado a la Policía Judicial tomar declaración como imputado al maquinista del tren accidentado, Francisco José Garzón Amo, que está a disposición policial en estos momentos. La caja negra del tren está a disposición del juez y custodiada por la Policía Judicial.

El sindicato de maquinistas (Semaf) reclamó ayer que no se hagan especulaciones sobre la velocidad a la que el conductor del tren entró en la curva en la que se produjo el descarrilamiento y pidió que esperar a que concluya la investigación. Semaf ha asegurado que la tragedia "se podía haber evitado" si en la estación de Santiago hubiera funcionado el sistema de seguridad ERTMS, más avanzado que el ASFA y el que se usa en las líneas de alta velocidad, puesto que hubiera detenido el tren automáticamente.

 La tragedia deja 80 muertos y 168 heridos

La catástrofe ferroviaria ocurrida en Santiago ha dejado hasta el momento 80 muertos y 168 heridos de los que 35 se encuentran en estado crítico. Los forenses practicarán hoy pruebas complementarias a los cadáveres de trece de los ochenta víctimas mortales que aún no han podido ser identificadas.

Durante la jornada de ayer se vivieron escenas de dolor y solidaridad en todo el país, al tiempo que se iban conociendo historias personales de algunas de las víctimas, reflejadas en los distintos diarios. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, decretó tres días de luto nacional y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ordenó siete días en Galicia.

El Rey y otras solidaridades

El Rey expresó su apoyo a los heridos y a las familias de las ochenta víctimas mortales del accidente ferroviario y aseguró que en estos momentos "todos los españoles estamos unidos". Don Juan Carlos hizo estas declaraciones a los periodistas tras visitar junto a la Reina en el Hospital Clínico de Santiago a heridos en la tragedia y reunirse con el equipo médico que les atiende.

 Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recorrió, junto al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, y la ministra de Fomento, Ana Pastor, el lugar del siniestro. "Hemos sufrido un accidente terrible, dramático, que me temo va a permanecer mucho tiempo en nuestras memorias", declaró Rajoy. El presidente dijo que se intenta averiguar las causas del accidente "a la mayor celeridad posible".

 El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el coordinador general de IU, Cayo Lara, también se desplazaron a Santiago para testimoniar su solidaridad a los familiares de los fallecidos y dar muestras de apoyo a los heridos. Representantes de todas las instituciones también expresaron su pesar por la tragedia y su solidaridad hacia las víctimas.

El accidente de Santiago también desencadenó la solidaridad internacional. Desde Río, el Papa pidió oraciones por las víctimas del descarrilamiento. El presidente de EEUU, Barack Obama, se declaró "impactado" y "entristecido" y envió su pésame a los familiares de las víctimas. El presidente francés, François Hollande, expresó la "total solidaridad" de su país con España, mientras que el presidente ruso, Vladímir Putin, transmitió sus condolencias al Rey. La canciller alemana, Angela Merkel, se declaró conmocionada por la tragedia. Las instituciones europeas y los Gobiernos de Venezuela, Argentina, México, Costa Rica, Brasil y Paraguay, entre otros, también transmitieron sus condolencias y sus muestras de solidaridad con España.

En otro orden de cosas, EL ECONOMISTA destaca en su primera que la tragedia ferroviaria de Galicia puede tener también un "daño colateral". El diario alude al concurso del AVE de Brasil, al que puja un consorcio español, que, según este diario, obliga a que el ofertante no tenga siniestros en los últimos diez años. También EL PAÍS señala que el siniestro reduce las opciones de España por el AVE de Brasil.

 

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