La Unesco pidió hoy que se aumente y se gestione mejor la financiación de la educación elemental en los países con bajos ingresos, que acumula un déficit de 26.000 millones de dólares y amenaza el objetivo de lograr la educación primaria universal para 2015.
El déficit de financiación de la educación básica en las naciones pobres ha aumentado en 10.000 millones de dólares en los últimos tres años, según un informe publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El estudio muestra que "los gobiernos solo aportan la mitad de los recursos necesarios para hacer realidad la educación para todos", lo que incluye tanto a países donantes como a receptores.
Aunque los 26.000 millones de dólares parecen "una brecha muy difícil de colmar", la Unesco cree que aún es posible hacerlo antes de 2015, según declaró en un comunicado la directora general de esa agencia de la ONU con sede en París, la búlgara Irina Bokova.
"En el año 2000, los gobiernos donantes prometieron que ningún país que se comprometiera con la ´educación para todos´ se vería frustrado por falta de recursos en su empeño por lograr esa meta", recordó Bokova.
Por ello, la responsable de la Unesco llamó a los donantes a "redoblar sus esfuerzos", y a los beneficiarios a destinar mayor parte de sus presupuestos a la partida de educación elemental.
Además de aumentar los recursos de los donantes, el llamado Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo apunta otras vías para lograr la meta de la comunidad internacional.
Mejorar los sistemas impositivos en los países en desarrollo permitiría reducir ese déficit, así como gestionar más eficazmente los recursos naturales y asignar parte de sus dividendos a la educación.
Además, esa organización internacional ha constatado que el 25 por ciento de la ayuda directa en educación se destina a alumnos de naciones en desarrollo que estudian en los países donantes y pidió un reequilibrio que beneficie "al desarrollo de los sistemas educativos en los países más pobres".
"Si se otorga prioridad a quienes más lo necesitan, es posible obtener repercusiones considerables", subrayó la Unesco.
Otra fórmula para contribuir pasa por que "los donantes europeos que se comprometieron a contribuir al desarrollo con el 0,7 por ciento de su Producto Interior Bruto mantuvieran la promesa formulada", lo que aportaría anualmente 1.300 millones de dólares suplementarios a la educación.
La Unesco, que celebrará el 18 y el 19 de marzo en Dakar una reunión consultiva sobre la educación en los programas de desarrollo más allá de 2015, cree que incluso se pueden ampliar los objetivos universales de educación a la secundaria.
El déficit sería entonces de 38.000 millones de dólares, obstáculo que también puede salvarse a través de medidas como "la asignación a la enseñanza del 5 por ciento del impuesto sobre las transacciones financieras internacionales".
Esa tasa se puede complementar con una mayor implicación del sector privado, cuya "contribución a la enseñanza elemental en los países en desarrollo sigue siendo mínima", o por el aumento de las aportaciones del grupo de países emergentes llamado BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
La directora del informe, Pauline Rose, recomendó "incluir nuevos objetivos de financiación mensurables y dotados de plazos precisos, que exijan responsabilidad tanto a los donantes como a los gobiernos beneficiarios".
