jueves,18 agosto 2022
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Humor y Comunicación Política

Los personajes humorísticos en la comunicación política

Humor y Comunicación Política
1) Los personajes humorísticos: El Tractatus Coislinianus Llevo bastantes años interesándome por el humor en general y mi convicción es que, si tenemos claros los conceptos, resulta sencillo detectar personajes humorísticos en la vida diaria, pero más fácil todavía en la política, y en la comunicación política, puesto que son más visibles. Pueden hacerse visibles […]

1) Los personajes humorísticos: El Tractatus Coislinianus

Llevo bastantes años interesándome por el humor en general y mi convicción es que, si tenemos claros los conceptos, resulta sencillo detectar personajes humorísticos en la vida diaria, pero más fácil todavía en la política, y en la comunicación política, puesto que son más visibles. Pueden hacerse visibles mediante sus palabras y escritos. Sobre todo, los escritos son una fuente inagotable de humor, puesto que es posible repasarlos una y otra vez, para detectar las raíces del humor.

En 1991, dirigí la Tesis Doctoral La influencia del humor en el proceso de la comunicación, de María Rosa Pinto Lobo. Sigue siendo un trabajo muy completo y no he comprobado, hasta ahora, que otra Tesis lo haya superado. Aun con los años transcurridos, cualquiera que lea esta Tesis pasará ratos muy agradables y aprenderá mucho de sus muchos ejemplos. La calidad de este trabajo reside en que prueba las afirmaciones que hace. Gran parte de esta entrada en mi Blog se basa en la Tesis de Rosa Pinto.

Más adelante, coordiné el número que CIC Cuadernos de Información y Comunicación (volumen 7) dedicó a «La comunicación del humor» en 2002.

Rosa Pinto cita el breve Tractatus Coislinianus, de autor anónimo. En el número citado de CIC…, viene traducido (Pág. 31-36) y comentado por Lane Cooper.

El Tractatus Coislinianus sostiene que los Caracteres de la Comedia son 1) el bufón; 2) el irónico; 3) el impostor.

Mientras el Impostor proclama que posee cualidades más elevadas de las que tiene, el Irónico se hace peor de lo que es. Esto es una descripción generalizada, destinada a cubrir todos los tipos de auto-desprecio, muchas formas de las cuales no son cómicas. El Impostor cubre cobardía interior y locura bajo una pretensión vana de valentía y sabiduría. Los Impostores son muy numerosos en las Comedias de todos los tiempos. El irónico, dice Aristóteles, tiene salidas humorísticas para su propia diversión; el bufón, para divertir a los demás.

2) En la Edad Media había mucho más humor del que muchos están dispuestos a admitir

En el citado número de CIC…, publicamos un artículo excelente de Jean Ausland: «La tontería y los tontos en el Análisis de Tomás de Aquino» (Págs. 37-46).

Este gran teólogo afirma más de veinte veces que los tontos son legión. Y no sólo hay infinitos tontos sino que los hay de infinitas formas; unas, más ligeras; otras, más graves; hay tonterías inocentes; otras que son grave pecado. En la obra de Santo Tomás de Aquino encontramos toda una tipología de tontos. Jean Ausland ha identificado 22 expresiones latinas en las que el teólogo se refiere a los tontos.

Tomás compara a los tontos con los animales. Nada menos que veinte veces compara al insipiente, es decir, a una persona ruda y de poco entendimiento, con el jumento (burro, asno). El insipiente, que dimite de la razón (de su honor, que es la razón) se reduce a un asno o jumento. Otra característica del insipiente es creer que todos tienen su condición. Y cuando considera la etimología, hace notar que el insipiente es el insapiente, el no-sabio.

El estólido es parangonado a la oveja. El problema de la tontería se cifra siempre en el buen juicio sobre la realidad y sobre todo de las acciones prácticas regidas por la moral. Si sensatus es el hombre razonable, con sentido común, en lo que se refiere a las acciones particulares; a los insensati o asyneti les falta el sentido para estas acciones (Tomás agudamente hace notar que no se puede decir de niños que sean insensatos, sino sólo de adultos). Al estólido le falta sensibilidad, porque es incapaz de relacionar el efecto a su causa

Una primera característica de diversas formas de tontería es la parálisis. Ocurre por ejemplo en el estúpido (stupidus) que recibe este nombre precisamente de una como que parálisis que le sobreviene por stupor. El estupor es distinto de la admiración: ésta es una actitud positiva que acaba por requerir la disquisición; aquélla, la impide.

La parálisis es común a otros tipos de tontos: acomete también al torpe, de ahí que ya Isidoro de Sevilla recoja la curiosa etimología del pez torpedo, que entorpece los miembros de quien le toca.

Tomás incluye el estulto entre los paralizados y citando a Isidoro, hace derivar el mismo nombre stultitia de stupor.

Además de la parálisis, otro factor importante en la caracterización de la tontería está en la (falta de) sensibilidad: en ese mismo artículo, distinguiendo entre estulto y fatuo, dice que la estulticia comporta embotamiento del corazón y hace obtusa la inteligencia.

La fatuidad es la total ausencia de juicio (el estulto tiene juicio pero lo tiene embotado…). De ahí que la estulticia sea contraria a la sensibilidad de quien sabe: sabio (sapiens) se dice por saber (/sabor): así como el gusto discierne los sabores el sabio discierne y saborea las cosas y sus causas: a lo obtuso se opone la sutileza y la perspicacia de quien sabe.

Tomás distingue entre la estulticia especulativa y la práctica: hay gentes muy limitadas de inteligencia pero que saben bien actuar; hay, en cambio, personas inteligentísimas que son estultos en su actuar.

En otro lugar, Tomás, siempre atento al lenguaje, distingue entre el estulto, que no asciende a los conocimientos superiores; el insipiente, que no saborea su dulzura y el vecors, a quien le falta corazón para decidirse.

Otra característica del insipiente es creer -también él- que todos tienen su condición. También para Tomás, el : "cum ipse sit insipiens, omnes stultos aestimat" (II-II, 60, 3). Y cuando considera la etimología, hace notar que el insipiente es el insapiente, el no-sabio. 

Otra constante en diversos tontos es que son obtusos, lo que se opone a la agudeza; lo agudo penetra en la realidad: de ahí que se hable de "sentidos agudos" e "inteligencia aguda", que penetra hasta en lo íntimo de la realidad. Lo contrario de agudo es hebes, el que no tiene punta. De ahí proviene el término hebefrénico del que se ocupa el psiquiatra Baldomero Montoya, en su excelente libro Psicopatología de la relación conyugal, con puntos de vista originales: «El hebefrénico es un psicótico que carece de resonancia afectiva en su mundo, no es capaz de conectar sus sentimientos disgregados con el entorno, y vive en un permanente estado de euforia insípida. Es, en definitiva, el clásico «Napoleón» de los chistes de locos, que actúa como cree que lo haría el personaje al que encarna. Es un personaje dramáticamente absurdo, a quien no le interesa nada de lo que le rodea, salvo el extraño mundo creado por él en el que se refugia» (P. 222).

De ahí también los errores crasos, gordos, groseros y las metáforas de la grosería del intelecto o del corazón: incrassatus.

El idiota toma por falso lo que él no puede comprender. Es en general el inexperto , como el esclavo en el Menón. Hay atletas instruidos e idiotas, es decir rudos sin experiencia.

Imbécil se refiere a la flaqueza en general (moral, de ánimo, de la fe, etc.) y no especialmente a la intelectual. En todo caso, Tomás habla de los tardos en comprender y a quienes encuentran dificultad en la aprehensión intelectual directa sin comparaciones.

3) Los personajes humorísticos en otros estudios más cercanos a nosotros

Elder Olson desarrolla añade otros personajes humorísticos a los que ya conocemos: el ridículo y el absurdo.

El ridículo puede ser moralmente profundo pero intelectualmente deficiente por locura, estupidez, ignorancia o total inexperiencia. Ahora bien, los cobardes, miserables o hipócritas no son cómicos en sí, sino sólo en el sentido en que tienen unas características que les llevan a acciones particulares que son ridículas. Incluso los cobardes pueden reírse de los cobardes, pues las acciones de los tipos cómicos están equivocadas incluso desde el punto de vista de sus propios vicios.

El absurdo o jocoso es aquél al que no se le puede reprochar nada; son absurdeces debidas o a algún error natural o a algún engaño, en tanto en cuanto son agentes. En cuanto pacientes -es decir, en cuanto meramente envueltos en algo absurdo, sin hacer realmente algo absurdo- están envueltos por casualidad o por la maquinación de otra persona.

El ingenioso. Disponemos de dos palabras para explicar qué es el ingenio: wit, anglosajona, remite al conocimiento de la mente y así conciben el ingenio Hobbes y Freud; humor, de origen latino, hace referencia a un fluido corporal. Por otra parte, Henri Bergson da dos sentidos a la palabra ingenio: a) lo presenta como una determinada manera dramática de pensar (las ideas toman vida) y 2) una cierta disposición para dibujar escenas cómicas, pero de una forma discreta y sutil.

Según Olson, el ingenio obra de cuatro modos:

  • Ingenio práctico, en el que el ingenio induce al blanco a traicionarse a sí mismo como ridículo por su propia acción. La broma práctica es la forma más cruda de esta modalidad. A este respecto, Bergson señala que aquello que provoca risa puede deberse a la casualidad, y entonces hablamos de un espectador u observador, o puede deberse a una acción preparada, y entonces hablamos de un experimentador, agente activo o bromista malintencionado por un lado y de un "sufridor" o sujeto paciente por otro.

De novatada social califica Bergson la risa, al hablar del carácter, porque considera que ésta puede convertirse en humillante para quien es objeto de ella. El humillado suele ser un personaje que sigue automáticamente su camino, sin establecer contacto con la sociedad, que de este modo se burla de él mediante su ingenio, en un intento de sacarla de su "error".
  • Imitación burlesca, en la que el ingenio ridiculiza a alguien imitándole.

Estos dos modos son los que emplean los bufones. El bufón puede ser bueno o malo, pero es, sobre todo, amoral. Falstaff como el ejemplo perfecto del bufón elevado a personaje humano en la comedia.

Estos bufones, pensemos por ejemplo en los bufones reales, sirven al ritual de ser los payasos de la sociedad, actuando como cabezas de turco para los tabús que ésta trata de ocultar. Son, también, los que llevan a cabo caricaturas de la humanidad, es decir, la mejor plasmación del tipo de significado aristotélico entre lo risible, lo feo y lo grotesco.

Discurso ingenioso, que es en el que normalmente pensamos.

Acto ingenioso, empleado en lugar del discurso, puesto que podemos transmitir el significado por la acción, así como por las palabras.

Los insensatos bienintencionados desarrollan tramas que acaban bien; y los insensatos malintencionados (de ahí que algunos afirmen que “no hay tonto bueno”) desarrollan tramas que suelen acabar con el fracaso; los ingeniosos bienintencionados tienen éxito en sus propósitos y los ingeniosos malintencionados no logran sus propósitos. Estamos hablando de las comedias, claro está.

Las tramas más importantes, y que voy a tener presente en la mayoría de las entradas en este Blog serán las siguientes:

REDUCCIÓN AL ABSURDO

Este tipo de trama sirve, frecuentemente, a una función didáctica; por ello, es lógico que la misma comedia se nos presente, en su desarrollo, en los argumentos didácticos, con sus encuentros, premisas y consecuencias.

Aristófanes la empleaba tomando una proposición (si quieres la paz, si quieres una comunidad utópica, si quieres especular abstractamente) y reduciéndola después al sin sentido, dando a entender otra alternativa más sensible. Feydeau toma un pequeño rasgo humano -celos, moralismo excesivo- y lo multiplica al infinito. Para Charney, George Feydeau es el escritor moderno más importante de farsas, en las que el sexo es el motor principal de la acción. Ionesco emplea el potencial de la farsa y del intelecto para la reducción al absurdo en obras como La lección, sobre el proceso de la educación, o El nuevo inquilino, sobre la independencia del hombre.

La reducción al absurdo puede servir a una finalidad de discusión intelectual amarga. Monsieur Verdoux y ¿Volamos hacia Moscú? son comedias estructuralmente y también por otras razones, a pesar de su acento en las muertes y horrores, porque comparten un forma cómica común. La primera reduce al absurdo la proposición de que el asesinato sirve a propósitos socialmente útiles y emocionalmente necesarios. Chaplin resume así el argumento de la película: "El argumento está lleno de humor diabólico, una amarga sátira y una violenta crítica social". La segunda rebaja la proposición de que el hombre necesita armas atómicas y mentes militares para preservar la raza humana.

INVESTIGACIÓN DE UNA SOCIEDAD PARTICULAR

En este tipo de trama se da una investigación de los funcionamientos de una sociedad particular, comparando las respuestas de un grupo social o clase con las de otra, contrastando respuestas diferentes de las personas a los mismos estímulos y respuestas semejantes a estímulos diferentes.

Estas tramas normalmente tienen varios niveles y contienen dos, tres o incluso más líneas paralelas de acción. El mayor problema con que se encuentran es que, al abarcar muchos personajes y líneas de acción interrelacionadas, pueden resultar desenfocadas y poco intensas.

La trama de investigación de una sociedad particular, en muchas ocasiones resulta cómica porque muestra el lado ceremonioso de la vida social, que según Bergson encierra lo cómico en estado latente. Estamos hablando, según el Análisis Transaccional, de rituales y pasatiempos. Estos resultarán cómicos en la medida en que destaquemos lo ceremonioso que hay en ellos.

Shakespeare maneja como nadie este tipo de tramas multilineales.

PARODIA INTENCIONADA

Charney subraya cómo los Hermanos Marx tuvieron un especial genio para lo burlesco: parodiaron la vida universitaria, las relaciones internacionales, las leyendas del Oeste y todo cuanto se ponía de moda.

La trama paródica es deliberadamente reducida y artificial. No es una imitación de una acción humana sino imitación de una imitación; por eso, hay películas-parodias que envejecen muy rápidamente y no son inteligibles para las generaciones posteriores. Lo mejor es que vaya acompañada de otras tramas.

Hay más tramas, pero creo que por hoy es suficiente el camino que he recorrido.

A partir de ahora, expondré diferentes casos o situaciones que ocurren en distintos lugares y con personajes diversos, aunque alguno de ellos aparezca repetidamente. Pido la colaboración del lector de este Blog para que identifique a cada personaje como alguno de los que he explicado en esta amplia entrada.


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