jueves,18 agosto 2022
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Promotor del primer código de buen gobierno de las empresas

Muere Manuel Olivencia, catedrático y comisario de la Expo, nombrado y cesado por su alumno González

Redacción
El catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Sevilla y comisario general de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, Manuel Olivencia, ha fallecido hacia las 7 de la mañana de este primer día del 2018 en la capital andaluza a los 88 años, cuando se preparaba para operarse de cáncer de próstata. Olivencia fue promotor del primer código de buen gobierno de las empresas, precursor de la RSC e España, y para la Expo fue nombrado y cesado por su alumno el expresidente Felipe González

Creador uno de los primeros bufetes de Derecho Mercantil en España, Olivencia recibió en mayo de 2017 el VI premio Manuel Clavero, galardón creado en 2011 por la Fundación Persán y Diario de Sevilla para distinguir a personas ejemplares de la sociedad civil sevillana por una obra de señalada trascendencia o por su trayectoria vital.

Nacido en Ronda (Málaga) el 25 de julio de 1929, Olivencia había sufrido recientemente una caída, de la que se estaba recuperando en su domicilio. El presidente del Gobierno Felipe González fue discípulo suyo en la Universidad de Sevilla quien lo designó para dirigir el proyecto de la Expo 92, cargo en el que sería sustituido por el diplomático Emilio Cassinello. Maestro de juristas, Olivencia fue decano de la Facultad de Derecho entre 1968 y 1971, año a partir del cual ejerció como decano de la primera facultad de Económicas creada en Sevilla.

También fue subsecretario de Educación y Ciencia durante el primer Gobierno de la transición democrática, consejero del Banco de España y vocal del Consejo Rector de Radio Televisión Española.

Como ha escrito en ABC de Sevilla Alberto García Reyes, fue un maestro, no un docente, porque antes que conocimiento infundió a sus alumnos valores. Su obra más reconocida es el primer código de buen gobierno que se redactó para el funcionamiento interno de las sociedades cotizadas en bolsa, pionero en el mundo para la autorregulación del sistema capitalista, el conocido como «Informe Olivencia»

En la capital andaluza se licenció en Derecho con Premio Extraordinario y se doctoró, cum laude, en 1953 en la Universidad italiana de Bolonia. Luego realizó otros estudios especializados en Francia, Alemania e Inglaterra, lo que le permitió convertirse en uno de los primeros abogados sevillanos capaz de expresarse en varios idiomas.

Olivencia junto a Luis Miguel Martín Rubio y Rafael Catalá
Olivencia junto a Luis Miguel Martín Rubio y Rafael Catalá-ABC

Su primer puesto como profesor fue en la cátedra de Joaquín Garrigues y sólo dos años después ganó la plaza de profesor adjunto de Derecho Mercantil en la Universidad Complutense de Madrid. LLegó en 1984 a la Comisaría de la Exposición Universal de Sevilla, que habría de celebrarse en 1992 para conmemorar el V Centenario del Descubrimiento de América. Nueve meses antes de la inauguración de la muestra dejó el cargo, hecho recordado así por el citado García Reyes: "Aquello fue la más clara puesta en práctica de su propio código ético. Había presentado la dimisión un tiempo antes porque consideraba que la Expo había pasado de ser una «cuestión de Estado» a convertirse en una «cuestión de partido», algo con lo que él no comulgaba. El Gobierno de su amigo y discípulo Felipe González no le aceptó la renuncia porque consideró que se generaría un escándalo. Poco después, sin embargo, fue el Gobierno el que le instó a dimitir y entonces Olivencia se negó. «No quise disfrazar de dimisión lo que era una destitución pura y dura», explicaba".

Volvió a su bufete, Olivencia-Ballester, que se integró en 2006 en Cuatrecasas, despacho lider entre los españoles en facturación del que llegó a ser vicepresidente. Y entretanto formó parte de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, fue embajador extraordinario del Reino Unido en España y miembro de la Corte Española de Arbitraje, de las Cortes de Arbitraje de las Cámaras de Comercio de Sevilla y Madrid y de la Corte de la Cámara de Comercio Internacional de París, además de miembro de número de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, de la de Legislación y Jurisprudencia, de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Madrid, y de Erudición de la de Medicina de Sevilla.

Olivencia, que nació el 24 de julio de 1929, el año de la muestra Iberoamericana, ha muerto en la conmemoración del 25 aniversario de la Expo 92 que él impulsó. Ni el azar le va a librar de ser recordado siempre como un hombre digno de exposición.

Hace apenas un mes, a finales de noviembre, participó junto al ministro de Justicia, Rafael Catalá, en sendos actos donde los juristas sevillanos homenajearon a dos compañeros suyos, Joaquín Zejalbo Martín, quien acababa de fallecer en un accidente de circulación,  y otro el propio Manuel Olivencia Ruiz, acto donde fue tomada la foto anterior. En el encuentro, el notario Víctor Manuel Garrido de Palma presentó también el libro homenaje que el Consejo General del Notariado ha editado en memoria del compañero fallecido bajo el título «La fiscalidad en la práctica notarial». Tanto él como el ministro como el decano del Colegio Notarial de Andalucía, José Luis Lledó, destacaron del compañero su actitud de servicio y «cómo siempre iba con 5 ó 6 libros abrazados a él como si fuera un niño, no en una bolsa» prueba de su afán por el estudio.

«Un hombre grande por su volumen corpóreo y espiritual», precisó Lledó. El ministro de Justicia, que acudió acompañado del delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, también recordó la figura del Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, recientemente fallecido y la del Fiscal General de Cataluña, José María Romero de Tejada que murió ayer, precisamente.

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