jueves,18 agosto 2022
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Raphael Nagel / Kant Ediciones / 400 páginas

Turbocapitalismo: los maestros de la quiebra

Redacción
En la Conferencia-debate:Turbocapitalismo, ¿es posible un capitalismo más humano?, este jueves 13 de octubre a las 19 horas en el Colegio de Economistas de Madrid se presentó el libro de Raphael Nagel, a quien acompañaban Juan José Durán Herrera, catedrático de Economía de la Empresa de la Universidad Autónoma de Madrid; Cristina Fallaras, periodista y directora de Diario 16; y Lola García, directora editorial de Kant Ediciones.

Los maestros de la quiebra es el primer libro de Raphael Nagel, quien ha pasado años en la banca de inversión como los de Deutsche Bank y se muestra horrorizado desde su actual función como Socio de Exante Merchant Bankers y promotor de la Fundación Nagel.

En su obra, cuya presentación en el Colegio de Economistas de Madrid ha sido objeto de una invitación pública y fue transmitida en directo por streming, Nagel analiza escándalos financieros, económicos y sociales que han protagonizado desde el 2007 la peor crisis vivida en décadas. La ética en las finanzas, “el negocio redondo” de la familia Botín, la “práctica abusiva” de las hipotecas “bienvenida”, las preferentes como un abuso de confianza, Ruiz-Mateos como el “mayor trilero de España”, el caso Pescanova, la concentración bancaria, el caso Caja Castilla La Mancha, la Caja Madrid de Blesa y qué hacer en caso de quiebra personal son los temas analizados en Turbocapitalismo.

Para Nagel, el turbocapitalismo es “un capitalismo agresivo en el que la avaricia de los grandes capitales por ganar mucho dinero con muy poco esfuerzo ha perjudicado a gran parte de la sociedad (…) es injusto que se socialicen las pérdidas y se privaticen las ganancias”.

Turbocapitalismo se presenta como una obra imprescindible para entender la realidad socio económica de los últimos años, con un formato muy periodístico y accesible para un lector medio. Cabe destacar que los beneficios obtenidos con la venta del libro se destinarán a la Fundación Nagel de apoyo a las familias monoparentales, principalmente mujeres que se encuentran con problemas económicos muchas veces por deudas contraídas por terceros.

Previamente, en declaraciones a la prensa Nagel ha dicho que el beneficio a cualquier precio no tiene futuro: el sistema se colapsará”Su experiencia como especialista en reestructuración y refinanciación de la deuda, le ha permitido vivir las finanzas internacionales desde dentro, por lo que puede explicar cómo funciona.

A lo largo de sus páginas Nagel ofrece ejemplos del buen hacer, pero también grandes escándalos económicos que han marcado la vida política, social, económica y judicial de España en los últimos meses. Nagel considera que es injusto que se socialicen las pérdidas y se privaticen las ganancias y propone eventuales soluciones para frenar y erradicar el turbo-capitalismo.

La expresión turbocapitalismo es del economista norteamericano Edward Luttwak y la acuñó allá por 1996, dandola a conocer en su libro Turbocapitalismo. Quiénes ganan y quiénes pierden en la globalización (Planeta-Crítica). Luttwak mostraba cómo la desregulación, la privatización y el cambio tecnológico han acelerado este proceso de globalización que corroe el tejido social, que crea algunos nuevos ricos y muchos pobres, a los que tan sólo ofrece empleos inseguros, salarios estancados, una marginación que está llenando las cárceles del mundo entero y una profunda angustia ante un futuro incierto. Cómo conservar la eficacia creadora de este turbocapitalismo y evitar al propio tiempo sus corrosivos efectos sobre la sociedad, las familias y la cultura, es el gran reto a que habrán de enfrentarse los hombres y las mujeres de nuestro tiempo.

En paralelo con ese concepto, el llamado anarcocapitalismo, con el profesor Rothbard a la cabeza, han promovido la idea de que público es fuente de corrupción, privilegio y agresión. 

Desde otra perspectiva de crítica al neoliberalismo, voces como la del economista español Martínez González-Tablas atribuyen el problema principalmente a que se ha generalizando el referente mercantil por encima de cualesquiera otros valores. Entre esas críticas unos piensan que la economía devora a la política y otros que la economía también es una forma de política. 

Desde su experiencia y perspectiva (se ha forjado en centros universitarios de Alemania, Inglaterra y España y en el sector bancario trabajó durante 17 años), Nagel aboga contra la exclusión social provocada por el sobrendeudamiento y a favor de la educación financiera. Y esta es una tarea que acomete desde este su primer lubro, cuyo capítulo primero es ofrecido gratuitamente a través de Internet:

Capítulo 1: Pecunia Sumisa Ética en las finanzas

Quizá las dos palabras que más han marcado las noticias económicas españolas durante los últimos años y han pasado a formar parte de nuestro vocabulario habitual son corrupción y quiebra. Se han convertido en portavoces de la situación española y han servido para aglutinar y definir una etapa. He impartido clases a jóvenes estudiantes de una universidad norteamericana y estos dos vocablos definen, para ellos, la España actual. Muchas personas con las que hablo ven el actual panorama económico y político con pesimismo y piensan que las soluciones solo serán posibles mediante cambios estructurales drásticos, única vía que permitirá un cambio de rumbo. No puede ser de otro modo ya que el panorama político está empantanado. Encuentro un paralelismo a la situación vivida en Alemania durante la República de Weimar a inicios del siglo XX, con un parlamento muy fragmentado y con posiciones políticas antagónicas entre los partidos políticos, lo que dificultaba un acuerdo. El ser humano tiene miedo al cambio, por pequeño que sea. No vemos que ante nosotros tenemos una gran oportunidad. ¡Tenemos una oportunidad única! Los primeros filósofos políticos griegos se hicieron preguntas sobre cuál era la mejor forma de gobernar. Aristóteles y Platón escudriñaron, analizaron y nos dejaron respuestas. Fueron pioneros y precursores de la democracia y la convivencia. No obstante, a día de hoy no hemos sido capaces de hallar la forma ideal de gobernar. El pensamiento marxista no prosperó en sus objetivos y muchos creen que la democracia del pluri-turbo-capitalismo es el sistema ideal. Este es otro de los términos que aplico para hablar de la idea forjada en los años sesenta del siglo XX, a partir de la etiqueta (falsa) de liberalismo que triunfó a partir de la caída del Muro de Berlín en 1989. El colapso de un sistema soviético servía de balanza, de contrapeso, a los desmanes del capitalismo más despiadado, que es lo que califico de turbo-capitalismo (capitalismo totalmente desvinculado de cualquier moral o ética).

Ideas a preservar

Cuando todo se transforma en mercancía, es decir, en dinero, es cuando debemos tener cuidado porque nos acercamos al precipicio y corremos el riesgo de volver a caer en los mismos errores. Sin duda se ha demostrado que el marxismo no ha conseguido triunfar en la sociedad occidental. A pesar de ello, en su corpus ideológico todo lo que hace referencia al bienestar social y protección a los más débiles debe incorporarse y formar parte de los pilares de un nuevo concepto de democracia liberal, que es la que gobierna, en estos momentos, el mundo. Ahora ha llegado el momento de definir, entre todos, un nuevo sistema social, en el que cada uno puede influenciar positivamente con sus ideas el cambio imprescindible y necesario. La clave es la ética, un concepto que ha dejado de formar parte de la vida y de los estudios, pero que es imprescindible en el quehacer diario. Más adelante ya hablaremos de la nueva ética. España necesita, sin duda, un cambio. El sistema actual, en el que los grandes bancos hacen y deshacen lo que quieren, no es justo. Los más perjudicados son la inmensa mayoría de ciudadanos en un sistema actual insostenible. Algunos datos: la reestructuración de la banca ha costado más de 73.000 millones de euros, mientras que la corrupción político-empresarial ha perjudicado a todos los españoles en más de 40.000 millones de euros. En total, más de 110.000 millones de euros, una cifra astronómica.

Una aberración

Desde 1995, la sociedad desarrollada, tal como planteó Zbigniew Brzezinski — asesor de la Casa Blanca—, ha sido descrita bajo los parámetros del tittytainment, el cual sostiene que el 80% de la población es inútil y por lo tanto hay que alimentarla con “entretenimiento basura”. Este concepto que se extiende en Europa surge de la unión de las palabras inglesas titty y entertainment (pechos y entretenimiento). No carente de sentido sexual, tiende a traducirse como un sistema de amortiguación emocional. Comida y entretenimiento barato darán como resultado una sociedad que no piensa ni causa problemas, ocupada en temas banales. Parece aberrante pero es real. Repito una vez más que mi crítica no va en contra del capitalismo. Es una crítica feroz contra un turbo-capitalismo en el que todo vale con tal de ganar más dinero en el menor tiempo posible y en el que cada día son más grandes los que lo controlan todo, una especie del Gran Hermano que predijo George Orwell. A día de hoy, el sector bancario español está controlado en un 80% de cuota de mercado por únicamente cuatro entidades. Sin embargo, con las previstas fusiones en breve quedarán tres, que controlarán casi el 90% del sector. Esto no puede ser bueno ni para la banca, ni para el ciudadano, ni para el país. Según todas las estadísticas de organizaciones internacionales como la ONU, el 1% de los más ricos poseen más que todo el resto de la humanidad y solo 62 billonarios tienen más que la mitad del patrimonio del mundo. Por otra parte, 2.000 millones de seres humanos sufren desnutrición en el mundo, cuando la Tierra está preparada para alimentar a más de 12.000 millones de personas (con 20.000 millones anuales se podría eliminar el hambre en el mundo). Finalmente, quizás lo más sangrante: las grandes empresas socializan las pérdidas y privatizan los beneficios. Hay que terminar con este abuso.

Un cambio con ética

spaña necesita un cambio de sistema económico y político. Esta transformación tiene que surgir de la sociedad, igual que sucedió en Alemania del Este en 1989, donde el propio pueblo Wir sind das Volk (Nosotros somos el pueblo) lo promovió sin interferencias de las clases dirigentes, de los intocables. Es el pueblo español el que tiene que promover este cambio. Será el ciudadano quien hará posible el cambio de un sistema post-dictatorial con un bipartidismo corrupto y fracasado en el que los intocables pasen a ser los ciudadanos. Antes apostaba por poner la ética en el centro del debate. Esta palabra, tan simple y tan difícil de encontrar en la vida pública, será lo único que producirá el cambio. Cada uno, desde su responsabilidad, deberá aplicar y actuar bajo la ética, ya que una sociedad sin ética es una sociedad destinada al fracaso. El presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt ya decía en 1936 que ser gobernados por el dinero es tan peligroso como ser gobernados por el crimen organizado. Esta reflexión debe contextualizarse en un momento en que las mafias campaban a sus anchas en Estados Unidos gracias a la ley seca y su prohibición del alcohol. Cuando educamos a nuestros hijos debemos ser conscientes de que educamos, en realidad, a nuestros nietos. El dinero debe ser entendido como una herramienta pero jamás como una finalidad. Antes, cada uno podía prosperar con su trabajo. Hoy en día es más probable un descenso social, pues el ascenso y la meritocracia han sido anuladas por el turbo-capitalismo.

Civilizar al capitalismo

Una de las propuestas que lanzo es mantener viva la ilusión por mejorar la sociedad y ofrecer a nuestros hijos un modelo que valore más el talento que el dinero. Ha llegado la hora de ser intransigentes con la corrupción y las quiebras fraudulentas y tratar de que dejen de ser prácticas habituales con el único fin de lograr objetivos personales. Tenemos que reflexionar sobre el fracaso y entender que se nos presenta una oportunidad. Es necesario hacer un ejercicio que nos ayude a interpretar el fracaso como una experiencia de la que debemos aprender y poner los medios para facilitar el tener una nueva oportunidad a los que, por distintas razones, se hayan visto afectados por una insolvencia. Tengo la certeza de que solo quien fracasa puede triunfar. La idea de este libro es inspirar hacia una corriente orientada a civilizar el capitalismo, educar a nuestros hijos y ellos a nuestros nietos, defender el bien común y ver el mundo como un lugar lleno de oportunidades. Un mundo en el que las ilusiones se conviertan en realidad gracias al talento y al esfuerzo. Un mundo en el que los afectados por la insolvencia puedan mirar hacia delante con optimismo y se puedan recuperar. Un mundo en el que evitemos que las macrofortunas se encierren en sus carísimos áticos y apaguen el botón del ascensor social para que nadie acceda a la planta. Únicamente si todos y cada uno de nosotros, la sociedad en general, empezamos a descartar ciertas formas de enriquecimiento podremos civilizar al capitalismo y tener unas riquezas sin avaricias, pues la desigualdad destroza la confianza. Cuanto más grande es la desigualdad, más alta es la desconfianza. En la década de los sesenta, el 60% de los americanos tenía confianza en sus compatriotas; hoy, no llega siquiera al 40%, según un estudio de los sociólogos Richard Wilkinson y Kate Pickett. Como colofón a este capítulo, les explico la historia de Paco y Verónica. La llamo la “hipoteca irresponsable”.

Hipoteca irresponsable

sta es la historia de una irresponsabilidad. Cualquiera con un poco de sentido común nunca concedería una hipoteca de 1.200 euros de cuota mensual con unos ingresos de 1.600 euros. Es evidente que con el 25% de los ingresos totales no se pueden cubrir las necesidades básicas —comida, gastos, transporte—, y que más pronto que tarde no se podrá hacer frente a los pagos. Paco y Verónica son una joven pareja y decidieron comprarse un piso. Sus ingresos, en aquel momento, sumaban 1.600 euros y recurrieron a la Unión de Créditos Inmobiliarios. UCI pertenece al Banco Santander y a BNP Paribas, aunque es la entidad española la que manda, pues todos los clientes de UCI deben abrir una cuenta corriente en el Banco de Santander. UCI vende a través de internet su “hipoteca responsable”. En la página de UCI (www.uci.es) se puede leer la guía destinada a informar a sus clientes y las condiciones para conceder las hipotecas. Lo primero que llama la atención es que se publicite con cuatro agencias en Cataluña, todas ellas domiciliadas en el mismo lugar, lo que nos lleva a comprobar que todas pertenecen a un único despacho en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). La guía del hipotecado de UCI explica que su filosofía se basa en cuatro grandes ejes: compromiso, transparencia, flexibilidad y experiencia. En cuanto al compromiso, argumenta que tanto el banco como el cliente deben asumir sus responsabilidades. Sobre la transparencia, se le exige al cliente información completa, precisa y veraz, comprometiéndose UCI a su vez a cumplir los mismos conceptos. En cuanto a la flexibilidad, asegura que la hipoteca concedida responde a circunstancias “particulares” pues, según dice, cada persona es diferente y no se puede generalizar. Finalmente, asegura que UCI es una entidad de probada solvencia.

Fiadores

nte estas explicaciones, la pareja se dirigió a UCI para solicitar su hipoteca y el padre de Paco los avaló con su piso. Transcurridos los primeros tres años, Paco se quedó en paro y fueron a hablar con la entidad de crédito UCI para explicarles su caso. La solución que les dieron fue ampliar su hipoteca. En esta segunda ocasión, los avalistas fueron la madre de ella y, de nuevo, el padre de él, con sus respectivos pisos. Tanto Paco como Verónica confiaban en que su situación revertiría. Pero la crisis económica ha sido tan dura con el empleo que ambos todavía están en el paro. Aunque en las condiciones de UCI se explica claramente que la entidad de crédito “podrá ejecutar” la vivienda si no se paga la cuota y, además, siguiendo la Ley Hipotecaria española, UCI deja claro que “sacará a subasta el piso si no se cubre la totalidad del crédito”, los clientes seguirán respondiendo con sus bienes personales presentes y futuros hasta el 100% de la deuda. UCI vendió una “hipoteca responsable” de forma irresponsable. Ellos sabían desde el inicio de la operación de préstamo que Paco y Verónica no podrían hacer frente al riesgo, es decir al pago de las cuotas mensuales de la hipoteca. Si alguien ingresa 1.600 euros, es imposible que haga frente a una hipoteca de 1.200 euros. Se estima que la cantidad que se puede destinar al pago de vivienda no puede superar el 35% sobre el total de los ingresos, y aun así decidieron endeudar a la pareja y conceder un crédito al que tendrían que asignar el 75% de sus ingresos. Es el preámbulo de un crédito fallido. Paco y Verónica dejaron de pagar las cuotas a los seis meses de la renovación de la hipoteca. UCI sabía perfectamente la situación laboral de la pareja e incluso así les firmaron una segunda hipoteca con un alto riesgo de impago. En el sector bancario es sabido que el Banco Santander deriva los préstamos de alto riesgo hacia UCI, entidad que actúa como la línea de hipotecas basura del Santander.

Mala praxis

Un ejemplo de la mala praxis de UCI es el siguiente: mientras que en una hipoteca normal el saldo inicial al primer año se ve reducido al quinto tras el cumplimiento de pago de diversas cuotas fijadas en el contrato, en una hipoteca suscrita con UCI, que en realidad se trata de un crédito diapasón, el saldo inicial al primer año se ve aumentado al quinto año, a pesar de cumplir también con los pagos de las cuotas acordadas. Paco y Verónica han presentado en los juzgados una demanda de nulidad absoluta del contrato firmado con UCI, una entidad que se aprovecha de la poca cultura financiera de muchas personas y, en lugar de conceder préstamos hipotecarios al uso, firma créditos más onerosos para los ciudadanos. La irresponsabilidad también se debe pagar.

Recomendaciones:

 Aplazar la compra hasta disponer de ahorros (10-20% mínimo)

 No pedir avales, porque en caso de que surja cualquier imprevisto ya no hay nadie a quien recurrir para pedir ayuda.

 Prever imprevistos como, por ejemplo, el aumento del tipo de interés o derramas adicionales de los gastos de comunidad.

 Máximo endeudamiento del 35% de los ingresos totales.

De interés

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