jueves,18 agosto 2022
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Voto de castigo en toda Europa a los gobiernos y Bruselas

Unanimidad de la prensa española sobre el fin del bipartidismo

Redacción
La prensa española valora hoy las elecciones de ayer editorialmente y en sus portadas como el fin del bipartidismo en España y el inicio de un serio peligro xenófobo y extremista para toda la Unión Europea, dentro del voto de protesta que recorre Europa porque Bruselas no ha logrado convencer a los ciudadanos en estos cinco años de que pilota la nave hacia la salida de la crisis.

"Gana el PP, pierde el bipartidismo", es el resumen de la jornada electoral que hace EL PAÍS en su principal titular de portada, y destaca que "por primera vez, socialistas y populares no alcanzan juntos el 50% del voto". Además, subraya que "Podemos irrumpe como cuarta fuerza con cinco escaños, uno por debajo de IU".

"Castigo histórico a PP y PSOE: pierden cinco millones de votos", titula EL MUNDO en portada. Éste diario también destaca la "sorprendente irrupción de Podemos", así como la victoria de ERC en Cataluña.

ABC titula "El PP gana con castigo", y destaca que "Arias Cañete se impone por dos escaños a un PSOE que cae más que el partido en el Gobierno". Además añade que "Rajoy, Merkel y Renzi" son "los únicos líderes en el poder que han obtenido el aval en las urnas". Y en cuanto a Cataluña, subraya que "ERC supera a CiU por primera vez en unas elecciones".

"Toque de atención al bipartidismo", titula LA RAZÓN, y añade que "Rajoy es el único líder en el poder, junto con Merkel, que se revalida en las europeas". Tras destacar la "fuerte entrada de Podemos", dice que "la izquierda fagocita al PSOE: IU y Podemos se quedan tan sólo a tres escaños de Rubalcaba".

LA VANGUARDIA señala en portada que "el PP aguanta mejor que el PSOE el naufragio", mientras que en clave catalana dice que "ERC capitaliza el ímpetu soberanista y relega a CiU". En la misma línea, EL PERIÓDICO destaca que "ERC bate a CiU" y que las fuerzas soberanistas suman el 55% de los votos en Cataluña, mientras que "el PSC registra su mínimo histórico".

La izquierda se estrella en Francia (EL PAÍS): La Francia que sale de las urnas europeas es un país revolucionado en el que el Frente Nacional de Marine Le Pen se alza con la cuarta parte de los votos. No hay que descartar que las consecuencias de esta segunda catástrofe electoral de los socialistas desemboquen en movimientos políticos de gran alcance. Tal como se preveía, en esta Eurocámara en la que retroceden las fuerzas tradicionales y avanzan los populismos antisistema el primer puesto fue para el PPE, con pérdida notable de escaños, y el segundo para los socialistas.

Los europeístas no pueden permitir que los extremistas rompan la UE (EL MUNDO): Formaciones contrarias a la UE, con alegatos antisistema, que abogan por reducir o prohibir la inmigración e incluso la libre circulación y, sobre todo, ponen en riesgo la unión política, sólo provocan inestabilidad en Europa. La perdedora de estos comicios puede ser la unión de Europa. Aunque la fragmentación del voto de los euroescépticos irá en su contra, los partidos europeístas no pueden obviar su avance, ya que hacerlo sería una irresponsabilidad. Tienen que convencer a la sociedad de que pueden trabajar por Europa mediante eficaces políticas sociales y económicas. Es el único camino para cerrar la puerta a las formaciones antieuropeas y evitar una nueva alarma.

La xenofobia no puede ser un rasgo europeo (LA RAZÓN): El populismo ha calado y toca desactivarlo y desenmascararlo. Está en juego la libertad, la prosperidad y la convivencia, que esas propuestas ponen en peligro.

Los ciudadanos castigan al bipartidismo en las urnas (EL PAÍS): Los resultados españoles de las elecciones europeas suponen un cierto descalabro de los dos partidos hegemónicos, de mayor envergadura para el Partido Socialista. Ayer sólo lograron conjuntamente el 50%. Es una sangría que han capitalizado las formaciones de izquierda y centro, sobre todo, Podemos, el partido de Pablo Iglesias, que irrumpe triunfalmente en la Eurocámara con cinco diputados. El panorama supone un serio castigo a los partidos de gobierno, a los que un creciente número de ciudadanos ven como parte del problema de la desafección política y de una crisis para la cual se aplican recetas demasiado similares, a pesar de los eslóganes. La victoria del PP, aun con una pérdida de votos y escaños considerable, es un motivo de aliento para la formación de Rajoy. La hemorragia de votos no ha sido capitalizada por la principal fuerza opositora, el PSOE, que es el gran perdedor. Su discurso no ha calado suficientemente en el electorado de centroizquierda, que ha optado por formaciones más radicales y menos dañadas por el poder. La mayor participación en Cataluña, inmersa en el proceso soberanista, merece un análisis particular. El aumento de votantes responde al llamamiento movilizador de los partidos nacionalistas, que podrían interpretar este voto como la expresión ciudadano de su deseo de decidir su futuro a través de las urnas. Los políticos están obligados a emplearse mucho más en atraer a los ciudadanos hacia unas políticas que son cada día más determinantes para el devenir de la sociedad europea.

PP y PSOE deben reaccionar ya ante este toque de atención (EL MUNDO): El varapalo sufrido por el bipartidismo es la principal conclusión del resultado de las elecciones europeas en España. La izquierda y los independentistas han conseguido movilizar con fuerza a su electorado. Los populares han sido castigados por los recortes del Gobierno y por sus incumplimientos electorales, pero también porque Rajoy y Cañete no han ilusionado a sus votantes. El PSOE ha sido incapaz de capitalizar ni la política de austeridad del Gobierno, ni el descontento social, ni la flagrante corrupción del PP. No sabemos qué más necesitan los socialistas para darse cuenta de que Rubalcaba está ya amortizado electoralmente hablando. La irrupción de Podemos ha sido otra nota fundamental de esta convocatoria. Primero, porque se trata de un partido unipersonal con sólo unos meses de andadura. Y segundo, porque ratifica la falta de respuestas adecuadas de Izquierda Unida. Es posible que el triunfo de Podemos sea flor de un día, pero no sería la primera vez que un partido sin experiencia ni trayectoria da la sorpresa para quedarse. En Cataluña CiU y ERC acertaron al concebir la campaña como el preludio de su proyecto de consulta soberanista, como prueba un incremento de la participación de diez puntos respecto de las elecciones de 2009. Se ha podido vislumbrar el fin del bipartidismo en España por el fracaso de la gestión de los dos grandes partidos nacionales. Es imprescindible que sean los dos los que propicien de verdad el movimiento de regeneración democrática que necesita España.

Los españoles desconfían del PSOE más que del PP (ABC): Las urnas dieron ayer a Rajoy una advertencia, la puntilla a Rubalcaba, y a Europa, un futuro incierto. En la misma medida en que los populares han ganado, los socialistas han recibido un revés que amplifica su derrota en las generales de 2011, porque confiaban en que el tiempo transcurrido hubiera borrado la huella de su responsabilidad por la gravedad de la crisis. El PSOE se hunde sin remisión porque los españoles desconfían de los socialistas más que del PP. Sin embargo, el PP sigue necesitando la recuperación de su electorado tradicional con una acción de gobierno coherente con su programa y su identidad ideológica. Los resultados de los demás partidos demuestran una clara fragmentación del voto de izquierda, con especial mención a Podemos, especialmente atribuible a la pérdida de peso político del PSOE en este sector ideológico. El PSOE no sólo no cumple un papel similar con la izquierda, sino que la está lanzando a los extremismos al asumir un discurso más radical que el que corresponde a la amplitud de la base sociológica. En el campo nacionalista, el resultado más significativo es la victoria de ERC frente a CiU. Europa ha abierto definitivamente las puertas a los extremismos antieuropeos. Sus discursos revelan la existencia de un descontento en expansión entre los ciudadanos europeos que los grandes grupos políticos tienen que abordar. Las renovadas instituciones comunitarias tendrán que hablar de inmigración y de fronteras, de identidad europea y de soberanías nacionales. Los europeos han dicho que quieren otra Europa.

Un voto de protesta recorre Europa (LA VANGUARDIA): El balance del resultado de las elecciones al Parlamento Europeo es preocupante por la llegada al hemiciclo de varios grupos euroescépticos, cuando no abiertamente contrarios, radicales de izquierda y otros claramente xenófobos que obliga a los dirigentes a una profunda reflexión sobre el futuro. El mensaje del electorado europeo obliga a unas reformas institucionales que doten a Europa de una democracia más directa y participativa, al mismo tiempo que deberá recuperar unas clases medias sobre las que se ha focalizado la crisis económica. Está claro que el bipartidismo da claros síntomas de agotamiento incluso a sabiendas de que unas elecciones europeas conllevan siempre un voto de castigo. El objetivo de Rajoy era demostrar a Europa que sigue contando con la confianza de los españoles y que su Gobierno sigue siendo fiable. Para el PSOE, el principal objetivo de las europeas era salvar los muebles. Pero no ha cumplido con las expectativas, básicamente porque no ha conseguido cauterizar la fuga de votos hacia otras formaciones, especialmente IU y Podemos. En Cataluña la victoria de ERC indica no sólo que los republicanos han logrado capitalizar el voto independentista, sino que, al mismo tiempo, han hecho olvidar su participación en el tripartito, que dejó gravemente endeudada a la Generalitat. No sólo ha conseguido renovar a sus líderes, sino que estos se han presentado con éxito como la formación idónea capaz de realizar la consulta prevista para el próximo 9 de noviembre a pesar de un cierto síndrome alérgico a gobernar del que parecen hacer gala. 

Rajoy tiene margen para mantener su política de austeridad (EL PERIÓDICO):En Cataluña, por primera vez desde el restablecimiento de la democracia, un partido que no sea CiU o el PSC ha ganado las elecciones. La distancia de ERC sobre CiU ha de permitir a Artur Mas gestionar los siguientes pasos sin que se abra una crisis de gobierno. De hecho, más que de unos malos resultados de CiU, hay que hablar de unos excelentes de ERC. El PSC ha sufrido una especial sangría fuera del área metropolitana. La actual dirección socialista haría bien en buscar cómo suturar esas heridas, paso previo para tratar de recuperar la centralidad perdida. Mariano Rajoy, por su parte, ha salvado los muebles y de paso ha dejado en una delicada situación a Alfredo Pérez Rubalcaba. Rajoy tiene margen para mantener su política de austeridad y confiar en que la recuperación que pregona se haga más visible al final de la legislatura. El socialismo español necesita cambiar caras y proyecto en las primarias. Las elecciones han confirmado que el bipartidismo imperfecto que rige desde la transición da muestras de agotamiento. La contundente irrupción de Podemos, indica que es el PSOE el que más difícil lo tiene para cuidar su flanco. Bruselas no ha logrado convencer a los ciudadanos en estos cinco años de que pilotaba la nave hacia la salida de la crisis. No sería de recibo que Angela Merkel moviera los hilos para buscar un candidato más a su medida, vulnerando el espíritu del Tratado de Lisboa, que abre la puerta a que la presidencia sea ocupada por quien más apoyos reúna en la Eurocámara. La UE no puede permitirse un golpe como este a su ya debilitada credibilidad. 

Las propuestas de Rajoy son realistas para los electores (LA RAZON):El PP revalida la victoria de los comicios de 2009 y sufre el efecto de la crisis económica y de las medidas que ha tenido que aplicar en momentos realmente dramáticos, lo que ha provocado un retroceso, aunque sigue siendo la principal fuerza española. El PP era consciente de que la puesta en marcha de políticas impopulares tendría un coste, a pesar de que está demostrando su eficacia. El PSOE deja en una situación complicada a Pérez Rubalcaba ya que apostó por Elena Valenciano, que sin duda ha fracasado en su improvisada estrategia de centrar su campaña sólo en atacar a Arias Cañete. Las propuestas de Rajoy han sido convincentes para Europa y, sobre todo, realistas para una parte del electorado. Rajoy y Merkel son los únicos gobiernos conservadores que han ganado en sus respectivos países. Ante la ola euroescéptica que amenazaba con impactar en los cimientos de Bruselas, sólo cabe fortalecer las instituciones y desarrollar una gestión más eficaz que llegue a los ciudadanos, para que sientan que Europa es la solución y no la causa del problema. A pesar de que la participación ha aumentado, la deserción en las elecciones europeas sigue siendo la gran asignatura pendiente en la construcción de la unidad política, que impide mayorías sólidas y fomenta el auge del populismo. 

El reto de hacer más y mejor Europa (CINCO DÍAS):Las urnas han dado un verdadero varapalo al bipartidismo y han fragmentado el espectro en España: un rechazo a la política de ajustes del PP y un serio aviso al PSOE. Los ciudadanos han lanzado una seria advertencia a los grandes partidos, que juntos no llega al 50% de los votos, y si no toman nota y ponen los pies en la tierra y lejos de la corrupción deben empezar a ver el futuro con verdadera preocupación. La tarea más urgente es apuntalar definitivamente la zona euro, rematando las reformas iniciadas a raíz de una crisis financiera que, tras mutar en crisis de deuda, puso en peligro hasta la moneda única. Los nuevos instrumentos de solidaridad supranacional deberán ir acompañados de una supervisión presupuestaria más estrecha, en la que la nueva Comisión dispondrá de instrumentos muy poderosos de control. Pero nada podrá salir adelante si la Comisión y el Parlamento europeos no acometen un serio plan de austeridad en su funcionamiento. Los ciudadanos han visto con asombro quiénes desde Bruselas les exigían sacrificios y más impuestos disfrutaban de una holgada existencia en una urna de cristal inadmisible. La crisis al menos ha servido para sacar a la superficie esa incoherencia, en la que se asienta gran parte del escepticismo sobre una Europa que hoy, y con la deriva geopolítica internacional, resulta más necesaria que nunca.

La victoria mínima del pp pone en peligro las reformas(/EL ECONOMISTA): La victoria del PP es un triunfo con sabor agridulce, pues aunque implica un refrendo a las reformas realizadas, la pérdida de ocho diputados en relación de la anterior convocatoria es también una seria advertencia del descontento de muchos españoles, que no ven horizonte a la salida de la crisis y están desencantados por algunas de las promesas incumplidas del Gobierno. No ha calado entre los ciudadanos el mensaje de optimismo económico, en el que el PP trató de centrar la campaña. El peligro es que Rajoy considere que el trabajo ya está concluido. El mensaje que lanzan los europeos a sus políticos es que hay que tomar medidas para lograr que Europa crezca, pero hay que hacerlo más rápido y mejor, porque si no el malestar que se manifiesta en el importante crecimiento de los partidos euroescépticos podría aumentar todavía más. El PSOE es incapaz de detener la fragmentación del voto de izquierdas y los jóvenes se van hacia una nueva formación, Podemos, que ha sido la gran sorpresa de estos comicios. Una de las lecciones dadas por las urnas es que el bipartidismo en España ha sufrido un serio varapalo. El descenso en el número de escaños experimentado por los dos principales partidos es un reproche a los errores cometidos. 

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