jueves,18 agosto 2022
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Más rigor con las mascarillas y misma exigencia de plan B

Universidades deja a cada campus cómo reanudar la actividad, con criterios diferentes a Educación

Redacción
En sus 24 páginas de recomendaciones para el curso 2020-2021, que llama de "presencialidad adaptada",el Ministerio de Universidades recuerda a todos los estudiantes y profesores que el decreto-ley de nueva normalidad obliga a todos a llevar mascarilla si no pueden guardar la distancia de 1,5 metros. Pide a cada campus un plan ante el rebrote del virus,pero les deja fijar criterios sobre cómo reanudar la actividad, con una actitud así diferente a la seguida por Educación y Formación Profesional
Bajo el título Recomendaciones del Ministerio de Universidades a la Comunidad Universitaria para adaptar el curso universitario 2020-2021 a una presencialidad adaptada, además de desarrollar los cuatro principios básicos de prevención resumidos por la ilustración superior, el texto íntegro que el ministro Manuel Castells propone que cada universidad calcule su ocupación y que los alumnos roten en las aulas si no caben, con turnos para que unos vayan a la universidad y otros estudien en casa.

El Ministerio de Universidades facilitó los 34 folios de sus  Recomendaciones para el desarrollo del curso 2020-2021, documento definitivo que ha enviado a todas sus partes interesadas: Conferencia General de Política Universitaria, Comunidades Autónomas, sindicados, Consejo de Estudiantes Universitario del Estado y consejos universitarios.

Además, en colaboración con el Ministerio de Sanidad,ha enviado a las universidades otro documento con las orientaciones en medidas de prevención e higiene frente a la COVID-19 de cara al próximo curso.

Ambos documentos de recomendaciones buscan el objetivo de unificar criterios en la implementación de medidas en los centros y de esta forma lograr una integración tanto de las medidas de prevención e higiene como de aquellas relacionadas con la docencia.

Tras recibir numerosas críticas por no regular el funcionamiento de la Selectividad, Castells propone que cada campus calcule sus aforos estableciendo un coeficiente de ocupación de cada actividad docente e investigadora que se desarrolle en sus instalaciones contando con que los alumnos deben guardar una distancia de 1,5 metros. 

Propone para ello a las universidades una fórmula matemática para calcular si cada actividad docente puede realizarse de manera presencial o semipresencial con rotación de alumnos –principalmente para las clases magistrales, seminarios, laboratorios y prácticas deberán ser presenciales– teniendo en cuenta el metro y medio de separación entre alumnos.

A diferencia de Educación y Formación Profesional intentanto que todos los alumnos pasen todo el tiempo posible en las aulas, el Ministerio de Castells rechaza desdoblar las clases "porque ello implicaría una sobrecarga insoportable para los docentes" a la vista de la escasez de recursos. También sugiere unas pautas que "deben servir simplemente como orientación para la comunidad universitaria para el desarrollo de su actividad en el período de la llamada 'nueva normalidad' durante el cual la amenaza de la COVID-19 sigue vigente". Pero al igual que Educacion pide a cada centro un plan de contingencia para la vuelta a las clases totalmente online en caso de que un rebrotre del virus así lo aconsejera.

SIn embargo, este amplio protocolo universitario de Castells es más estricto en lo sanitario al de Celaá (quizá porque la potencia de contagio del virus aumenta con la edad) e insta en principio a usar mascarilla higiénica -"a ser posible reutilizable"- a todos los estudiantes y profesores que accedan a los campus siempre que no se pueda asegurar una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros. La ministra (ver Así es la vuelta al cole total en septiembre acuerdan Sanidad y Educación y FP con 15 autonomías, permite que ningún alumno de Infantil a Bachillerato lleve mascarilla cuando se siente en el pupitre, además de excluir de su uso a los menores de 10 años.

 
Para calcular si una actividad docente se puede realizar o no, especialmente pensando en las masificadas clases magistrales, Universidades propone a los centros que hagan dos cálculos: el coeficiente de ocupación teórico y el real. EL primero parte de dividir el número de estudiantes matriculados en una actividad por la capacidad de la instalación en la que se desarrolla, teniendo en cuenta la separación de 1,5 metros entre los ocupantes. A continuación se calcula el coeficiente de ocupación real, obtenido de dividir el número de alumnos matriculados en la actividad por la capacidad real de las instalaciones, que da un número "Y". Si Y es superior a X, "la actividad no podrá desarrollarse de forma presencial en su totalidad y las universidades deberían tomar las medidas pertinentes para que se pueda llevar a cabo de forma online".
 
Si las universidades tienen los medios, podrán optar por realizar la actividad presencial con los estudiantes con los que se cumpla el coeficiente y retransmitirla (…) vía videoconferencia". En este caso, deberán rotarse los estudiantes que acuden a la actividad presencialmente.

 
En cualquier caso, el Ministerio añade que "en el próximo curso sería deseable poder compatibilizar la realización de actividades presenciales con otras online, apostando por un modelo mixto". Y, como Educacion y FP, Universidades insta a los centros a tener preparados planes de contingencia para pasarse de manera íntegra a la docencia online en caso de que la evolución de la pandemia obligara a cerrar de nuevo los campus.
 

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