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Ayat-Ayat Cinta (Verses of Love) - un retropost de 2011

Versículos de amor

José Ángel García Landa Vanity Fea
´Versículos de amor´, película islámica sobre la pareja ampliada, presenta un argumento melodramático donde tras muchas penalidades el amor acaba triunfando, y al final los virtuosos protagonistas Fahri y Aisha son felices en su matrimonio, tras demostrar el valor de su fe islámica en medio de las adversidades—aceptándolas con sumisión, que es el sentido del Islam que quiere enfatizar la película. Comentamos aquí algunas cuestiones religiosas, estéticas e ideológicas al respecto.

Ayat-Ayat Cinta (subtitulada en inglés como Verses of Love o The Love Verses) es una película indonesia que tuvo un éxito fenomenal allá en la otra esquina del mundo; nos dijo el presentador del ciclo de cine indonesio que incluso se organizó un pase especial a nivel gubernamental para los embajadores… vamos, que mucha gente en Indonesia se ha identificado con el mundo tal como se ve a través de esta película. Así se presenta:

 

Ayat Ayat Cinta is a beautifully portrayed Islamic love story a tale of a virtuous Muslim protagonist who overcomes all obstacles of life maintaining pure ideals.


Fahri bin Abdillah is a poor, intelligent student who wins a scholarship to complete his graduate degree at Egypt's esteemed Al Azhar University. Very disciplined and dedicated by nature, Fahri embraces his life in Cairo, completing his studies and translation of religious books with full enthusiasm, exactly according to pre-determined targets.


Only one goal is left unattempted: the pursuit of marriage.


For Fahri is innocent and pure, and doesn't believe in the concept of relationships prior to marriage. He is inarticulate and shy around women. All his life, only two women have been close to him his mother and grandmother.


Life changes drastically in Egypt for he suddenly finds himself surrounded by four beautiful, distinctly different women.


Maria Girgis, a shy, open-minded Coptic-Christian neighbor who is attracted to the teachings of the Holy Al Quran, finds herself falling in love with Fahri (a fact she only reveals to her diary).


Nurul, a student at Al Azhar like Fahri, is the Muslim daughter of a renowned Indonesian cleric. Fahri feels unworthy of her and thus ignores his feelings for her, leaving her confused and guessing.


Noura, an abused Egyptian neighbor, develops strong romantic feelings for Fahri, who in turn simply sympathizes with her situation. His romantic rejection destroys her and eventually leads to a false accusation of rape.


Aisha, a German Turkish student in Cairo haunts Fahri with her beautiful eyes. Following an incident on the metro where Fahri defends her against narrow minded bigoted Muslims, both immediately develop feelings for each other.


As the story unravels, the protagonist makes the audience face the daunting decisions he himself faces, and forces us to marvel at his undying loyalty to the true ideals of Islam as he ultimately makes the choice of a lifetime.

La película presenta un argumento melodramático donde tras muchas penalidades el amor acaba triunfando, y al final los virtuosos protagonistas Fahri y Aisha son felices en su matrimonio, tras demostrar el valor de su fe islámica en medio de las adversidades—aceptándolas con sumisión, que es el sentido del Islam que quiere enfatizar la película. Su misión es sumisión, podríamos decir. Son ideales religiosos que, realizados por gentes decentes y atentos no sólo a sí mismos sino a los demás, no pueden sino ser vistos favorablemente. 

Podría decirse que una religión es en sí un modelo determinado de coche, que tiene sus posibilidades y sus limitaciones, y éstas son distintas de las del conductor. Un as del volante puede llevar una carraca de coche bastante mejor de lo que un zopenco manazas conduce un Ferrari hasta la primera farola. La interpretación del Islam que hace Fahri es muy estricta y doctrinal—es miembro activo en una de las escuelas musulmanas de El Cairo—pero a la vez es tolerante, generosa y bondadosa, porque él lo es.  Y esos son los valores que quiere promover la película, junto con el Islam más literal en su sentido y más puntilloso en sus rituales. En fin, que ver esta película es una auténtica experiencia de inmersión intercultural.

Parte de lo que se ventila en la película es cómo tratar a las mujeres. Y aparecen el modelo bueno, y el malo (toda película presenta un sistema de valoraciones a través de sus personajes). El malo, es el estereotipo del moro pegón tal como bien lo conocemos aquí, y allí también al parecer. Individuos brutales, falsarios, abusones, agresivos (y al parecer no faltan) que se remiten al Corán según conviene para justificar sus abusos. Frente a ellos, Fahri tiene siempre las actitudes correctas y citas alternativas disponibles, e interpretaciones de la religión que colocan el respeto y la bondad por encima del deseo de imponerse uno y sus deseos. En ese sentido, la película trabaja por vender a Occidente un Islam amable y virtuoso—aun cuando Fahri reconozca que en efecto sí se puede pegar a la esposa si no hace caso de tus advertencias… 

Una de las cosas que hace es escribir un ensayo sobre "la mujer en el Islam" para unas periodistas americanas a las que defiende de un moro malo que las insultaba con argumentos simplistas. En su propia vida, Fahri no le pega a nadie, allí le puede la doctrina —sino que más bien va de la perfección a la hiperperfección a través de la Sumisión. Su relación con su esposa es emocionalmente igualitaria, y la sumisión de la mujer es cuestión de formas y no de actitudes personales—aunque esas formas condicionan la forma de la relación. 

Se casa con Aisha al modo tradicional musulmán, tras una breve presentación, y aquí se ve una estrategia de "doble pensamiento" de la película, que busca satisfacer a la vez a la mente tradicional y a la occidental con esas coincidencias propias del cine y el melodrama. Conoce a su futura sin saberlo, en la escena en la que defendía a las periodistas turistas, cosa que ella también hace—y cuando ella consigue que los presenten, ya estaban predestinados; así la película conjuga casualidad y destino, un truco del cine que intensifica lo que nos gusta hacer con estas cosas en la vida.

La misma doble mentalidad se aplica a la cuestión de la bigamia (nunca viene mejor que allí). Fahri no quiere ser bígamo, pero las mujeres se lo rifan. Lo ama su vecina de arriba, María, que es cristiana (y por tanto a la vez impura y deseable). María se deprimirá mortalmente tras el matrimonio de Fahri, y sólo el casarse con ella le salvará la vida sacándola de un letargo mortal. Y así Fahri se ve de repente en situación poligámica: casado felizmente con dos esposas, y sin buscarlo él: pues es Aisha quien le ha insistido en que se case también con María para salvarle la vida a ella (y de paso a él, pues María era un testigo crucial en el juicio contra Fahri). Aisha aprende la sumisión de buena esposa musulwoman, y la película entra en el feliz delirio de poner a su personaje en situación polígama sin pretenderlo él… aunque de hecho el mensaje global que lanza (lanza muchos, claro, contradictorios también) es la monogamia musulmana, la pareja de "almas gemelas" Fahri y Aisha, que deben hacerse gemelas y no sólo encontrarse gemelas. 

María tiene el papel de la mulata trágica: siendo cristiana, conversa para casarse con Fahri, debe morir: la sangre y la cruz están asociadas a ella como símbolos, y lleva su enfermedad dentro de ella. También lleva la cruz tatuada, no puede librarse de su marca de nacimiento. Así morirá tras servir de prueba a la sumisión de Aisha, y dejará a la parejita en paz sin haber aportado descendencia, y que sepamos sin haberse acostado siquiera con Fahri. Así pues, la película fantasea con la poligamia del musulmán con múltiples mujeres, incluidas cristianas conversas, pero promueve deliberadamente una ortodoxia desplazada hacia la monogamia, y hacia una mayor igualdad de los sexos. A la manera del buen melodrama, viene combinada la virtud del bueno con todo tipo de contorsiones del destino por las que le obliga a pasar el argumento, para satisfacer al inconsciente.

El argumento central tiene que ver con otra mujer más que amaba a Fahri (y aún hay una cuarta)—ésta es Noura, violada y golpeada por su padrastro adoptivo. Fahri la ayuda, pero ella, víctima rastrera que es, lo acusa a él de ser su violador. O sea que gran parte de la película es la historia de una falsa acusación, un framing, y de las dificultades de Fahri para defenderse en un sistema judicial absurdo, unas leyes criminales, y unos jueces majaderos, parciales e ignorantes para aplicarlas (aunque estas dos cosas no son las que le llaman la atención a la película, son como el telón de fondo sin más). Denuncias falsas, y mujeres abusonas, también las hay, aquí y en Indonesia.  

En la cárcel, Fahri aprende más Islam, de boca de un representante místico de la sumisión, su compañero de celda, mísero criminal que riéndose de él le enseña que aún pecaba Fahri de orgulloso, y que debe aceptar su destino. Por suerte Noura se derrumbará ante el testimonio de María, y confesará que su acusación era falsa. Fahri no la denuncia, a tono con su santo proceder en toda la película, y se concentrará en la difícil tarea de "ser justo" con sus dos esposas. "Es difícil ser justo con una esposa, mucho más con dos", le dice su amigo, pero Fahri hace milagros hasta que Alá lo libra de su penosa tarea matando a María. 

La película procura dar una vision lo más favorable posible de este santo musulmán aun en la difícil situación de un matrimonio a tres. En fin, toda una defensa de los valores del Islam tal como éstos quieren presentarse a sí mismos: y promoviendo una mejora de la situación de las mujeres no por la vía de transformar el Islam, sino por la vía de aplicarlo como un camino de sacrificio, virtud y tolerancia hacia los demás.  Eso no se ve mucho por las películas occidentales sobre el Islam, y digamos que hace falta cultivarlo, aquí, en Egipto y en Indonesia. 

Más inquietante es la determinación de la película de trabajar esas virtudes únicamente dentro de la ortodoxia ritual y dogmática más estricta—quizá sea lo que manda Alá, pero no es lo que manda la ética mejor entendida, pues la rigidez ritual promueve el aislamiento de los infieles, el uso de la religión para el control, y en última instancia coloca a los ídolos por encima del espíritu de la ley espiritual—precisamente lo que esta película se supone que no querría promover. Y la esposa ideal, sólo una pero con velo—lo que en Francia es ilegal e inmoral, en otros sitios se presenta como el ideal de conducta a promover, y gusta. Yo el tema éste lo veo más como Nia Dinata, puestos a elegir entre directores indonesios. 

Y los velos y pañuelos y niqabs y burkas y mascarillas ideológicas, encuentro aborrecibles las maniobras para imponerlos, sea por presión ambiental, sea —mucho más aborrecible aún, claro—por ley abusiva.

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Ayat-Ayat Cinta (Verses of Love). Dir. Hanung Bramantyo. Written by Salman Aristo and Ginatri S. Noer, based on the novel by Habiburrahman El Shirazy. Cast: Fedi Nuril, Rianti Cartwright, Carissa Putri, Melanie Putria, Zaskia Adya Mecca, Marini Burhan, Surya Saputra, Rudy Wowor, Oka Antara. Photog. Faozan Rizal. Music: Tya Subiakto. Art dir. Allan Sebastian. Ed. Sastha Sunu. Indonesia, 2008.

 

 
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