
Hace unos años Joaquin, en una búsqueda a un sentido más profundo a su vida, dejó su trabajo y se fue a viajar. Lo que cambio su vida por completo y donde encontró, finalmente su gran compañera de viaje la escritura. Hoy nos presenta su segundo libro: La búsqueda.
La búsqueda es una invitación del escritor a que luchemos por tener la vida que siempre soñamos. Es una reflexión profunda sobre porque en ocasiones creemos que es imposible, una búsqueda que nos permita mirar los miedos de frente, un entendimiento de la niñez, porque cuando somos pequeños nos inculcan prejuicios que hoy nos pueden sonar a verdades irrefutables.
Si echamos la vista atrás algunos quisimos ser músicos, actores, escritores, pintores, pero solo unos pocos lo consiguieron. ¿Suerte?, lo dudo nos dice Joaquín.. Hablamos de valentía, de creer en uno mismos, de trascender para lograr lo imposible dándonos cuenta, poco a poco, que esos imposibles, la verdad, nunca existieron.
Cada uno tenemos una misión en esta tierra, una misión única que, cuando es encontrada, trae alegría y paz al corazón. Algunos lo encuentran de inmediato, lo saben desde muy pequeños, otros tienen que buscar un poco más, transitar varios caminos hasta encontrarlo. Cuando introducimos esta premisa en nuestra vida diaria, durante las 24 horas, todo se transforma a nuestro alrededor y nos damos cuenta de que aquello que anhelamos es una realidad bastante tangible.
¿Por qué entonces nos cuesta tanto encontrarnos? Quizás es porque que vivimos en una sociedad que nos dice, y recuerda a cada rato, que lo material es, finalmente, lo más importante. Donde medimos el éxito que alguien tiene, en base a los ceros en la cuenta del banco, el barrio en el que vive no por lo que realmente es.
La Búsqueda”, no es ni más ni menos que eso. Una experiencia que pocos se atreven a realizar, que es la de soltar las amarras de lo seguro y confiar en sus propios deseos y sueños. Muchas personas buscan eternamente las cosas que creen que los harán felices y se auto convencen de que hay algo más después de conseguirlo, si es que lo hacen. Y es que es inherente a la naturaleza humana el no conformarse, pero en lo que se equivocan es que en lo material no encontraran lo que los completará como seres emocionales y pensantes.
“La Búsqueda” trata el tema de estas personas, que no son pocas, que viven sumisas a un estilo de vida conformista y atrapados en “lo correcto” o “en lo que se espera de uno”, “en el deber ser”, dejando de lado sus anhelos y sueños. Quizás es muy comprometedor decir que en las páginas de esta novela encontrarán la respuesta y solución a los problemas que los afligen, y en palabras del propio autor: “Este es un libro más de preguntas que respuestas, una novela para reflexionar”. Este libro por tanto es un acompañamiento, un amigo, para todas esas decisiones que queremos tomar y no nos atrevemos, es ver nuestra propia historia reflejada en la de alguien más, sin más ni menos ventajas que las que poseemos. “La Búsqueda” es una ayuda, un momento de compartir con los personajes y con nosotros mismos, y una pausa necesaria en el rutinario día a día que no hace nada más que adormecernos evitando que salgamos a luchar por la vida que queremos, por la vida que nos merecemos.
Esta es una historia transversal, y a pesar de que somos muy diferentes entre nosotros, creo que también hay muchas cosas que compartimos. Y esta es una de ellas. Todos tenemos sueños que nos gustaría cumplir, metas, todos buscamos una profesión que nos realice como personas, todos buscamos la felicidad. Y todos nos cuestionamos, en algún instante, la vida que llevamos.
Recomiendo su lectura. Quizás esta es la invitación a una segunda oportunidad, porque estas sí que si existen.
«No quiero seguir soñando, me cansé, lo que quiero es vivir mis sueños».
«Eso es lo que soy, un hombre que esconde. Que ha escondido sus sentimientos, sus ideas, sus sueños, su amor, sus errores, sus fracasos, su espiritualidad, sus dioses, lo que es. Y escondió tanto que, en un momento, buscándolos, se perdió».
“Porque el amor a veces es como una brisa que a uno lo refresca una tarde calurosa, y que luego desaparece. Y que por mucho que queramos que permanezca, no lo hace. Por eso es preferible agradecer esa brisa por refrescarnos, y esperar a la próxima, esa que no se va a ir, que maldecir y entristecerse”.
“Nadie muere, nadie pierde a nadie, somos almas, no cuerpos, somos amor. Y el amor jamás se extingue”.
Mar Souto Romero.
Pertenece al Consejo editorial Ibercampus
Codirige programa de Radio “Querer vivir” en 107.3FM
Profesora doctora Universidad Internacional de La Rioja
Consultora Empresas Equipo Siete.