jueves,18 agosto 2022
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Esperan no poder independizarse ni formar familia

El 80% de los jóvenes españoles vivirán del colchón familiar cuando sean adultos

Marga Peñafiel
Las nuevas generaciones no encuentran los brotes verdes en España. El 80% de los adolescentes y jóvenes afirma que tendrán que depender económicamente de sus familias, ya que no encuentran un futuro en el que poder desarrollar su carrera profesional. Así lo pone de manifiesto una investigación elaborada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, un "think tank" promovido por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) con la colaboración del Banco Santander y Telefónica.

El estudio, realizado tras entrevistar a 1.000 jóvenes de entre 18 y 24 años, carga más piedras a la espalda de la nueva generación perdida, es decir, aquella en la que sus integrantes se formaron en la universidades con éxito, pero que a causa de la crisis están condenados a una situación de precariedad importante.

Así, seis de cada 10 consideran muy improbable encontrar o mantener un trabajo que les guste en los próximos dos o tres años. El 50% ve "mucha dificultad" en tener una independencia económica, conseguir comprar o alquilar una casa o incluso formar una una familia.

De esta forman, el sentimiento general que se respira es que tendrá que vivir de sus padres cuando alcancen la edad adulta, sin posibilidad de ser independientes ni tener descendientes.

"Existe en esta generación un sentimiento de autosacrificio. Hay una quiebra de confianza en el sistema que les hace sentir que las cosas nunca volverán a ser las mismas. Tienen una visión del futuro claramente desesperanzada", ha señalado el sociólogo Eusebio Megías, director técnico de la FAD, durante la presentación de la investigación.

"Saben que la preparación es fundamental para tener un mejor trabajo, pero al mismo tiempo han experimentado que esta preparación no es ninguna garantía. Sufren frustración porque no les sirve de nada el esfuerzo que han hecho y eso les coloca en una situación de no saber qué hacer. No confían en nada, salvo en lo que les viene de su familia".

"Hace 15 años, la respuesta al contrato social era: ´Tú, joven, fórmate, que verás que mejora tu situación y tus hijos vivirán mejor que tú´. Ahora todo esto se ha roto. Esta generación siente que sus hijos, si los tienen, vivirán peor que ellos. Estamos en un cambio de época, hay un modelo que está en cuestión", ha proseguido Megías.

Al pesimismo, reflejado tanto en el barómetro del CIS publicado ayer en Ibercampus, como en este estudio que refleja que el 82% de los jóvenes cree que el país estará igual o peor que ahora en un año, se suma el conformismo. Así, el 48% de estos chicos están dispuestos a aceptar cualquier empleo, en cualquier lugar y con salario bajo.

Estan dispuestos a trabaja de los que sea, al menos el 84% de ellos, y marcharse fuera de España a buscar un futuro mejor (el 61% así lo opina). Por otro lado está el 79% que opta por seguir formándose hasta que pase la tormenta.

Vuelven a formarse

El aspecto positivo de esta crisis es que la mayoría de los jóvenes han vuelto a los estudios. Durante la época de bonanza mucho dejaron de formarse para trabajar en campos como la construcción o la hostelería, pero con la llegada de la burbuja inmoviliaria y la eliminación de puestos de trabajo, los chicos y chicas se han refugiado en las universidades. De hecho,  el 70% de los entrevistados tiene intención de volver a coger los libros y la mayoría cita como motivo "conseguir o mejorar el trabajo".

¿Habrán aprendido la lección los jóvenes? Ante tando pesimismo y conformismo, ¿se habrán convertido en humanos sumisos o emprendedores? Eusebio Megías contesta que ésa es la pregunta del millón -el Centro Reina Sofía publicará en febrero otro trabajo que intentará responderla-, y apunta que, al menos, la implicación en política entre los más jóvenes ha subido 10 puntos en los últimos años.

"Hasta ahora, la juventud decía: ´A ver qué me va a dar a mí la sociedad´. Veían la sociedad como un gran bazar al que se le pueden pedir cosas. Ahora la gente debe empezar a pensar qué puede hacer para la construcción de esa nueva sociedad. Se produce una anticipación de la participación", ha reflexionado Ignacio Calderón, presidente de la FAD.

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