jueves,18 agosto 2022
Espacio euroiberoamericano de diálogo sobre la innovación social, profesional y académica
InicioSociedad, Política y SostenibilidadCultura & TendenciasEl libro español se recupera de la pandemia antes que otros sectores...
Informe en su Feria sobre el estado de la cultura de 2021

El libro español se recupera de la pandemia antes que otros sectores y países: en 2021 supera a 2019

Redacción
El sector editorial parece ser tras las actividades digitales el único recuperado de la pandemia de la Covid. España solo habría perdido el 1% en volumen de ventas (4% si se incluye al libro de texto) en 2020, según la Federación de Editores Europeos, mientras Francia registra una caída del 2,7%, Grecia del 9,4% y Portugal del 17%..

Así lo indica el informe sobre el estado de la cultura de 2021, publicado como cada año con motivo de la Feria del Libro por la Fundación Alternativasthink tank próximo al PSOE.

Una de las características del empleo en el sector cultural es que el 73% de sus trabajadores tienen formación académica superior, frente a la media del 46% del resto de sectores, si bien piden equiparar la indemnización de fin de contrato temporal que perciben (7 días por año trabajado) a las del régimen general (12 días por año), Ese empleo además perdió el 4,7% de sus puestos de trabajo, según datos de la EPA del primer trimestre de 202 sobre el del año anterior recogidos por Inma Ballesteros, directora del estudio, que solo contó hasta la primavera como en años anteriores con la Coordinación y Edición del entonces fallecido Enrique Bustamante.Los empleos por cuenta ajena han caído un 7,2%, mientras que aquellos por cuenta propia aumentaron un 1,7%, lo que suele ser indicio de una crisis económica. 

Los contratos indefinidos cayeron un 4,5%, y los temporales, un 17,2%, dejando claro quiénes se han visto más afectados: aquellos cuya vida laboral estaba ya marcada por la intermitencia, con contratos numerosos y cortos, como suele pasar en los espectáculos en directo.

El sector espera la próxima celebración en octubre de 2021 de la Feria del Libro de Frankfurt, la mayor del sector a escala internacional, para el relanzamiento de nuestra edición, tras la crisis financiera de 2008 y la sanitaria de 2020, y como preparación de su protagonismo previsto para 2022, su gran ocasión para impulsar su proyección internacional, y también para reflexionar sobre su futuro y las políticas públicas necesarias para asegurarlo.

En uno de los capítulos del informe, José M. Tomasena y Carlos A. Scolari exploran algunas de las tendencias recientes en España de producciones transmedia entre la industria editorial y cuatro otras industrias: la televisión, los videojuegos, YouTube y plataformas de audio (podcasts y audiolibros). Pero aseguran que la industria editorial sigue pensando en formatos monomediáticos o, en el mejor de los casos, se abre a adaptaciones, sin desarrollar verdaderos productos transmediales, mientras los videojuegos son la primera opción de ocio y cultura en España, con una facturación anual de 1.479 millones de euros en 2019 (AEVI, 2020), más del doble de la in- dustria del cine (624,1 millones de euros) y cinco veces más que la industria de la música grabada (296,4 millones de euros). 

Sin embargo, los confinamientos y restricciones a la movilidad provocadas por la COVID-19 han forzado a los distintos agentes del libro tradicional a adaptarse a un escenario de “espacios sociales expandidos” a través de videos online. Así, hemos visto cómo libreros, editoriales, festivales literarios, casas de la cultura, bibliotecas y otros agentes de la mediación libresca se han desplazado a YouTube, Instagram, Zoom, Meet y a otras plataformas para expandir, complementar o sustituir el contacto fí- sico. Esta tendencia consolida la importancia que desde hace años tienen nuevos mediadores de la lectura en redes socia- les, como los booktubers (Tomasena, 2016; 2019) y abre nuevos escenarios de promo- ción y creación de contenidos.

Atendiendo a la gran penetración de los contenidos generados por youtubers y streamers, que ya ha consolidado una im- portante vía de publicación comercial de libros de influencers, la industria editorial tiene el reto de diversificar y profundizar en la oferta para ir más allá de libros estandarizados que disparan la facturación pero no tienen relevancia cultural.



Héctor Fouce y Elena Rosillo dicen en otro capítulo que la industria musical ha sufrido enormemente la pandemia, pues las restricciones han impedido la celebración de conciertos y festivales, mientras la escucha de música se hace cada vez más digital y queda en manos de escasos intermediarios y está guiada por la lógica del algoritmo, que beneficia de nuevo a los artistas consagrados. Esta centralidad digital hace que la gestión de los derechos de propiedad intelectual sean en la actualidad la base de la industria: la trasposición de la directiva europea de propiedad intelectual a la normativa española y la aparición de nuevos operadores de gestión de derechos van a transformar el sector en los próximos años.

Todavía no se dado a conocer la información relativa al comercio interior y exterior del libro, que publica la Federación de Gremios de Editores, aunque la Fundación Alternativas aporta algunos avances estimativos. “Al cierre de 2020, distintos paneles de medición y consultoras diversas estimaron que el sector del libro terminaba con incrementos del 0,8 por ciento en cifras de comercio interior”, señalan en su capítulo Manuel Gil (director de la Feria del Libro de Madrid, que se celebra en estos días) y Manuel Ortuño, editor de Trama Editorial y presidente de la Asociación de Revistas Culturales de España (ARCE). “

Podemos afirmar que, en el caso de España, el libro ha tenido un comportamiento contracíclico estos últimos meses”, dicen.

El sector editorial es la principal industria cultural del país: en 2019 se embolsó 2.420 millones de euros, mientras que el cine recaudó 615 millones de euros; la música popular en directo, unos 382 millones, y las artes escénicas, 238 millones. Si Gil y Ortuño designan al libro como “buque insignia de la cultura española”, no lo hacen por capricho. Durante el 2020, además, crecieron esperanzadoramente los índices de lectura: quienes se identificaban como lectores frecuentes (leen varios días a la semana o casi todos los días) crecieron en 7 puntos, según la encuesta Hábitos de lectura y compra de Libros en España, de la Federación de Gremios de Editores. No hay cifras que nos permitan saber si este incremento —que sin duda tiene que ver con que otras formas de ocio no estuvieran disponibles— se ha mantenido en el tiempo. “Algunos de los cambios profundos que se han producido experimentarán un 'efecto rebote', es decir, se volverá a pautas de comportamiento habituales a las de la prepandemia, mientras que otros de estos cambios se instalarán también en el imaginario público”, dicen Gil y Ortuño. Entre estos últimos seguramente estará, dicen, la compra a través de Internet, ya frecuente antes de la crisis, pero reforzada por esta. Quedará saber, cuando se publiquen los datos recabados por los Gremios de Editores, qué parte del pastel se ha quedado Amazon, la gran sombra que tiñe los buenos datos del libro.

Según Gil y Ortuño, es necesario intentar avanzar en soluciones globales y articuladas, para lo que hacen entre otras las siguientes propuesas:

-Los poderes públicos y las administraciones de todos los niveles tienen la obligación de prestar atención y apoyos a todo el ecosistema del libro y la lectura, que garanticen la pluralidad y diversidad cultural e intelectual, desde al autor hasta el lector.

– Es imprescindible una armonización de políticas en el ámbito europeo que coordinen y ordenen decisiones nacionales. Por ejemplo, es difícilmente explicable que, en tiempos de confinamiento y cierres, las librerías hayan tenido la consideración de espacios esenciales en algunos países, y en otros no.

-Existen en España importantes desigualdades estructurales en lectura y acceso a los libros tanto por región, edad y nivel educativo, según pone de manifiesto el informe “Hábitos de Lectura 2020” y que requieren una actuación decidida del Estado y las administraciones públicas. “La lectu-a es una práctica cuyo ejercicio depende de condiciones de posibilidad, distribuidas de forma muy desigual en cada sociedad.” (Roger Chartier)

-Es en el espacio escolar, allí donde se lleva a cabo el aprender, en donde debe incidir cualquier estrategia de fomento de la lectura apoyando al profesorado, con personal especializado y, por qué no, bibliotecas escolares abiertas a su entorno social.

-La protección del copyright y de los derechos de autor, incluyendo la celeridad en las transposiciones comunitarias, la defensa de los autores y creadores, y la lucha contra la piratería editorial, es imprescindible para fortalecer el equilibrio del sector.

-Es el momento de encarar con decisión, tanto desde las políticas públicas como desde el sector privado, la sostenibilidad y la ecoedición para reducir la huella de carbono, así como disminuir el recurso al transporte y la destrucción de ejemplares, diseñando un plan estratégico para el sector público y privado.

.La decisión pública de invertir en la dotación de fondos bibliográficos a las bibliotecas públicas, a través de compras institucionales en las librerías de proximidad, es una de las mejores estrategias de apoyo y revitalización del sector del libro. Ahora bien, es una buena iniciativa que puede quedar manifiestamente debilitada si no se garantiza la presencia, en las bibliotecas públicas, de los fondos y catálogos editoriales también de las editoriales pequeñas y las revistas culturales que suponen una aportación de indudable valor al acervo cultural común.

-El sector editorial privado, en especial pequeñas y medianas editoriales, debería promover y fomentar la cooperación horizontal con coediciones con editores de otros países, sobre todo en el llamado espacio iberoamericano del libro. De la misma manera, España como potencia editorial debe apoyar decididamente la recuperación del libro en las economías latinoamericanas.

El estado de la cultura española aprueba con un 5,28 sobre 10, mejor nota en una década
En la habitual encuesta a expertos y creadores de distintos sectores, el estado de la cultura española merece una nota de 5,28 sobre 10, la mejor en una década, que le permite además aprobar por tercer año consecutivo.

Sin  embargo, Fundación Alternativas solo ha logrado recabar 54 respuestas en su panel, la mitad de la muestra habitual, por lo que advierten de que “el análisis puede comprender un sesgo significativo”.

En estas circunstancias es difícil otorgar una única nota a todo el sector cultural, cuando este avanza a distintas marchas. “Las velocidades de adaptación a la realidad en el sector cultural no van parejas a las de otros”, explica Álvaro Fierro, responsable de la realización de la encuesta.

“Por ejemplo, el subsector de las artes escénicas hoy en día sufre de múltiples restricciones que le impiden aumentar esa velocidad de adaptación a los nuevos tiempos. Por el contrario, aquellas disciplinas creativas que pivotan sobre la digitalización y basadas en las economías de escala son las que más impacto económico provocan, como el videojuego, el audiovisual o la generación de contenido digital”.

Intervinieron Diego López Garrido, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas;María José Gálvez, directora general del Libro y Fomento de la Lectura;Manuel Gil, director de la Feria del Libro; María José Gálvez, directora general del Libro y Fomento de la Lectura; Ana Gallego Cuiñas, catedrática de Literatura Latinoamericana y autora del ICE21; Marta Magadán, coordinadora de Calidad de la Facultad de Empresa y Comunicación de la UNIR y autora del ICE21; Manuel Gil, director de la Feria del Libro, e Inma Ballesteros, directora de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas.

De interés

Artículos Relacionados

Centro de preferencias de privacidad