En el encuentro también participaron el Alto Representante para la Alianza de las Civilizaciones, Nassir Abdullaziz Al-Nasser, el ministro de Asuntos Europeos de Turquía, Volkan Bozkir, como co-patrocinador con España de la Alianza, y un nutrido grupo de ministros y otros representes.
La intervención del ministro español celebró la consolidación de la Alianza al cumplirse diez años desde su creación y su firme anclaje en el sistema de Naciones Unidas y señaló los retos a los que se enfrenta actualmente la comunidad internacional como la guerra civil en Siria, la crisis en Iraq y en Gaza, la situación en Ucrania o el terrorismo en la región del Sahel.
El ministro ha propuesto ampliar el alcance de la Alianza de Civilizaciones para ser un instrumento de diplomacia preventiva, que permita contribuir a la erradicación de las amenazas representadas por el extremismo y la radicalización violentos. Factores culturales y religiosos deben tomarse en consideración para el planteamiento las Operaciones de Mantenimiento de la Paz y en la Consolidación de la Paz.
España ha puesto en circulación algunas sugerencias para dinamizar las capacidades de la Alianza de Civilizaciones en materia de prevención y solución de conflictos:
- Establecimiento de una red de parlamentarios de distintos países dentro del Grupo de amigos de la Alianza de Civilizaciones;
- De una plataforma de líderes religiosos a favor de la paz en las zonas de conflicto donde es más urgente actuar: en Siria, en Israel-Palestina o en Iraq;
- De un equipo de mediadores expertos en cuestiones interculturales e interreligiosas y
- La inclusión de expertos con esas mismas capacidades en las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas.
El ministro García-Margallo recordó el secuestro de más de doscientas niñas en Nigeria por el grupo terrorista Boko Haram y, a ese respecto, el derecho de las niñas a la educación, que ha sido el objeto de su carta al Secretario General de Naciones Unidas proponiendo la inclusión de este derecho en los programas que realiza la Alianza de Civilizaciones en las áreas de educación y juventud. También sugirió la puesta en marcha de programas de diálogo y de formación de líderes religiosos moderados sobre el derecho de las niñas y mujeres a la educación.
El Ministro subrayó asimismo que la acción internacional debe complementarse con el refuerzo de la actuación de la Alianza de Civilizaciones a nivel regional y nacional. En el regional resaltó la Estrategia Regional para el Mediterráneo, en cuyo Segundo Plan de acción, figuran varios proyectos propuestos por España, como la cooperación entre los miembros de los Parlamentos del Mediterráneo; el establecimiento de una base de datos on-line con las mejores prácticas para el diálogo para la democracia; cooperación entre las cadenas de televisión públicas para la realización de programas con contenidos multiculturales; y juegos de internet diseñados para promover una mejor comprensión entre culturas.
Como conclusión, García-Margallo subrayó la necesidad de pasar de una cultura de reacción a una cultura de prevención para lo que la Alianza de Civilizaciones resulta una herramienta insustituible.
