Esos fósiles proporcionan evidencias que apuntan a la existencia de una nueva especie de homínido, que vivió en la isla de Luzón durante el periodo tardío del Pleistoceno, hace más de 50.0000 años.
Según esa investigación, las pruebas encontradas que sugerían matanzas animales de hace 700.000 años, así como el hallazgo de un único hueso de pie, que databa de hace 67.000 años, habían sugerido, previamente, que los homínidos estaban presentes en la isla de Luzón.
En la misma capa estratigráfica de Callao, los expertos Florent Détroit, Armand Mijares, Philip Piper y un grupo de colegas del museo francés encontraron otros doce huesos y dientes de al menos tres individuos.
Según el equipo investigador, los nuevos especímenes presentaban características como llamativos premolares, visiblemente diferentes de los encontrados en otros homínidos, como el Homo Floresiensis, otro homínido de las islas del sureste asiático.
La presencia de otras especies de homínido anteriormente desconocidas en esa región pone de manifiesto la importancia de la isla del sureste asiático en la evolución del Homo.
Michael Petraglia, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena, Alemania, dijo que el hallazgo de Luzón "demuestra que todavía sabemos muy poco acerca de la evolución humana, particularmente en Asia".