jueves,18 agosto 2022
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También sobre exámenes, titulaciones y RSC en la aviación

La tragedia de Germanwings activa el debate sobre factor humano, tecnología y formación

Redacción
Con las causas del siniestro del avión que se estrelló contra los alpes franceses causando la muerte de 150 personas, de ellas 50 españolas, vuelve el incipiente debate sobre el factor humano y la tecnología, la función entre ambas de formación, la validad de los exámenes y las titulaciones, la devaluación de las licencias para volar, las aerolíneas de bajo coste, etc...Las primeras manifestaciones del debate eluden las consecuencias económicas y las responsabilidades corporativas empresariales.

El mundo civilizado se ha conmocionado ante la noticia que el fiscal de Marsella encargado de la investigación del accidente del avión de Germanwings, Brice Robin, confirmó ayer en una rueda de prensa: el copiloto del vuelo, Andreas Lubitz, activó el botón de descenso de manera "deliberada". "Ignoramos la razón, pero puede analizarse como una voluntad de destruir el avión", dijo Robin, quien ofreció un relato pormenorizado de lo que pudo ocurrir en los últimos minutos del vuelo tras analizar las grabaciones de la caja negra del avión. 

Las primeras manifestaciones de estos debates eluden las consecuencias económicas y las responsabilidades corporativas de las aseguradoras de la aerolínea de bajo coste y la empresa empresa matriz, Lufthansa, cuyo director, Carsten Spohr, avaló ayer la versión del fiscal y confirmó la sospecha de que "el avión fue dirigido contra la montaña deliberadamente". "Cuando una persona arrastra a la muerte a otras 149, la palabra a utilizar no es suicidio", señaló, aunque señaló que Lubitz era una persona "cien por cien apta para pilotar" y destacó su "actitud impecable" hasta entonces. "Da igual cuántas medidas de seguridad se tenga en una empresa, ya que un caso individual, particular y aislado como este no puede evitarse", dijo. El director ejecutivo de Germanwings, Thomas Winkelmann, expresó su consternación ante un hecho "completamente inexplicable".

Editoriales de la prensa española

Los primeros debates pueden econcontrarse en los editoriales publicados hoy por la prensa impresa española, de los que se ofrece como muestra el siguiente resumen:

La respuesta, a falta de explicaciones, apunta a los oscuros laberintos de la condición humana (EL PAÍS): Tras el análisis de la primera de las cajas negras del Airbus 320, la investigación dio "un giro brusco y convirtió los interrogantes que se abrieron el martes tras la catástrofe de los Alpes (…) en una incógnita en la que se cruzan los oscuros laberintos de la condición humana". "No hubo error humano, por lo que puede colegirse hasta ahora, ni tampoco ningún fallo técnico del que de una u otra manera podría responsabilizarse a la compañía". "El misterio, sin embargo, permanece. Las exigencias serán cada vez mayores (¿cómo es posible que no se prohíba drásticamente que una persona sola quede dentro de una cabina cerrada?) y es imprescindible que las investigaciones continúen hasta que haya un relato verosímil de ese gesto de un joven de 27 años que decide estrellarse al mando de un Airbus 320 y matar en el golpe a otras 149 personas. La respuesta que se puede dar, a falta de explicaciones, apunta más a los oscuros laberintos del interior del ser humano, donde actúan fuerzas muchas veces imperceptibles e incomprensibles".

Un horror humano que obliga a mejorar los protocolos de seguridad aérea (EL MUNDO): "Ni fallo técnico o humano, ni inexplicable accidente achacable al azar. Que detrás de la tragedia del A320 en la que murieron 150 personas estuviera el deseo del copiloto de destruir el avión, tal como explicó ayer la Fiscalía de Marsella, multiplica el sufrimiento de los familiares de las víctimas por cuanto es imposible comprender que alguien protagonizara semejante monstruosidad". Pero "más allá del horror, lo ocurrido obliga a las autoridades internacionales de aviación civil a revisar de inmediato los protocolos de seguridad. Por lo pronto, deben imponer la obligatoriedad de que siempre haya al menos dos tripulantes en la cabina, un asunto que no puede depender de la arbitrariedad de cada compañía". Los protocolos de la aviación "están sometidos a permanente revisión con el fin de anteponerse a los escenarios más remotamente improbables. Pero esta tragedia ha llevado a muchos expertos a denunciar que la tecnificación no se ha acompañado del suficiente entrenamiento de los pilotos, que se sigue haciendo prácticamente como en los años 70. También parece evidente la necesidad de mejorar las pruebas médicas y psicológicas a las que se les somete, tanto en el momento de obtención de la licencia como en las revisiones periódicas posteriores, mucho más laxas. En este caso, por desgracia fallaron los test al no detectar anomalías de personalidad".

Una matanza explicada al detalle (ABC): "Con extrema diligencia y haciendo gala de una transparencia modélica", la Fiscalía confirmó ayer que el accidente del Airbus en los Alpes fue provocado por el copiloto. "Con esta versión oficial quedan descartadas las causas técnicas y la polémica sobre la seguridad en los vuelos de bajo coste, pero aparecen otras nuevas sobre la selección de los pilotos". "Es paradójico que una medida de seguridad implantada tras el 11-S (…) aparezca ahora como la barrera que impidió al comandante retomar el control de la nave. El factor humano conserva un margen de imprevisibilidad que ningún protocolo de seguridad puede eliminar completamente. No obstante, todas las aerolíneas impondrán la doble presencia permanente en cabina y revisarán los controles psicológicos de sus aspirantes a pilotos, porque, entre otros motivos, son legalmente responsables de sus actos a los mandos de un avión". "Las familias de las víctimas, al menos tienen una explicación de lo ocurrido. La rapidez de la información oficial y la transparencia de la Fiscalía francesa han sido modélicas en un caso que debe servir de ejemplo para abordar futuras crisis". "La verdad, por dolorosa que resulte, es lo que más une".

Perplejidad ante una acción criminal (LA VANGUARDIA): "Las revelaciones del fiscal de Marsella dan un vuelco insospechado y terrorífico al accidente del vuelo de Germanwings". "La aparición del factor humano como causante de la tragedia genera nuevos elementos de desazón, impotencia y desamparo en quienes siguen las noticias relativas a este caso". "La perplejidad generada por la acción criminal de Lubitz es en estas horas enorme. Aunque no por ello dejemos de reconocer la celeridad y transparencia con que se ha desempeñado el fiscal marsellés. Ni de exhortar a las autoridades aéreas para que implementen nuevas medidas de seguridad que impidan la repetición de lo ocurrido, y para que afinen todavía más sus selecciones de personal. La seguridad absoluta quizás sea inalcanzable, y más cuando median conductas dementes de difícil previsión. Pero en el camino hacia ella siempre hay nuevos trechos por recorrer".


Del dolor al estupor (EL PERIÓDICO): "El dolor se ha transformado en estupor. El descubrimiento de que el Airbus siniestrado el martes en los Alpes se precipitó a tierra por una premeditada y activa decisión del copiloto incorpora irracionalidad a la tragedia y obliga a una reflexión sobre las normas que rigen la aviación comercial". "En cualquier actividad en la que intervienen humanos cabe la posibilidad del error, pero en el transporte de viajeros en avión debe actuarse de forma que el riesgo se reduzca lo más cerca posible a cero. Y en este caso, a tenor de lo que se supo ayer, hay fundadas sospechas de que no se hizo así". "Lo ocurrido en los Alpes obliga a revisar protocolos y rutinas: no todo se reduce a aparatosos controles de los viajeros en las salas de embarque de los aeropuertos". "Si algo infunde confianza en el marco de este espeluznante suceso es la diligencia y credibilidad de las autoridades francesas, que han dado respuesta en apenas 48 horas a dos de los grandes interrogantes del caso: cómo fue y quién fue". El porqué es por ahora un misterio.


La seguridad frente a la imprevisibilidad del factor humano (LA RAZON): "Al dolor que supone la pérdida súbita de un ser querido, los familiares de las víctimas de la tragedia de los Alpes deben añadir el terrible impacto emocional de la incomprensión que produce un acto humano tan inconcebible como el llevado a cabo por el copiloto del Airbus de la compañía Germanwings". "Si ante la imprevisibilidad del factor humano existe la tentación de multiplicar los automatismos y limitar al máximo la libre acción de los tripulantes, enrareciendo un ambiente electrónico ya de por sí complejo, se corre el riesgo de que cualquier fallo mecánico o error de interpretación de los indicadores no pueda ser resuelto a tiempo por la acción humana". El dilema es "si se debe retirar una licencia de vuelo al primer síntoma aunque la experiencia médica nos diga que la inmensa mayoría de estas dolencias psicológicas son pasajeras y perfectamente recuperables. Hoy, bajo la tremenda impresión de lo ocurrido, bajo el impacto del acto impensable, parecería lógica la postura más radical, por más que ésta contenga contraindicaciones evidentes sobre la actitud vital de unos profesionales aeronáuticos, colocados bajo una permanente espada de Damocles".

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