jueves,18 agosto 2022
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Aún hay discrepancias, según admite la Comunicación oficial

La Unión Europea se plantea dotar a los robots de derechos y obligaciones como los de las empresas

Dung Tran
La Union Europea ha avanzado en su plan de construir un marco legal para delimitar responsabilidades ante la emergencia de los robots y otros actores de la inteligencia artificial (IA), nuevo fenómeno al que tienen que enfrentarse hasta los juristas. Los robots y los sistemas de IA son, tal y como reconocen las autoridades europeas, grandes inventos que han venido para quedarse: cada vez los robots tienen más la autonomía. De ahí que algunos vean riesgos en si pasa algo fuera del control humano.

La IA se considera como el "cerebro" de los robots, a quienes ha dado capacidades de actuar como un ser humano; es decir, después de haber sido programados, los robots son capaces de "pensar" sin intervención humano.

Según la Comunicación de la Comisión Europea “Inteligencia Artificial para Europa”,  la IA se refiere a los sistemas que muestran un comportamiento inteligente al analizar su entorno y tomar medidas, con cierto grado de autonomía, para alcanzar objetivos específicos.

El documento  dice que "los sistemas basados en inteligencia artificial pueden basarse puramente en software, actuar en el mundo virtual (por ejemplo, asistentes de voz, software de análisis de imágenes, motores de búsqueda, sistemas de reconocimiento de voz y voz) o la IA puede integrarse en dispositivos de hardware (por ejemplo, robots avanzados, automóviles autónomos, drones o aplicaciones de IoT, “internet de las cosas”.

Una resolución del Parlamento Europeo en 2017 sobre "personalidad electrónica" ya señalaba:."Crear a largo plazo una personalidad jurídica específica para los robots, de forma que como mínimo los robots autónomos más complejos puedan ser considerados personas electrónicas responsables de reparar los daños que puedan causar, y posiblemente aplicar la personalidad electrónica a aquellos supuestos en los que los robots tomen decisiones autónomas inteligentes o interactúen con terceros de forma independiente".

La materialización legislativa de esta propuesta supondría que los actos de los robots, tanto los perniciosos como los de cualquier otra índole, serían asumidos por los propios robots y no por sus propietarios o responsables. Al mismo tiempo, expertos consideran que una ley de esta naturaleza otorgaría "derechos humanos" a los robots. opinó Ashley Morgan, del estudio internacional Osborne Clarke.

En declaraciones a "The Guardian", hechas tras la aprobación del informe en el que se basa la resolución de la Eurocámara, Morgan se planteaba varias dudas: "Si yo creo un robot, y ese robot crea algo que podría ser patentado¿debo poseer yo esa patente o debería ser del robot? Si vendiera el robot, ¿debería ir con él la propiedad intelectual que ha desarrollado?". Dice que estas preguntas no son de fáciles respuesta.

Por su parte, la diputada luxemburguesa Mady Delvaux, autora del informe, dijo al periódico británico que "un número cada vez mayor de áreas de nuestra vida cotidiana están cada vez más afectadas por la robótica". Por ello, considera necesariamente urgente la creación de un marco jurídico europeo sólido que permite abordar esta situación "y garantizar que los robots están y seguirán al servicio de los seres humanos".

La personalidad electrónica de los robots sería equiparable a la personalidad jurídica de las empresas, según defienden sus partidariosEl estatuto propuesto para los robots sería equiparable a la personalidad jurídica que tienen las empresas, defienden tanto la política Delvaux como los partidarios del cambio legal. Como recoge 'Politico', mantienen que "la personalidad jurídica no convertiría a los robots en personas virtuales que pueden casarse y beneficiarse de los derechos humanos".

A medida que la necesidad de un marco jurídico alrededor de la robótica parece más imprescindible e inaplazable, ideas como las propuestas por la resolución de la Eurocámara choca con la opinión de una parte de la sociedad e incluso de expertos en inteligencia artificial y robótica.

Hace poco más de un mes, más de dos centenares de expertos de catorce países europeos dirigieron una carta abierta al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y al resto de dirigentes de la Unión Europea con responsabilidad en esta materia. ¿Su objetivo? Manifestar su rechazo a la "personalidad electrónica" que la directiva sobre robótica e inteligencia artificial que se prepara pretende otorgar.

"Los expertos en inteligencia artificial y robótica, los líderes del sector, los expertos en derecho, medicina y ética", confirman que el establecimiento de normas comunitarias para la robótica y la inteligencia artificial es pertinente para garantizar un alto nivel de seguridad a los ciudadanos de la Unión Europea y, a la vez, fomentar la innovación.

Sin embargo, no les gusta en absoluto la idea de considerar a los robots "personas electrónicas" justificando la medida, según ellos, "por la afirmación errónea de que la responsabilidad por daños sería imposible de probar".

El grupo de expertos considera, asimismo, que este estatuto robótico no puede derivar del modelo de persona física porque entonces "el robot tendría derechos humanos, como el derecho a la dignidad, el derecho a su integridad, el derecho a la remuneración o el derecho a la ciudadanía, enfrentándose así directamente a los Derechos Humanos". Algo que también entraría en contradicción con la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales.

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Por todo ello, creen que la Comisión Europea sobrevalora las capacidades reales actuales de los robots, que las medidas que se están considerando solamente son buenas para los fabricantes y piden cautela a la hora de legislar.

"La Unión Europea debe impulsar el desarrollo de la industria de la IA y la robótica en la medida en que limite los riesgos para la salud y la seguridad de los seres humanos. La protección de los usuarios de robots y de terceros debe estar en el centro de todas las disposiciones legales de la UE."

En la línea de estos expertos se manifestó también Paul Griseri, profesor de la Universidad de Middlesex, en una columna de opinión sobre el asunto publicada poco después de la aprobación del informe del Comité de Asuntos Jurídicos de la Unión Europea.

En el texto, titulado "Dar derechos a un robot es una idea peligrosa", el docente se muestra tajante: "El Comité de Asuntos Jurídicos de la Unión Europea está caminando a ciegas en un pantano si piensa que la personalidad electrónica protegerá a la sociedad de la evolución de la IA. La analogía con la personalidad corporativa es desafortunada, ya que esto no ha protegido a la sociedad en general, sino que ha permitido a los propietarios de empresas promover sus propios intereses".

El director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC, Ramon López de Mántaras, se manifestaba en el mismo sentido en declaraciones a 'La Vanguardia' el pasado mes de abril.

Durante décadas, asegura, "seguirá siendo posible determinar la responsabilidad de acciones erróneas por parte de una máquina, y esta responsabilidad siempre será de las personas". Además, coincidiendo con la carta abierta de protesta, cree que la personalidad electrónica "es escudarse en la máquina para que no se puedan exigir responsabilidades a las personas".

El debate sobre si una consideración como esta resultaría positiva o, en cambio, libraría a los fabricantes de responsabilidad en los actos de los robots continúa mientras el futuro legal de la robótica no se ha decido formalmente en la Unión Europea.

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