jueves,18 agosto 2022
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Barones, Cataluña, Andalucía y expectativas de Iglesias

Las 4 claves que juzga Sánchez para sacar con Podemos los Presupuestos 2019 y medidas electorales

Redacción
El Gobierno socialista de Sánchez intensificará su recurso a Podemos para sacar los Presupuestos 2019 y una amplia lista de médicas económicas de difícil aprobación, pero que anticiparán la base de su propuesta electoral, según apuntan las crónicas políticas. Pese a los riesgos advertidos por algunos barones socialistas, así se decanta en busca de una mayoría progresista, mientras prospera el pacto de Ciudadanos y PP con apoyo de Vox para privar del Gobierno andaluz a la lista más votada.

Uno de los factores de los que depende el plan de Moncloa es la actitud de los barones. Para LA VANGUARDIA, no hay que descartar que las elecciones generales coincidan con el superdomingoelectoral del 26 de mayo, pues está abierta una discusión al respecto en el grupo dirigente socialista. Barones del PSOE buscarán alianzas con Cs tras las elecciones. Los socialistas miran hacia Cs para sumar mayorías de gobierno con la expectativa de que, tras su apoyo al PP en Andalucía, le interese diversificar sus alianzas, apunta EL PAÍS. Según informa EL MUNDO, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado a los dirigentes territoriales del PSOE que no contempla la posibilidad de hacer coincidir las elecciones generales con las europeas, autonómicas y municipales del 26 de mayo. Así se lo comunicó a los barones de su partido en las reuniones que mantuvo con ellos antes de las vacaciones navideñas, en las que les explicó que, aunque no descarta un adelanto de las generales, no contempla la posibilidad de un superdomingo electoral. Sánchez justifica su decisión en una cuestión de "calidad democrática", ya que considera que convocar las generales el mismo día supondría devaluar el resto de citas con las urnas. 

El otro factor condicionante del anticipo electoral es si los nacionalistas catalanes apoyarán o no los Presupuestos. Junqueras pide "una propuesta" a Sánchez para que ERC se replantee su rechazo a los Presupuestos, está dividida sobre apoyar o no las enmiendas a la totalidad que presentarán PP y Cs. Esa división se basa en que si las cuentas caen en las votaciones iniciales, el presidente del Gobierno podría verse obligado a convocar elecciones, con el escenario del temido superdomingo electoral y la posibilidad de que el Ejecutivo de Sánchez pudiera ser sustituido por uno de PP y Cs con el apoyo de Vox. Torra evitará chocar con el TC para recuperar las leyes anuladas. El Govern copiará fórmulas legales aceptadas para otras comunidades (LA VANGUARDIA ).La Generalitat confía en la negociación presupuestaria para poner fin a años de recortes en Cataluña (EL PAÍS)

Junto a los dos anteriores factores juega el temor a que un gobierno andaluz de Ciudadanos y PP con el apoyo o de Voz se extienda al Estado y otras comunidades. Cada día se ve más cerca el pacto de gobierno en Andalucía. La secretaria general del PP andaluz, Loles López, aseguró ayer que posiblemente esta semana podrán cerrar "el acuerdo definitivo" que permitirá al popular Juan Manuel Moreno suceder a la socialista Susana Díaz al frente de la Junta. Rivera desea el fin del sanchismo . "Estoy convencido de que en 2019 pasaremos página del sanchismo y abriremos una nueva etapa con más igualdad, más libertad y más unión", escribió ayer en Twitter segun EL PAÍS. Pero los fundadores de Ciudadanos abogan por mantener distancias con Vox. Ven en el partido de Abascal una amenaza contra la Constitución, informa LA VANGUARDIA.

Tambien cuentan las expectativas electorales de Podemos. El año electoral pone a prueba el liderazgo de Pablo Iglesias al frente de Podemos: La formación morada afronta 2019 con pérdida de intención de voto, según informaba este luenes EL PAÍS con llamada en primera página. "Incómodos compañeros de viaje", escribía al mismo tiempo Jordi Juan en LA VANGUARDIA: El socialismo no podrá mantenerse en el poder sin el apoyo de Podemos y de los nacionalistas vascos y catalanes, y PP y Cs deberán contar con Vox para destronar al PSOE. ¿Quién se desgastará más?, precisa.

Estas 4 claves se reflejan también en los editoriales de la prensa impresa:

La gestión de Sánchez lastra a los barones del PSOE (EL MUNDO): Pedro Sánchez ha transmitido a sus barones que no los comprometerá con un superdomingo electoral en mayo. El presidente ha justificado su decisión en que se trata de una cuestión de "calidad democrática", para no devaluar las municipales y autonómicas. Con este argumento intenta convencerse a sí mismo de que todo lo que hace responde al bien común y no a su beneficio personal. Pero que no esconde la realidad: los barones respiran aliviados al conocer la táctica de Sánchez, pues la decisión responde a intentar evitar una reedición del tsunami andaluz y a escuchar las numerosas voces críticas que dentro del PSOE no callan ante su coqueteo con el nacionalismo. El presidente y sus asesores parecen haberse percatado de que vincular la irresponsable gestión nacional con la imagen de los líderes autonómicos solo puede ir en detrimento de los intereses del partido. Los barones quieren hacer la guerra electoral por su cuenta, buscando minimizar los efectos nocivos con los que les pueden salpicar las políticas del presidente.

El Gobierno debe concretar su agenda del cambio (EL PAÍS): El Gobierno ha elaborado un conjunto de medidas, muchas de ellas económicas, agrupadas bajo el ambicioso enunciado de agenda del cambio. De la información disponible debe deducirse que se trata de decenas de medidas, algunas de ellas de alcance, de aplicación durante varios años, que tienen en común una voluntad modernizadora. Es, al menos hasta el momento, un plan de intenciones, sin detalle suficiente en decisiones concretas, que pretende señalizar y acentuar los mensajes electorales del partido socialista. La elaboración de esa agenda es un ejercicio respetable, aun cuando sus enunciados vayan cargados de intencionalidad electoral. En el fondo, el Gobierno, que conoce su escasa fuerza parlamentaria, se está limitando a señalizar objetivos, pero aunque solo sirviera para fomentar el debate sobre la modernización económica del país, ya sería algo positivo.

Las medidas económicas de Sánchez son electoralistas (ABC): La política económica que ha puesto en marcha el Gobierno del PSOE amenaza con trucar la recuperación que se inició en España en 2013. Y no sólo porque Sánchez se niegue a impulsar las reformas que todavía precisa el país, sino porque este nuevo rumbo llega en el peor momento, cuando el favorable ciclo económico está llegando a su fin. El fuerte aumento del gasto público se traducirá en más déficit y deuda, debilitando la solvencia del Estado y el crecimiento potencial de la economía española. Lo único que tienen en común las medidas económicas aprobadas por Sánchez en estos siete meses de gobierno es su marcado electoralismo cortoplacista y el negativo impacto que acabarán infligiendo a la economía.

Según informa EL PAÍS, el Gobierno está decidido a cambiar el paso de la agenda política, monopolizada por el debate sobre Cataluña y la polarización, en un momento en el que el resultado de las elecciones andaluzas ha apuntalado las posibilidades electorales de la derecha. Para ello, el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez prepara desde septiembre un paquete de reformas económicas para presentar este mes un gran plan en el que están involucrados varios ministerios. Está previsto que este mes se presenten los Presupuestos del Estado y también la llamada "agenda del cambio", un documento de más de medio centenar de páginas con decenas de reformas estructurales para varios años que resumen el proyecto económico del Ejecutivo y serán la base de su propuesta electoral.

El PSOE da tregua a Sánchez hasta mayo

Según EL PERIÓDICO, Pedro Sánchez afronta 2019 convencido de que no hay que adelantar las elecciones. Pese a su precaria situación parlamentaria y de que algunos de sus colaboradores más cercanos le recomendaban la convocatoria de las generales a corto plazo, el presidente del Gobierno siempre ha defendido alargar la legislatura. Y ahora, más que nunca. El castigo recibido por el PSOE en Andalucía, donde PP, Cs y Vox se encuentran cerca de desalojar a los socialistas del poder con un acuerdo que podría repetirse en otras autonomías y también en toda España, ha reforzado la resistencia del presidente del Gobierno a un anticipo electoral.

ABC recuerda que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comenzado 2019 sin aclarar si convocará elecciones este año. Según este diario, nada ha comunicado al PSOE, y nadie en el partido confía en que vaya a dar una sorpresa inminente si no se encuentra en una tesitura límite de la que aún se considera lejano. Por eso, más allá de las dudas y preocupación que generan en algunos sectores socialistas tanto la gestión del Gobierno como la estrategia de Sánchez, disfrutará de una tregua sin cataclismos internos como mínimo hasta las elecciones autonómicas de mayo.

Sánchez y Unidos Podemos, convencidos de que tengran que entenderse

PSOE y Unidos Podemos encaran el ciclo electoral convencidos de que tendrán que entenderse:  Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pasan de competir por el mismo electorado a un pacto de no agresión conscientes de que se necesitan mutuamente para mantener el poder, según la previa crónica de Irene Castro y Aitor Riveiro en eldiario.es. En Moncloa creen que los socialistas aguantarán el tirón pese al triunfo de la derecha en Andalucía, aunque temen que Podemos caiga y algunos dirigentes del PSOE, como Emiliano García-Page, miran a Ciudadanos como potencial aliado después del 26 de mayo

A pesar de que en 2016 Sánchez se decantó por llegar a un acuerdo con Albert Rivera, ahora tiene en Iglesias a su principal aliado. También ha mejorado su relación personal. En Moncloa están convencidos de que Ciudadanos ha virado hacia la derecha y dan por imposible un acuerdo en los términos que firmaron hace ya casi tres años. La dirección del PSOE considera que Rivera siempre inclinará la balanza hacia el PP, como está ocurriendo en Andalucía a pesar de que Susana Díaz ganó las elecciones. 
En Ferraz consideran, además, que el PSOE se ha afianzado como primera fuerza de la izquierda tras haber estado amenazado en dos generales por un sorpasso que no se produjo. Los socialistas han asumido que el bipartidismo se ha transformado en cuatro grandes formaciones y miran de reojo a Podemos con la preocupación de que caiga electoralmente y complique así la suma en la izquierda. Para la dirección de Sánchez, la fórmula de PSOE y Podemos –con sus confluencias o marcas blancas– es la natural para gobernar, según explican fuentes de Moncloa. 
En Unidos Podemos también han cambiado su actitud hacia los socialistas y ahora es de sustento al Gobierno. El análisis que hacen en el grupo que pilota Iglesias es que  la mejor receta para detener el crecimiento de la derecha es demostrarse útiles para la mayoría social del país y articular políticas desde las instituciones que mejoren la vida de las personas.
En el grupo confederal esgrimen el acuerdo presupuestario como ejemplo de estas medidas, con la subida del SMI a 900 euros, la mejora en las prestaciones por dependencia o la revalorización de las pensiones como principales banderas. Unas medidas que necesitan del apoyo de todos los partidos que hicieron posible la moción de censura y que, en buena parte, precisan de la aprobación de los Presupuestos de 2019 para consolidarse.
El presidente de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, se ha implicado directamente en los gestos de distensión que han protagonizado en las últimas semanas desde Madrid y desde Catalunya e incluso visitó a Oriol Junqueras en prisión con ese objetivo. El grupo confederal exige a Pedro Sánchez que le dé más "impulso" a su acción de Gobierno tanto en la parte social como territorial. "Nosotros ya hemos hecho nuestro trabajo. Ahora le toca a Sánchez", ha repetido Iglesias en varias ocasiones.
Tanto para Sánchez como para Iglesias es fundamental que salgan adelante los presupuestos y tienen más esperanzas después de que los partidos independentistas apoyaran los objetivos de déficit. No obstante, en el Gobierno reconocen que  no saben cuál será la posición de PDeCAT y ERC en la tramitación de las cuentas públicas y que no lo sabrán hasta el último momento. La división en el independentismo también es una ventana de oportunidad para Sánchez si finalmente se imponen las tesis de quienes abogan por permitir la aprobación de los presupuestos. 
Nadie descarta el adelanto electoral, a pesar de que Sánchez trató en su última comparecencia de desvincular las cuentas de la fecha de los comicios. No obstante, sí reconoció recientemente que un fracaso en su aprobación acortaría su vocación de acabar la legislatura. Ante los vaivenes del Gobierno acerca de los presupuestos, en Unidos Podemos se prepararon por la posibilidad de que Sánchez convocara a las urnas en la primera mitad de 2019.
Pablo Iglesias convocó primarias a finales de año para dejar la maquinaria preparada antes de irse de baja de paternidad. Sánchez le respondió públicamente que aún tenía muchos meses por delante antes de convocar los comicios. El secretario general asegura que, si se convocan elecciones, saldrán a ganarlas. En Podemos y sus confluencias son conscientes de que el entendimiento con el PSOE será imprescindible antes y después de la contienda en las urnas. De hecho, los de Iglesias dependen de los socialistas para mantener las alcaldías que lograron en 2015, como la de Madrid o Cádiz, entre otras. 
Barones del PSOE miran a Ciudadanos
Dentro del partido socialista hay dos almas sobre cómo afrontar lo que queda de legislatura ya que en un sector importante de la organización preocupa que el apoyo de los independentistas lastre las aspiraciones electorales en determinados territorios. La lectura de las andaluzas que hacen los principales barones y muchos dirigentes es que gobernar gracias a ERC y PDeCAT ha pasado factura y están convencidos de que lo hará en territorios como Castilla-La Mancha, Extremadura o Aragón. 
Sánchez también marcó distancias con los independentismos tras el varapalo en Andalucía, pero el presidente está convencido de que sale ganando cuanto más tiempo esté en Moncloa. Algunos presidentes socialistas difieren en ese punto de vista y miran al centro derecha de Ciudadanos como posible aliado tras los comicios del 26 de mayo. 
"La única mayoría que sale en todas las encuestas y que se va a poder construir en España vendrá desde el centro", expresó Emiliano García-Page en una  entrevista en El Mundo refiriéndose a un "Gobierno del PSOE apoyado por Ciudadanos". "La posición que tiene Albert Rivera en torno a la Constitución y al modelo de país me parece muy compatible con el PSOE. Rivera podría ser perfectamente del PSOE, al menos del PSOE en el que yo me afilié", sentenció el presidente de Castilla-La Mancha.
En algunas federaciones socialistas consideran que Ciudadanos puede convertirse en su tabla de salvación si se produce una eventual caída de Podemos. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, Ciudadanos no tiene representación parlamentaria pero previsiblemente la obtenga en 2019 y puede amenazar a los dos diputados que actualmente tiene la formación de Iglesias. El ascenso en Aragón también puede hacer peligrar el gobierno de Javier Lambán. 
Albert Rivera está dispuesto a negociar con los barones críticos del PSOE tras las próximas citas electorales. Mientras que Pablo Casado da por hecho que la fórmula de Andalucía (PP con Ciudadanos y el apoyo de Vox) será la tónica, la formación naranja advierte de que no será un modelo a exportar de manera automática. Para evitar que se le vincule continuamente con la extrema derecha de Vox, Rivera estudiará dar el apoyo a los barones "no sanchistas". 

 

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