jueves,18 agosto 2022
Espacio euroiberoamericano de diálogo sobre la innovación social, profesional y académica
InicioInnovación y AcademiaNuestros sentidos y el cerebro construyen la realidad para vivir, no para...
Como un interfaz, la consciencia crea actividad neuronal

Nuestros sentidos y el cerebro construyen la realidad para vivir, no para percibir la verdad

Redacción
La consciencia crea actividad neuronal, no al revés, y la percepción es mera interfaz de usuario, según el libro de Donald D.Hoffman "The case against reality". Este psicólogo y profesor de Ciencias Cognitivas en Universidad de California, defiende que el cerebro nos oculta la realidad para darnos una ventaja, pues la evolución ha capacitado a los humanos para construir la realidad, no para percibir el mundo como realmente es.La postverdad, palabra del año 2016, gana así explicación científic

Hoffman se propone ahora crear modelos matemáticos e informáticos de la consciencia, a  fin de dar consistencia científica a la relación entre el cerebro y la consciencia. Los modelos que faltan para entender mejor qué somos los seres humanos y qué es el mundo que nos rodea, pues las matemáticas como lenguaje y como ciencia han servido de herramienta para explicar desde el conjunto del universo a las más mínimas particulas que lo forman y su comportamiento (aplicaciones ahora trasladadas desde la física cuántica a la informática cuántica). Pero no han podido explicar ni modelar cómo funciona el órgano cerebral que ha permitido a la mente humana lograr tales avances en esos campos de la abstracción lógica-matemática y en muchos otros ámbitos de la realidad, según Clara Isabel Grima, de la Universidad de Sevilla y la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas.

"Me interesa comprender la experiencia de la consciencia humana y su relación con la actividad de nuestros cuerpos y cerebros cuando interactuamos con nuestro entorno, y eso incluye el desafío técnico de construir modelos informáticos que lo imiten, por eso estoy creando un modelo que explique la consciencia ", explica Hoffman en un comunicado, tras estudiar durante años la consciencia, la percepción visual y la psicología evolutiva utilizando modelos matemáticos y experimentos psicofísicos. La tesis del libro fue anticipada en su conferencia TED en Vancouver (ver video adjunto) y en su articulo también de 2015 The interface theory of perception (Stevens' Handbook of Experimental Psychology and Cognitive Neuroscience, 2018, vol. 2, p. 1-24).

Holffman ilustra su comunicado con la imagen fija que encabeza esta información y demuestra tu teoría, ya que al mirarla adquiere movimiento,más claro si la mirada es intensa. Las aportaciones de Hoffman, quien trabajaba en esto campo desde hace tres décadas, contribuyeron a que el término post-verdad (post-truth) fuera elegido como la palabra de 2016 en inglés por el prestigioso Diccionario Oxford, e incluido al año siguiente en el Diccionario de la Real Academia Española junto a otros como hacker o fair play. Los autores del primer diccionario explican así su significado: "Relativo a o denotando circunstancias en las que hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que la apelación a la emoción y a la creencia personal". Por su parte, la RAE define así posverdad desde 2017: Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Los demagogos son maestros de la posverdad.

Según  los responsables del Diccionario Oxford, obra que limita su difusión por el pago y está a cargo de la Universidad de su nombre, el uso de esta palabra aumentó en 2016 un 2.000% con respecto a 2015. Ello sucedió especialmente a partir de junio, cuando se realizó el referéndum en Reino Unido que definió tras una campaña intensa en mentiras la salida del país de la Unión Europea (Brexit), así como en octubre,con motivo de las elecciones en Estados Unidos en las que Donald Trump resultó ganador, gracias a una campaña también plagada de noticias falsas previo perfilado de redes sociales y uso de los datos privados de millones de usuarios de Facebook, como denunció Ibercampus.es meses antes de que estallara el escándalo. Port-verdad aparecía así directamente relacionadacon la frase "política post-verdad", aunque el falseamiento de la realidad es mucho más amplío según había apuntado Donald D.Hoffman y explica más ampliamente ahora en su libro.

En The Case Against Reality, el científico cognitivo de Irvine, intenta explicar el origen de la conciencia humana (cómo vemos, pensamos, sentimos e interactuamos con el mundo que nos rodea a sabiendas de que lo hacemos) y sus avances hacia ello mediante modelos matemáticos e informáticos, pues asegura que hasta ahora los investigadores estaban enfocando todo mal. “Estoy interesado en comprender las experiencias conscientes de los humanos y su relación con la actividad de nuestros cuerpos y cerebros a medida que interactuamos dentro de nuestro entorno, y eso incluye el desafío técnico de construir modelos informáticos que lo imiten, por eso estoy trabajando en creando un modelo que explica la conciencia ", dice.

¿Cómo se ha moldeado nuestra experiencia consciente?

Para responder a esta pregunta Donald D.Hoffman nos remite en su comunicado y en su libro a la evolución. Nuestros sentidos evolucionaron y fueron moldeados por la selección natural. Podríamos adivinar que la evolución favorece las percepciones verdaderas, que describen con precisión la realidad. Pero no lo hace. Mis alumnos graduados y yo creamos simulaciones por computadora de competencias evolutivas entre criaturas con diferentes tipos de percepciones. Descubrimos que los organismos que veían la verdad se extinguieron cuando competían contra los organismos que no veían la verdad. Es lo que los teóricos de la evolución llaman "beneficios físicos".

Para explicarlo, Hoffman pone el ejemplo de cómo funciona un videojuego, aunque en realidad es su diseñador quien ha copiado el proceso cerebral: Piensa en ello como un videojuego. Tienes que buscar puntos lo más rápido que puedas y, si obtienes los suficientes, puedes avanzar al siguiente nivel. Si no lo haces, te mueres. La evolución es igual. Estamos buscando "recompensas de acondicionamiento físico". Quien las obtiene, su descendencia avanza al siguiente nivel. Lo vemos igualmente en los beneficios del ejercicio físico. La mayoría de mis colegas científicos piensan que, cuando buscas beneficios del fitness, estás buscando la verdad. Pero mi equipo y yo encontramos que eso estaba mal. Los beneficios de la aptitud física en sí mismos no tienen información sobre la verdad: son lo que has entendido por lo importantes que resultan para la supervivencia y la reproducción. Si persigues los beneficios del ejercicio, pierdes lentamente información sobre la verdadera estructura del mundo a favor de lo que es importante para ayudarte a transmitir tus genes. Inevitablemente, entonces, no puedes ver la verdadera estructura del mundo. Los organismos que ven la realidad tal como es nunca están más en forma que los que están sintonizados para ver los beneficios del ejercicio.

Dice el comunicado acerca del libro que los enfoques científicos actuales suponen que existe un patrón de actividad neuronal que nos hace experimentar cosas como el sabor de una nuez o la apariencia del color rojo. Pero no hay teorías formales que expliquen esto."Como científico, propongo una teoría y luego trato de probar que la teoría está equivocada, para probar su validez", dice. "Debido a que no existe una teoría matemática que explique el patrón de actividad neuronal que crea conciencia, puede significar que estamos haciendo una suposición falsa ". Sostiene en cambio que la conciencia crea actividad neuronal, que los humanos han evolucionado para ver lo que se necesita para la supervivencia. Las percepciones, dice, son una interfaz de usuario, pero no necesariamente la realidad.

El trabajo de Hoffman ha llamado la atención de los interesados en el mundo de la ciencia y del espíritu por su intento de comprender las cualidades que hacen que la experiencia humana sea humana. En 1998, publicó Visual Intelligence, que introdujo 35 reglas que rigen la percepción de línea, color, forma, profundidad y movimiento. El libro explica cómo las personas procesan imágenes bidimensionales para crear un entorno tridimensional, o cómo las personas usan la visión para construir el mundo que les rodea. El concepto, que proviene de la psicología evolutiva, es que los humanos se han adaptado de cierta manera con el tiempo para sobrevivir y prosperar.

Su charla TED de 2015 ya tenia a julio de 2019 más de 2.7 millones de visitas. Los medios lo citan y lo entrevistan con frecuencia y apareció en "Through the Wormhole with Morgan Freeman" en un episodio titulado "¿Podemos manejar la verdad?". Su trabajo fue el tema de un evento transmitido en vivo por la Academia de Ciencias de Nueva York. "El campo de la ciencia de la visión es realmente poderoso", dice. “La noción de que estamos construyendo nuestras propias realidades se vincula con muchas áreas diferentes. Estas ideas pueden usarse de muchas maneras, incluso en marketing y publicidad para cambiar la forma en que las personas experimentan un producto ".Sus avances han servido ya por ejemplo al mundo de la moda para rediseñar todo lo necesario para que la ropa haga sugerencias más agradables de traseros, muslos y bustos. Ha aplicado las mismas ideas al marketing utilizando análisis matemáticos para determinar el mejor color, iluminación, estructura y composición de la publicidad dirigida.

El libro nos sumerge por tanto en el nuevo mundo de la conciencia, sus raíces en la evolución y su plan para tratar de explicar a través de la ciencia las mismas cosas que nos hacen humanos. Pero también aporta pistas sobre el objetivo humano de transmitir a distancia con tecnologías digitales no solo el oido y la vista como lograron las telecomunicaciones, la radio, televisión y ahora internet, sino el gusto, olfato y tacto, como anunciaban en su libro "Digitalismo" José Terceiro y Gustavo Matías (2001). Ya en 2014 se informaba que los cambios del frío, cremosidad o textura que sentimos en la boca mientras comemos un helado ya se pueden visualizar mediante curvas de colores en una pantalla. Las gráficas ayudan a los fabricantes a mejorar la calidad del producto, según han comprobado investigadores del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos en Valencia.

Un año despues, en su articulo de 2015, Hoffman anticipaba que nuestras capacidades perceptivas son productos de la evolución y han sido moldeadas por la selección natural, linea de investigación tambien seguida en España (ver recuadro final). A menudo se supone que la selección natural favorece las percepciones verídicas, es decir, las percepciones que describen con precisión aquellos aspectos del medio ambiente que son cruciales para la supervivencia y la aptitud reproductiva. Sin embargo, el análisis de la evolución perceptiva utilizando la teoría de los juegos evolutivos revela que las percepciones verídicas son conducidas genéricamente a la extinción por percepciones no verídicas igualmente complejas que se ajustan a las funciones de aptitud relevantes.

Este hallazgo de que lo verídico no sea, en general, no sea favorecido por la selección natural, requiere un replanteamiento integral de la teoría perceptiva, incluyendo lo que dice respecto a las ilusiones y alucinaciones. Esta es la intención de la teoría de la interfaz de la percepción, que propone que nuestras percepciones han sido moldeadas por la selección natural para ocultar la realidad objetiva y en su lugar para darnos símbolos específicos de la especie que guían el comportamiento adaptativo en nuestro nicho.

Los enfoques científicos actuales asumen que hay un patrón de actividad neuronal que nos hace experimentar cosas como el sabor de una nuez o la apariencia del color rojo. Pero no hay teorías formales que expliquen esto."Debido a que no hay una teoría matemática que explique el patrón de actividad neuronal que crea consciencia, eso puede significar que estamos haciendo una suposición falsa", dice Hoffman, para quien la consciencia crea actividad neuronal (no al revés) y los humanos hemos evolucionado para descubrir qué es lo que se necesita para sobrevivir. Las percepciones, dice, son una interfaz de usuario, pero no necesariamente la realidad.

Cuando y cómo ocultar la realidad resulta práctico

Nuestros sentidos, la base de nuestra percepción de la realidad, evolucionaron y fueron moldeados por selección natural supuestamente para ayudarnos a percibir la realidad, pero en realidad ha pasado lo contrario.

“Mis estudiantes y yo hemos creado simulaciones informáticas de competencias evolutivas entre criaturas con diferentes tipos de percepciones. Descubrimos que los organismos que percibieron la verdad tal como es, se extinguieron cuando compitieron contra organismos que no percibían realidad.”

 “Otra forma de pensar acerca de este concepto es mirar al mundo como una interfaz de usuario, una máscara. El espacio tridimensional es realmente como el escritorio de un ordenador. Las cosas que vemos están ahí como un ícono. Un icono de un libro que es azul no significa que el libro y su contenido sean realmente azules, es un simple símbolo que representa algo mucho más grande. Y no ver la verdad realmente ayuda: si tuviéramos que saber toda la verdad sobre el ordenador y cómo operar cada circuito para hacer que cada acción sea necesaria, no lo usaríamos. La evolución literalmente nos oculta la verdad a propósito.”


Ni siquiera sabemos lo que es la realidad

Hoffman señala asimismo que por ello no sabemos realmente lo que es la realidad y que para conocerla debemos primero entender lo que es la consciencia.

Añade que aunque hay mucha información sobre correlaciones entre diferentes regiones cerebrales y algunas experiencias conscientes específicas, la mayoría de los enfoques asumen que la actividad cerebral causa la experiencia consciente. “Pero nadie tiene una idea sobre cómo iniciar una experiencia consciente desde el cerebro: no hay teorías que lo expliquen. Nuestra incapacidad para encontrar una teoría sugiere que podemos estar haciendo una suposición falsa.”

Dado así que de la actividad cerebral no hemos podido construir una teoría de la consciencia, Hoffman se ha propuesto construirla a partir de la consciencia y su impacto en las neuronas: está creando un modelo matemático de la consciencia. “Si tenemos éxito en la creación de una teoría de la consciencia, entonces podremos entender mejor la realidad, la verdad”, añade.

Las consecuencias de esta reflexión son profundas: “Si hemos confundido nuestras percepciones con la verdad, nuestra percepción completa del espacio-tiempo y de los objetos físicos es engañosa… Es sorprendente pensar que lo que hemos creído profundamente es erróneo. Pensar que el espacio-tiempo en sí es falso es asombroso”, señala Hoffman.

Referencia académica

The Case Against Reality: How Evolution Hid the Truth from Our Eyes. Donald D. Hoffman. Imprint: Allen Lane, 2019. 272 páginas. ISBN: 9780241262627.  

 

Aportaciones españolas viendo el mundo como una proyección cerebral

España ha realizado importantes aportaciones a esta nueva línea de investigación, resumidas por Francisco J. Rubia Vila, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid ( también lo fue de la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, donde ejercicio como Consejero Científico) en el blog Neurociencias en Tendencias21, donde ya en enero de 2015 aseguraba que  el cerebro proyecta al mundo exterior lo que genera internamente y que por ello nos hace creer equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”.

Rubia, entrevistado ese mismo año en el video adjunto afirmando que el costructivismo coincide la mecánica cuántica que la persona que observa está modificando la readlidad, aseguraba que en realidad quien ve, oye, huele, gusta y siente, es el cerebro. Los órganos de los sentidos son, en lo que a esto respecta, completamente neutrales. Luego, no existe “un” sólo mundo exterior, sino varios mundos que dependen cada uno del sujeto que percibe los diferentes estímulos que en él se encuentran.

Demócrito, Galileo, Descartes, Hobbes, Locke y Vico ya lo habían dicho, pero sigue siendo algo “contraintuitivo”, porque está en contra de lo que llamamos sentido común o intuición, y de ahí que nos cuesta trabajo comprenderlo y asumirlo. Vico, en su libro La antiquísima sabiduría de los italianos, decía que “si los sentidos son facultades, viendo hacemos los colores de las cosas; degustándolas, sus sabores; oyéndolas, sus sonidos; y tocándolas, hacemos lo frío y lo caliente”. Con otras palabras: el cerebro proyecta al mundo exterior lo que él internamente genera y nos hace creer equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”. En realidad, quien ve, oye, huele, gusta y siente es el cerebro. Los órganos de los sentidos son en ese sentido completamente neutrales.

Exlica Rubia que la neurociencia nos dice que las cualidades secundarias de los objetos son creaciones del cerebro. Esto significa que los colores, sonidos, olores, gustos y el frío y el calor no están en la realidad exterior, sino que son atribuciones que las distintas regiones de la corteza cerebral hace a los impulsos que llegan de los órganos de los sentidos.

Distintos tipos de energía inciden sobre los receptores que están localizados en los órganos de los sentidos y estos se encargan de traducir estos tipos de energía al único lenguaje que el cerebro entiende: los potenciales eléctricos, llamados potenciales de acción, que son iguales todos, procedan de la retina, del oído interno, de la mucosa olfativa, de las papilas gustativas o de la piel.

 

Así, por ejemplo, en la visión, las radiaciones electromagnéticas de una determinada longitud de onda inciden sobre los fotorreceptores de la retina que traducen este tipo de energía en energía eléctrica en forma de potenciales de acción. En la audición, son las ondas sonoras las que llegan al oído interno como energía mecánica, y es traducida igualmente a energía eléctrica en forma de potenciales de acción que no se distinguen de los potenciales de acción de la retina.

Los discípulos del filósofo irlandés George Berkeley discutían sobre si se oiría algún ruido cuando caía un árbol en el bosque y nadie estuviera presente para oírlo. De acuerdo con lo dicho anteriormente, parece evidente que no se oiría ningún ruido precisamente porque no había nadie que lo oyese (en el vídeo final Rubia asegura que hay quien defiende que tampoco habría árboles). Rita Carter, periodista británica especializada en el cerebro humano, se pregunta por qué un estímulo determinado se percibe con regularidad como un sonido, mientras que otra clase de estímulo se percibe como un visión.Responde que cada uno de los órganos de los sentidos está intrincadamente adaptado para hacerse cargo de su propio tipo de estímulo, y traduce estos tipos de estímulos a pulsos eléctricos. Todos estos pulsos son iguales y la corteza cerebral que se encarga de recibirlos está especializada en atribuir esas cualidades secundarias a los pulsos que recibe, dice también Rubia.

Concluye el investigador español que el “mundo exterior” de los animales que tienen la capacidad de captar energías que nosotros no podemos captar tiene que ser completamente distinto al nuestro. Por ejemplo, las serpientes tienen detectores para los rayos infrarrojos que les permiten detectar el calor de las presas. El sistema de la línea lateral de los peces les permite detectar los movimientos y las presiones del agua circundante. Asimismo, el sistema sonar de los murciélagos les permite mediante la producción de sonidos de alta frecuencia registrar el eco de esos sonidos y de esa manera orientarse a ciegas en el espacio. Luego no existe “un” mundo exterior, sino varios mundos que dependen cada uno del sujeto que percibe los diferentes estímulos que en él se encuentran, asegura Rubia.

De interés

Artículos Relacionados

Centro de preferencias de privacidad