«Es esta —ha proseguido Villanueva— la mejor forma de rendir homenaje a los fundadores de la institución, que, en un tiempo récord, de 1726 a 1739, consiguieron publicar los seis tomos del Diccionario de autoridades».
La RAE está dando a conocer la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española en distintas ciudades españolas, después de que los reyes don Felipe y doña Letizia presidieran, el pasado 17 de octubre, en el salón de actos de la corporación, la presentación oficial de la obra, dedicada al tricentenario y fruto de la colaboración de las veintidós corporaciones integradas en la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
Si en noviembre fue en las ciudades de Sevilla y Zaragoza, hoy le ha correspondido el turno a la capital gallega, en un acto en el que también han participado el académico Guillermo Rojo, nuevo tesorero electo de la corporación; María Jesús Sainz, senadora, y Agustín Hernández Fernández de Rojas, alcalde de Santiago de Compostela, quien ha remarcado que el diccionario, a través de sus veintitrés ediciones, es «un reflejo de la vida y la historia de España, compartidas por todos aquellos países que tienen la lengua española como idioma oficial de sus territorios».
Guillermo Rojo ha centrado su intervención de esta tarde en «algunos de los aspectos más destacados en la elaboración de los diccionarios».
Ha insistido en la importancia que, en el trabajo de la lexicografía reciente, tienen las computadoras: «La organización tradicional de un diccionario está muy próxima a la organización de una base de datos. De ahí que la aparición de las computadoras suponga disponer de unos recursos que, hasta ese momento, no teníamos».
En el complejo proceso de elaboración del diccionario, la recogida de material, el análisis, los usos y significados de palabras, sus combinaciones, etc., se hacen, según ha recordado Guillermo Rojo, «a partir de los bancos de datos que tiene la Academia, formados por textos de todos los tipos, de todos los estilos, procedentes de los diferentes países hispánicos y que, en este momento, sobrepasan ya los 600 millones de formas».
Darío Villanueva, tras enmarcar la publicación del diccionario dentro de las conmemoraciones del tricentenario de la RAE, de las que él ha sido el coordinador, ha subrayado que esta obra «se consulta y se coordina con todas las academias americanas y la de Filipinas». También ha adelantado que «para la próxima edición habrá probablemente una academia más, la ecuatoguineana, que en este momento está en proceso de constitución».
Según ha adelantado Villanueva, «este diccionario dejará de ser el DRAE, Diccionario de la Real Academia Española, para convertirse en un DILE, es decir, el Diccionario de la lengua española». Un diccionario que, en definitiva, ha concluido el director electo, «es un destino, una misión, una vocación» con trescientos años de historia.