jueves,18 agosto 2022
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"Oportunidad única” para recuperar a los 30.000 científicos españoles que trabajan en el extranjero, según COSCE

Casi el 40% de los catedráticos y profesores titulares de universidad se jubilarán de 5 a 7 años

Cerca del 40% de los catedráticos y profesores titulares de universidad y de los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se jubilarán entre los próximos cinco y siete años en España.Se trata de una “oportunidad única” para recuperar a los 30.000 científicos españoles que trabajan en el extranjero, según ha señalado el vicepresidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), José Manuel Torralba.

Se trata de una “oportunidad única” para recuperar a los 30.000 científicos españoles que trabajan en el extranjero, según ha señalado el vicepresidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), José Manuel Torralba

Según Torralba, «Si queremos atraer talento y permitir que nuestro sistema de ciencia pueda crecer, estamos ante una ocasión histórica», para la que solo hace falta un pacto de Estado que reconozca las peculiaridades de la ciencia y solucione sus problemas, algo que la nueva Ley de la Ciencia no va a hacer, ha asegurado hoy el vicepresidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), José Manuel Torralba.

El representante de los científicos ha hecho esta advertencia en su comparecencia ante la Comisión de Ciencia del Congreso de los Diputados, donde ha desgranado los problemas de la ciencia uno a uno.

Aunque la reforma de la Ley de la Ciencia que mañana aprobará el Consejo de Ministros prevé contratos estables e indemnizaciones para los jóvenes investigadores, esa medida no es suficiente para arreglar «los problemas de la ciencia, ni la precariedad, ni la relación con la industria y la innovación», ha dicho Torralba.

A su juicio, la financiación es el talón de Aquiles de un sistema que «desde hace 20 años solo aspira a llegar al 2% del PIB», una cifra que «igual entonces era ambiciosa pero que hoy en día es insuficiente».

La I+D+ necesita «financiación basal estable» equivalente al 3 o 3,5% del PIB si queremos estar en el primer cuadrante de los países de la OCDE, que es el lugar que nos corresponde», ha subrayado.

Además, la ciencia necesita un plan nacional para repatriar a los más de 30.000 científicos que están en el extranjero porque formar a un doctor cuesta medio millón de euros, por lo que «si consiguiéramos que volviesen a España, tendríamos un retorno de inversión de más de 15.000 millones de euros».

Para eso, los contratos Ramón y Cajal son insuficientes. Haría falta acabar con los métodos endogámicos que marcan la adjudicación de plazas en las universidades y centros de investigación, permitir salarios dignos que reconozcan los méritos de los retornados, y eliminar por completo la tasa de reposición que es un «tremendo obstáculo» para atraer talento, sobre todo en los centros más nuevos en los que «no se jubilará nadie hasta dentro de unos años».

Torralba también ha pedido la «refundación» de la Agencia Estatal de Investigación, para que pueda tener planes plurianuales para ejecutar sus convocatorias y para darle más libertad, y que se eliminen las barreras que traban la investigación, no solo la burocracia, sino las leyes que están hechas «de espaldas» a la I+D+i que frenan la actividad científica.

«Leyes como la ley de subvenciones, la ley de contratos del sector público o la de Patrimonio -que gestiona igual una patente que una autopista-, las leyes de las Fundaciones Públicas -que les impiden captar talento-, o la Ley de Extranjería -que permite que un brasileño puede jugar en el Real Madrid de un día para otro y que yo necesite 6 meses para traer a un científico de EEUU-«, ha denunciado Torralba.

El responsable de las sociedades científicas ha asegurado que todas estas cuestiones se podrían solucionar con una ley orgánica que permita que la ciencia se rija por el derecho privado y que la deje fuera del control económico del sector público porque «eso es lo que está matando la actividad científica de este país».

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