jueves,18 agosto 2022
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Miguel Arana, Director de Participación Ciudadana de Madrid:

«La sensación de desinformación se ve acrecentada por el hecho de que la gente no puede decidir»

Irene Matías @imatiasc
El proyecto de participación ciudadana directa del Ayuntamiento de Madrid se puso en marcha en el 2015 para hacer propuestas, votar en consultas ciudadanas, plantear proyectos de presupuestos participativos, decidir la normativa municipal y abrir debates para intercambiar opiniones con otras personas. Apenas tres años después, y junto con Suiza, ya lidera la implementación del sistema de participación ciudadana en el mundo. Ibercampus habló con Miguel Arana, director del proyecto.

La plataforma de participación ciudadana del Ayuntamiento de Madrid (www.decide.madrid.es) está construida sobre un software abierto que ha permitido a otros ayuntamientos o localidades a nivel internacional, como Barcelona, Valencia, Buenos Aires, y Corea, replicar la plataforma del ayuntamiento de Madrid, convirtiéndose en un verdadero ejemplo de Gobierno Abierto a nivel internacional.

 

Ibercampus habló con Miguel Arana, director del proyecto de participación del Ayuntamiento de Madrid. Miguel es un doctor en físicas convencido en la idea de que gracias a las nuevas tecnologías cada día es más fácil acercar los mecanismos de toma de decisiones de los Gobiernos y las administraciones públicas al ciudadano.

 

En los últimos años, Miguel ha estado trabajando en el proyecto de participación ciudadana y gobierno abierto del equipo de Ahora Madrid, ha sido co-fundador de laboratorios de innovación  y en el ámbito europeo diseñando nuevas herramientas para la futura democracia en el proyecto D-CENT.

¿Porque el Ayuntamiento de Madrid decide embarcarse en este proyecto de participación ciudadana?  

Es una reclama social que viene siendo muy fuerte en estos últimos años de grandes movimientos sociales, no sólo en Madrid sino también en el resto de España, en el que el gran lema que se extendía por todos lados es que el ciudadano quería profundizar en el sistema democrático, es decir, tener mayor control sobre las decisiones de las instituciones y poder influir sobre las mismas. Por este motivo, el área de participación ciudadana se convirtió en una de las principales líneas del programa de Ahora Madrid, pero no sólo en Madrid sino también en otros ayuntamientos de cambio. Tras acceder al ayuntamiento, creamos el área de transparencia y participación ciudadana, que era algo que no existía en Madrid, y pusimos en marcha las herramientas para hacerlo fácil, y para que la gente empezase a participar en las decisiones de manera fácil y sencilla.

 

¿Qué es para ti la participación ciudadana?  

La participación ciudadana es un término un poquito perverso porque es tan ambiguo que puede significar o implicar cualquier cosa, desde cuestiones muy simbólicas y estéticas, hasta comprender una definición más profunda. Nosotros en general cuando hablamos de conceptos preferimos hablar de democracia directa, ese es el término que realmente engloba la participación ciudadana, y es el que nosotros solemos utilizar.  El término implica que la gente de manera directa puede formar parte de las grandes decisiones del ayuntamiento. Eso por ejemplo se traduce en un mecanismo como el que hemos puesto en marcha de propuestas ciudadanas, es decir, cualquier ciudadano puede escribir una propuesta en la web de algo que quiere que el ayuntamiento haga (invertir el dinero en algo, cambiar un reglamento, tomar una posición respecto a algo, etc.) Se hace una propuesta, se van recogiendo apoyos, y cuando esa propuesta llega a un umbral de apoyos la ciudadanía vota y decide si se lleva a cabo o no la propuesta. Es entonces cuando el gobierno la asume y la lleva acabo. Se trata de un canal directo de abajo a arriba para que la gente tome decisiones. Para nosotros es un concepto relevante que sin duda produce un cambio social importante.  

 

¿Crees que el ciudadano tiene realmente la capacidad de decidir sobre la los temas que se regulan?  

No sólo tiene la capacidad, sino que la capacidad mejora cuando participa en este tipo de procesos. Hay un ejemplo en Europa cuando se aprobó el Tratado de Inserción en la Unión Europea. Varios países hicieron un referéndum. Posteriormente se hicieron unos estudios para comparar el conocimiento político de los diferentes países, y lo que se vio es que en los países donde se había llevado acabo el referéndum, el conocimiento sobre la realidad política, sus mecanismos, y cómo funcionaba la Unión Europea había aumentado muy por encima de los países donde no se había realizado ese referéndum, teniendo sobretodo en cuenta que los países que había realizado el referéndum tenían realidades, políticas, económicas y sociales muy diferentes. Es decir, donde se permitió votar la gente tenía mayor conocimiento de los mecanismos.

 

La sensación de desinformación se ve muy acrecentada por el hecho de que la gente no puede tomar decisiones. En el momento que se deja tomar decisiones, el nivel de implicación e información aumenta. Esto pasó en Madrid. El pasado enero se votaron dos propuestas: una sobre sostenibilidad y otra sobre el billete único, y durante los meses que anunciamos las propuestas la cantidad de noticias y debates aumentó considerablemente. Eso hace que estemos más preparados de lo normal. Hay que tener en cuenta que los expertos que tenemos en el Ayuntamiento de Madrid, aunque sean buenísimos, son muy pocos comparados con la cantidad de gente que hay fuera. Entonces nunca va ser el nivel de conocimiento sobre una decisión tan grande cuando tomamos una decisión interna, que si activamos un proceso de participación ciudadana.

¿Qué perfil tiene el ciudadano que participa en este proyecto?  

Cada una de las propuestas que ponemos en marcha, va acompañada de un estudio del perfil de personas que participa. En general vemos que hay tanto hombres como mujeres. En los últimos presupuestos participativos vimos casi un cincuenta por ciento de hombres y mujeres, con una curva de edades que replica bastante bien la curva de edades de la ciudad, es decir, un pico entre los 30-40 años y luego un descenso. Y cuando miramos a los distritos, según la propuesta podemos ver un nivel de participación u otro. Pero en general es bastante homogéneo, es decir, participa casi gente de todos los distritos independientemente de la renta media, la esperanza de vida, el nivel educativo.

Ponéis siempre el ejemplo de Suiza como experiencia internacional sobre la participación ciudadana ¿es un ejemplo a que seguir? ¿tiene mejoras ese modelo?  

Suiza es un ejemplo satisfactorio en lo que se refiere a lo que han conseguido, ya que han conseguido que de manera muy frecuente los ciudadanos tomen decisiones con una gran participación. Es un ejemplo que hay que actualizar ya que son procesos que se pusieron en marcha en 1948, y por lo general se han mantenido muy estáticos ya que, por ejemplo, en la mayoría de cantones o a nivel federal no utilizan herramientas digitales para la participación. Eso sí, hay un gran dispositivo de manera que se envían cartas a las personas y se vota por correo (que es un procedimiento costoso), pero hoy en día se podría actualizar. Nosotros en ese sentido hemos decidido actualizarlo. Obviamente, como lo acabamos de poner en marcha no alcanzamos el mismo nivel de participación, por eso estamos intentando hacerlo lo más cómodo y fácil posible para que la gente participe. Por este motivo hemos puesto mucho énfasis en la participación digital. De hecho, ahora hay muchas ciudades en Suiza que intentan poner en marcha nuestro modelo. Aquí también hemos ampliado los canales de participación, por ejemplo, estamos llevando a cabo presupuestos participativos, y vamos a activar otros procesos de normativa colaborativa o procesos de remodelación urbanísticas. En ese sentido, hemos ido más allá para no limitarlo a las propuestas ciudadanas. Ahora, por ejemplo, hay más de 70 gobiernos locales en todo el mundo que están exportando este modelo y nos están preguntando como llevarlo a cabo.

 

En septiembre de 2017 presentais el proyecto en una jornada de la Alianza para el Gobierno Abierto, paralela a la 72 Asamblea General de Naciones Unidas, a propuesta de Francia ¿Cómo fue la experiencia?  

Fue muy interesante y a la vez muy raro, y además no es algo común que Naciones Unidas invite a un gobierno local/concejal a su asamblea general para presentar un proyecto. La propuesta vino porque tras ponerlo en marcha en el 2015 empezando desde cero, en menos de dos años decenas de ciudades en 15 países en todo el mundo están copiando y poniendo en marcha el modelo de manera que estábamos contribuyendo a desarrollar la democracia. Ahora, por ejemplo, calculamos que hay 160 millones de ciudadanos en todo el mundo que están utilizando este tipo de herramientas. Lo que es evidente, es que el mecanismo que hemos puesto en marcha no sólo sirve para Madrid, sino para todo el mundo.

Aparte de la Participación Ciudadana vuestra concejalía se centra en Transparencia y Gobierno Abierto ¿Que otros proyectos estáis desarrollando en esa área?  

Si entras en la web del proyecto (http://consulproject.org/) hay un mapa con las ciudades que lo están implementando. Una de las primeras que lo puso en marcha fue el Ayuntamiento de A Coruña. Llevan ya dos años desarrollando los presupuestos participativos, y les ha ido muy bien. También aparte de gobiernos más locales, la Diputación de Valencia o el Consell de Mallorca también lo ha puesto en marcha,

Dentro del área de Participación Ciudadana y Gobierno Abierto habéis puesto en marcha el registro de lobbies ¿cómo está resultando su puesta en marcha?  

Lo que se hizo fue recopilar las mejores prácticas en todo el mundo para aplicarlas en la ordenanza de transparencia, una orden que es también modelo para otros gobiernos locales. Dentro de esa ordenanza se pusieron en práctica varias medidas concretas como, por ejemplo, las agendas públicas, es decir que ahora la agenda de trabajo de todos los actores del ayuntamiento que toman decisiones como concejales y directores es pública. También está el registro de lobbies obligatorio, que va en la misma línea de manera que cuando una empresa, persona u organización quieren influir, debe registrarse y poner de manifiesto que intereses representan, y en el caso que se presenten documentos, compartir los documentos que se utilizan. Esto nos permite trazar la huella normativa, es decir, explicar qué ha ocurrido antes de que se tome una decisión, y los mecanismos de influencia que han afectado a la misma. Esto permite que los ciudadanos tengan acceso a esa información. Esto son mecanismos que a nivel internacional han tenido exito.

En muchas ocasiones las empresas no influyen a través de lobbies, sino a través de sus miembros de consejos de administración o altos cargos ¿Cómo se puede construir la huella de influencia en estos casos?  

Aquí hay que aclarar el concepto de lobby que utilizamos aquí, difiere de otros conceptos internacionales. En el registro de lobbies del Ayuntamiento de Madrid no sólo deben registrarse los lobbies organizados, es decir, las empresas que ejercen influencia, sino que también entendemos como lobby cualquier empresa, organización o persona que tiene interés en influir en las políticas públicas. Además, en el registro de lobbies no sólo aparece la empresa en la que trabaja la persona, sino los intereses a los que representa. En ese sentido cualquier tipo de influencia es publicada.

¿Qué sanciones se aplican a los que no se registran?  

El control se haría previo a la reunión, por lo que en principio no debería haber sanción ya que en el momento que hay una reunión donde se trata de influir, se debe emplazar al solicitante a registrarse, de lo contrario no debería organizarse la reunión.

Christian Felber, economista austríaco artífice de la Economía del Común, cuyo objetivo es implantar y desarrollar una verdadera economia sostenible en la que necesariamente tienen que participar las empresas, propone un mecanismo de incentivos para las empresas que participen en concursos públicos y que tengan una huella de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), es decir, que cumplan con indicadores de RSC (derecho laborales, derechos humanos, no contaminan, etc). ¿Está haciendo algo parecido el Ayuntamiento de Madrid?  

Quizás no en un nivel tan abstracto, porque dentro del mundo del cambio social la Responsabilidad Social Corporativa es discutible, pero sí que hemos introducido baremos concretos en los concursos públicos como, por ejemplo, el año pasado se instaurarán unos códigos sobre el comportamiento de la empresa como que no puede haber discriminación salarial, abusos, etc. Unos códigos que además deben cumplirse.

Se acaba de publicar el índice sobre la percepción de los ciudadanos sobre la corrupción de Transparencia Internacional. España goza de ser un país democrático, pero se encuentra en el puesto 42 de 180 países a la cola de la UE. ¿Qué medidas crees que se deben llevar a cabo para cambiar esta percepción que tenemos los españoles sobre la corrupción?   

En el caso de Madrid, hay una percepción de que la transparencia está aumentando, de hecho, se acaba de publicar una encuesta sobre la calidad de vida donde se reflejan algunos indicadores que demuestran que está mejorando la percepción de la gente en transparencia y participación ciudadana. Después de la votación de febrero se hizo también una encuesta específica para saber qué opinaba la gente, y salió que aproximadamente el 75% de la población estaba de acuerdo o muy de acuerdo con los mecanismos que se habían puesto en marcha. Es muy difícil compara las perspectivas, pero lo lógico es que si estás desarrollando medidas en favor de la transparencia, por ejemplo la aplicación de la Ley de Transparencia, España debería mejorar su posición en índice, como ocurrió en el Ayuntamiento de Madrid tras implementar las medidas. Quizás a nivel nacional, no se están llevando a cabo las medidas oportunas, y deberían fijarse en las practicas más locales.

 

Se acercan las elecciones locales. ¿Qué otros proyectos o prioridades tenéis en mente dentro de la Concejalía?

  

Por ahora se trata de consolidar lo que tenemos en marcha. Por ejemplo, acabamos de poner en marcha los terceros presupuestos participativos. Cada año intentamos mejorarlo, y por eso nos estamos centrado en eso para que el ayuntamiento que venga lo siga utilizando y encontrando potencial.

 

Un registro que cuenta ya con más de un centenar de inscritos

 La Ordenanza de Transparencia de la Ciudad de Madrid en su artículo 34 crea el Registro de lobbies, cuyo objeto es la inscripción y el control de las personas físicas y jurídicas o entidades sin personalidad jurídica que actúan con el objetivo de hacer valer algún interés en la elaboración de la normativa municipal y en el diseño y desarrollo de las políticas públicas del Ayuntamiento de Madrid y sus organismos autónomos.

El 20 de diciembre de 2017 la Junta de Gobierno aprobó el acuerdo que recoge los criterios sobre el funcionamiento del Registro de Lobbies.

Desde su implantación, el 1 de enero del 2018, más de un centenar de personas físicas y jurídicas están inscritas. Encontramos a empresas como Amazon, Mercadona, Ford, Booking, Cabyfy; ONG como Transparebcia Internacional; asociaciones sectoriales como la Asociación Española de Economía Digital (ADigital) o la Federacion Madrileña del Taxi; colegios de profesionales como el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM); consultoras de lobby como Political Inteliggience, Kreab o Llorente y Cuenca;  incluso startups de participacion ciudadana como Osoigo.

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