jueves,18 agosto 2022
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Solo son inclusivos1 de cada 4 países de América Latina

UNESCO resalta la magnitud de las desigualdades mundiales en la educación y llama a mayor inclusión

Redacción
Un nuevo Informe de la UNESCO resalta la magnitud de las desigualdades mundiales en la educación y hace un llamado a una mayor inclusión tras la reapertura de las escuelas. Solo alrededor de una cuarta parte de los países de América Latina y el Caribe cuentan con leyes de educación inclusiva que abarcan a todos los educandos.

Un nuevo informe publicado hoy por la UNESCO muestra la magnitud de la exclusión en la educación, que ahora se ve agravada por el Covid-19. En la región, solo alrededor de una cuarta parte de los países tienen leyes de educación inclusiva que abarcan a todos los educandos. Chile y Paraguay se destacan por ser dos de los cinco países en el mundo que tienen leyes de educación inclusiva que abarcan a todos los estudiantes.  El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM, por sus siglas en inglés) de 2020 muestra que las desigualdades se han exacerbado durante la pandemia: el 40% de los países del mundo no han apoyado a los educandos en situación de riesgo durante la crisis. Hace un llamamiento a la región para que fomente sociedades más resilientes e igualitarias, concentrándose en los que se están quedando atrás al reorganizarse las escuelas.

"Para estar a la altura de los desafíos de nuestro tiempo, es imperativo avanzar hacia una educación más inclusiva", dijo la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay. "Repensar el futuro de la educación es tanto más importante tras la pandemia del Covid-19, que exacerbó y puso de relieve las desigualdades. Si no se actúa, se obstaculizará el progreso de las sociedades".

La exclusión es persistente: El Informe de este año, Todos significa todos, es el cuarto de la serie anual de Informes GEM para el seguimiento del progreso realizado en 209 países hacia la consecución de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Lo seguirá un informe regional para América Latina y el Caribe en octubre de este año.

La crisis de la educación durante el Covid-19 fue alimentada por profundas desigualdades preexistentes. Incluso antes de la pandemia, casi 12 millones de niños y jóvenes estaban excluidos de la educación en América Latina y el Caribe, siendo la pobreza el principal obstáculo para el acceso.

Los sistemas educativos no se están adaptando a las necesidades de los estudiantes, por lo que uno de cada cuatro estudiantes de 15 años de edad en todo el mundo declara sentirse como un extraño en la escuela; en la República Dominicana esta cifra supera el 30%. La región es una de las más diversas lingüísticamente del mundo, pero los sistemas educativos no siempre lo reflejan: En el tercer grado, los estudiantes que no hablan el idioma de examinación tienen tres veces menos probabilidades de poder leer un cuento. En Brasil, México y Perú, existe una persistente desigualdad por origen indígena, incluso después de controlar por clase social.

La segregación socioeconómica también es persistente: la mitad de los estudiantes de Chile y México tendrían que ser reasignados a otras escuelas para lograr una mezcla socioeconómica uniforme. Y los datos de la región sugieren que la segregación por origen étnico es aún más marcada que la segregación por condición socioeconómica.

La exclusión puede ser muy flagrante. Además del nuevo Informe que se publica hoy, el Informe GEM lanza un nuevo sitio web, PEER*, con información sobre leyes y políticas relacionadas con la inclusión en la educación en cada país del mundo. PEER muestra que muchos países siguen practicando la segregación en la educación, lo que refuerza los estereotipos, la discriminación y la alienación: El 42% de los países de la región tienen leyes que exigen que los niños con discapacidades sean educados en entornos separados. En la práctica, no muchas escuelas primarias ordinarias reciben estudiantes con discapacidades; a lo sumo 40% según los últimos datos comparables.  

Si bien las leyes sobre la educación básica universal gratuita y obligatoria han contribuido a reducir el trabajo infantil, en algunos países, como Paraguay y Perú, el trabajo infantil todavía se permite a los 14 años, antes de que termine la enseñanza obligatoria.

La diversidad no se refleja adecuadamente en los sistemas educativos. Solo siete países de la región reconocen el lenguaje de señas como idioma oficial. Los estudiantes con discapacidades suelen necesitar infraestructura y materiales adaptados, pero solo el 29% de las escuelas de la región han hecho los cambios necesarios. En Costa Rica, alrededor del 55% de los que respondieron a una encuesta nacional sobre discapacidad informaron que los centros educativos no eran accesibles y carecían de rampas, alertas visuales y sonoras, barras de agarre y otras adaptaciones.

La región se caracteriza por incluir a las minorías lingüísticas y étnicas en los programas de formación docente. En 2016, Perú contaba con 38.000 maestros bilingües, pero se necesitan por lo menos otros 17.000 maestros capacitados para satisfacer la demanda; ahora cuenta con un Plan Nacional de Educación Intercultural Bilingüe cuyo eje es la formación docente. Colombia ayuda a profesionalizar a los maestros bilingües y su educación. Costa Rica estipula que se debe promover y facilitar la formación de educadores indígenas y su participación en la formulación y aplicación de los currículos.

El género es otro de los temas que abordan muchos programas de formación docente antes de que los maestros empiecen a trabajar. El Programa de Educación en Sexualidad de Cuba tiene por objeto fortalecer la formación docente y prevenir las infecciones de transmisión sexual.

Sin embargo, es necesario prestar más atención a la identificación de formas eficaces de preparar a los maestros para trabajar en entornos inclusivos. En São Paulo, Brasil, era más probable que los maestros de matemáticas de octavo grado dieran una calificación aprobatoria a los estudiantes blancos que a sus compañeros negros igualmente competentes y bien portados. En Brasil, Colombia y México, más del 50% de los maestros informaron que hay una gran necesidad de desarrollo profesional en la enseñanza de estudiantes con necesidades especiales.

"El Covid-19 nos ha dado una verdadera oportunidad de repensar nuestros sistemas educativos. Pero pasar a un mundo que no solo valore, sino que acoja la diversidad no ocurrirá de la noche a la mañana", dijo Manos Antoninis, Director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo. "Existe una tensión evidente entre enseñar a todos los niños bajo el mismo techo y crear un entorno en el que los estudiantes aprendan óptimamente. Pero, si el Covid-19 nos enseñó algo, es que la falta de acción no es una opción; hay margen para hacer las cosas de manera diferente si nos lo proponemos."

Hay una falta crónica de datos de calidad sobre los que se quedan atrás. Nueve países de la región no recopilan datos sobre la educación de los niños con discapacidades en sus Sistemas de Información sobre la Gestión de la Educación. Las cifras sobre el aprendizaje se toman de la escuela aunque muchos no participen en ella. Y las evaluaciones del aprendizaje a menudo son demasiado difíciles para algunos de los estudiantes más marginados: tres cuartas partes de los estudiantes de la región que no obtuvieron mejores resultados en las preguntas de opción múltiple que un programa de respuestas aleatorias fueron considerados competentes en lectura.

Sin embargo, hay algunos indicios de mejora. El número de países de América Latina que incorporaron por lo menos una pregunta sobre etnicidad en sus censos aumentó de 6 en 1980 a 13 en 2000. Actualmente, en todos los países de la región, excepto la República Dominicana, hay preguntas del censo sobre etnicidad. También se están haciendo mejoras para recopilar mejores datos sobre los estudiantes con discapacidades.

Hay indicios de progreso hacia la inclusión. En el Informe y en su sitio web PEERse señala que muchos países están adoptando enfoques positivos e innovadores para la transición hacia la inclusión. Guatemala aplica la enseñanza multigrado ya sea por planificación o por necesidad en los contextos rurales. El programa brasileño ProUni Universidad para Todos utiliza incentivos fiscales para comprar plazas en universidades privadas para estudiantes pobres académicamente calificados. En Cuba, se incluye a los niños con discapacidades en los programas generales de desarrollo de la primera infancia, incluso en las zonas rurales. Además de la legislación, 14 países tienen políticas para promover la igualdad racial o para mejorar la orientación de las políticas para los afrodescendientes.

La región también se caracteriza por sus sólidos planes de protección social intersectoriales que abordan las necesidades superpuestas de las personas, incluida la educación. Los programas de transferencias de efectivo condicionadas en América Latina desde el decenio de 1990 han aumentado las trayectorias escolares en 0,5 a 1,5 años. El programa Crece Contigo para la primera infancia en Chile coordina los servicios de educación, salud y protección social. Colombia vincula sus programas sociales a un puntaje de índice de pobreza para cada familia, que pueden consultar para ver los servicios a los que tienen derecho.

El informe incluye una serie de recomendaciones clave para los próximos 10 años lanzadas en una campaña digital, Todos significa todos, que ayudará a los países a alcanzar los objetivos de educación inclusiva para 2030.

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